PANORAMA

El laboratorio electoral de 2019

Las elecciones por venir ¿en fecha ya establecida o adelantamiento? ¿Boleta sábana o única? El PJ, el PRO y la UCR. Todos temas de análisis de esta columna.
22.01.2018 | 08:58
Por Carlos Matteoda
En el año previo a los comicios de 1999 se habló de la posibilidad de desdoblar las elecciones en la provincia, esto era, elegir autoridades provinciales y municipales en una fecha diferente a las nacionales (antes por supuesto). Se veía venir el triunfo de la Alianza y el entonces gobernador Jorge Busti prefirió no hacerlo, pese a estar habilitado para ello.

El 24 de octubre el empuje de la locomotora electoral que era Fernando De La Rúa le permitió al candidato a gobernador radical Sergio Montiel alcanzar ajustadamente el triunfo sobre el justicialista Héctor Maya, quien muy posiblemente se hubiera impuesto en una elección anticipada.
Busti optó por una alternativa diferente en 2007, cuando decidió desdoblar las elecciones pese a que en ese momento no había chances de triunfo del radicalismo. Su candidato, el entonces ministro del Gobierno Sergio Urribarri, ganó con comodidad el 18 de marzo aunque es posible pensar que yendo en la boleta de Cristina Kirchner, el 28 de octubre, hubiera ganado igual o mejor.

En esa oportunidad el adelantamiento fue una estrategia para encontrar menos armada a la oposición interna. También es cierto que ese adelantamiento permitió luego un tiempo muerto de marzo a octubre en el que Busti logró destrabar la demorada reforma de la Constitución provincial, y en la elección nacional también se eligió a los convencionales constituyentes que reformaron la carta magna provincial en 2008, forjando un esquema que le permitía a Urribarri una reelección (lo que concretó en 2011) y a Busti hasta dos más.

Esa historia tiene poco que ver con la actualidad. Quien debe decidir ahora si desdobla o no las elecciones no es el mentor, que lo hace pensando en su delfín; sino quien a la vez tiene más chances de ser el protagonista directo de la situación. Cuando Gustavo Bordet decida si adelanta o no la elección provincial de 2019, estará definiendo muy probablemente su escenario electoral, dado que (al menos hoy) es quien aparece claramente con las mayores chances de protagonizar la principal postulación provincial del justicialismo para ese año.


La relación nacional
Si bien el acuerdo político legislativo del Gobierno Nacional con los gobernadores peronistas no está todavía cerrado, porque falta tratar la reforma laboral y la estrategia del macrismo ha cambiado al respecto; se mantienen la incidencia que ese acuerdo tendría en el plano electoral.

Cuentan que el entendimiento forjado principalmente por el jefe del bloque justicialista en el Senado, Miguel Pichetto, se basó en la posibilidad de que el peronismo no logre unirse ni organizarse para 2019 y eso facilite la reelección de Mauricio Macri como Presidente (o de un macrista alternativo). Se alude en ese sentido a una primera conversación de Pichetto con los gobernadores justicialistas en la que, palabras más, palabras menos, les habría dicho: "Si el peronismo no se organiza, lo que parece bastante lejano, hay que pensar en la posibilidad de que Macri sea Presidente hasta 2023, por lo cual los peronistas tenemos que al menos salvar la mayor cantidad de territorio posible. El Gobierno necesita al peronismo en el Congreso, y especialmente a ustedes que son los jefes políticos territoriales,con lo que si apoyamos las leyes que necesitan, van a preferir en muchos lugares que sigamos nosotros. O al menos no se van a esforzar mucho para que los gobernadores peronistas no continúen otro mandato".

Es claro que esa estrategia debería amoldarse a cada jurisdicción, y es obvio que en cada provincia tendrá escollos diferentes. Pese a esto, sedujo a algunos de los mandatarios provinciales del PJ.


Anticipadas
Tal vez entendiendo que esto no sería un favor de Macri a los gobernadores sino la estrategia más adecuada para que Cambiemos retenga el Gobierno Nacional; Gustavo Bordet se planteó otros escenarios. Y si no se los planteó el gobernador, fueron algunos dirigentes justicialistas hablando en su nombre.

Así surgió con fuerza a fines del año pasado la idea del desdoblamiento electoral en 2019 en Entre Ríos, para evitar que el supuesto arrastre de Macri frente a un peronismo desunido y desorganizado le permita a Cambiemos hacer tabla raza con gobernaciones y municipios. ¿Qué mejor entonces que votar en marzo y usar a Bordet de locomotora para que arrastre los vagones del trencito peronista en municipios y en la Legislatura? Así razonaron algunos intendentes peronistas que lo encararon a Bordet para ver si les confirmaba la idea.

La cuestión no se dio como la esperaban y cuentan algunos de esos intendentes que Bordet les habría manifestado que está convencido de que el Gobierno Nacional no le va a permitir desdoblar las elecciones, y que por eso les sugirió que "la solución" es que se aplique el sistema de boleta única.
¿Por qué? Muy sencillo, de este modo Macri estaría en una boleta diferente a la de los candidatos provinciales o municipales de Cambiemos, y su arrastre se vería limitado. Siempre en un escenario de elecciones municipales, provinciales y nacionales que se realizan en el mismo día.

Si se avanzara en esa reforma, para implementar la boleta única de papel al estilo santafesino, el día de la votación los electores encontrarían en el cuarto oscuro una boleta con todos los candidatos a presidente, otra con todos los candidatos a gobernador, otra con todos los candidatos a intendentes, y así tantas boletas como categorías electorales se elijan. El elector tendría que tomar la boleta de la categoría de cargo en la que quiere votar y marcar allí con una cruz su candidato preferido. (Esto es lo que parece más probable, aunque desde el gobierno provincial no le cierran la puerta a la boleta única electrónica).

Con este mecanismo electoral, no habría arrastre de Macri a favor de los candidatos de Cambiemos; pero tampoco habría arrastre de Bordet en favor de los candidatos a intendentes y legisladores peronistas.

A esta altura debe formularse una aclaración, especialmente por si hubiera jóvenes leyendo. Es tan obvio el tema del arrastre que a un noruego le costaría creer que durante décadas ha sido uno de los escollos para cualquier reforma electoral, a partir de la discusión respecto de la boleta sábana (que es la que permite el arrastre de una categoría a otra) y de la lista sábana para cargos legislativos (que permite que un buen candidato tracciones votos para un mal o desconocido postulante).

Volvamos al hilo conductor esta nota, construida sobre rumores y amalgamada con sospechas. Dicen que algunos intendentes no le creen a Bordet que realmente tema que el gobierno nacional le impida desdoblar los comicios provinciales y municipales. Se sabe que legalmente no pueden impedírselo y que la única manera sería a través de la presión económica.

Por eso, desconfían del supuesto argumento de Bordet y creen que la idea de la boleta única tiene en realidad el objetivo de sacarse de encima a algunos presidentes municipales o legisladores que no le caen bien, o que electoralmente tiran para abajo. Así se despegaría de ellos, ya que la gente podría votarlos o no, con independencia de lo que vote para gobernador.

Es sabido que Bordet mantiene niveles altos de imagen positiva, lo que le es reconocido incluso por los dirigentes provinciales de la oposición, que jamás desprecian la oportunidad de la foto con el gobernador, y hasta pegan algunos codazos para estar en la primera fila


Amarillos
Por su parte, dirigentes del PRO nacional han dejado trascender que Macri no tiene intención de impedir que los gobiernos provinciales desdoblen las elecciones, en sintonía tal vez con el argumento de Pichetto, a quien incluso le atribuyen haber dicho: "Así como el Presidente no interferiría para evitar que los gobernadores justicialistas sean reelectos, nosotros no nos vamos a preocupar demasiado por la candidatura presidencial", tanto más tras la caída electoral en octubre del posible sparring que el peronismo le iba a parar delante a Macri: el prolijo gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.
Es posible entonces que algunos intendentes peronistas, que necesitan de Bordet para mejorar sus chances de ser reelectos o para recalar en la Legislatura, presionen a los legisladores de su zona para que opinen a favor de desdoblar las elecciones y que se voten en marzo de 2019 por los cargos provinciales y municipales con el mecanismo tradicional de la boleta sábana. Razonan que si la boleta única era la solución a no poder adelantar la elección provincial, ya no sería necesaria en un escenario de desdoblamiento. Para ellos, lo mejor es ir en la boleta con Bordet y lejos en el tiempo de la elección presidencial.

En Cambiemos, y en el radicalismo especialmente, siguen con atención cada trascendido, ya que si hay alguien que necesita que la elección no se desdoble y que no haya boleta única son los radicales, que son por ahora los que tienen mayores chances de colocar un candidato a gobernador para 2019. Sin Macri encabezando la boleta sábana, votando cada categoría con una boleta diferente, por los sondeos que se conocen, la presencia de Bordet en la papeleta del justicialismo sería definitoria a la hora de consagrar al próximo gobernador.

Se suma a esto, para preocupación de los correligionarios con aspiraciones, que hay varios dirigentes de Cambiemos que opinan que si el candidato a gobernador no es del riñón del PRO, o amigo personal de Macri; el Presidente no haría demasiada fuerza para inclinar la balanza a su favor.
Obviamente las cosas cambiarían si el candidato a gobernador de Cambiemos fuera Rogelio Frigerio, pero es el propio ministro quien descarta cada vez que puede su candidatura en la provincia. Habrá habrá que ver en todo caso si el Presidente no lo necesita para esa tarea, lo que traería aparejada su salida de un lugar central del gabinete nacional, algo así como un premio con sabor a castigo.

A propósito, Frigerio no cree que resulte tan sencillo implementar la boleta única en la provincia.


Fuera del mundillo
Basta repasar los resultados de dos o tres elecciones hacia atrás para advertir lo relevante que resulta el tema del arrastre. Reconocerlo no implica ignorar que lo lógico sería que suceda lo contrario.

Del mismo modo se advierte que es un punto criticable del sistema y que por ello la forma en que se comunique cuáles son los beneficios de la boleta única puede resultar determinante para generar un amplio apoyo popular a la idea, que apuntale luego su tratamiento legislativo.

Hasta ahora es de la boleta única casi exclusivamente que se habla en el oficialismo provincial cuando se menciona la reforma electoral. En difícil oponerse a un mecanismo que –al menos inicialmente– apunta darle mayor libertad al elector, evitando que candidatos solapados o menos conocidos se beneficien por ir en la lista de un conocido y/o apreciado. Si bien los que critican al sistema apuntan especialmente al debilitamiento de la identidad partidaria que genera, ese un aspecto que no parece estar entre las preocupaciones de la mayoría de los ciudadanos.

Es cierto que la boleta única no es la solución a todos los problemas, pero goza de buena prensa. Podría decirse sin temor a equivocarse, y solo a modo de ejemplo, que el justicialista José Allende no hubiera sido electo diputado cinco veces consecutivas (20 años de mandato) de no existir la boleta y la lista sábana en Entre Ríos. Lo que no es poco decir.

Si los razonamientos expuestos en esta nota fueran acertados, se puede colegir que el resultado electoral más genuino se obtendría votando los cargos provinciales y municipales con el mecanismo de la boleta única, y en fechas diferentes a la elección nacional, y distintas entre sí.

La nota fue publicada en el diario UNO


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