POR RUBÉN DAL MOLÍN
"Crisis sobre crisis"
Dilema al cuadrado. A la disyuntiva que enfrenta el gobierno en todos sus estamentos: nacional, provincial y municipal, de arrancar la economía o profundizar las medidas de salud, suma hoy el contexto fiscal. Como financiarlo es otra complicación.
01.04.2020 | 17:01
El problema fiscal atravesará todo el año con cuellos de botella en mayo – junio, siempre y cuando no deba entenderse las medidas y el enfriamiento de la economía.
La pandemia, con crudeza, sinceró el estado de la salud pública. Las medidas adoptadas como receta para su contención, revela la fragilidad de las finanzas públicas y la endeblez del tejido social.
A Entre Ríos no le cierran los números. Ya el bimestre, sin pandemia, tenía un rojo de más de 3.500 millones de pesos. Otras provincias están iguales, y muchos municipios corren la misma situación.
Lo reconoce el propio ministro de Economía de la provincia, Hugo Ballay, quien propone resolver “por emisión” asegurando a las provincias, por aportes del Tesoro Nacional, los montos que fueran presupuestados, aunque la recaudación nacional, este muy por debajo.
Emisión sin respaldo, retroalimentará la inflación a niveles insospechados. Otros, como algunos intendentes del conurbano proponen volver a los instrumentos de pagos a empleados y proveedores con cuasi – monedas.
Sin embargo, NADIE habla de reducir gastos del Estado. Esto es lo preocupante.
La emisión de instrumentos de pago (Lecop – Patacones o cualquiera de los ingeniosos nombres provinciales de entonces) no es más que emitir deuda de corto plazo, que, en forma compulsiva, el estado coloca entre sus proveedores y empleados.
El valor nominal de este instrumento se deprecia inmediatamente. Al igual que la inflación es y será soportada por los asalariados.
Reducir gastos tiene escollos que reflejan en alto costo político. Considero que es necesario reducir significativamente, por un lado, las estructuras del Estado, comenzando por las “estructuras políticas” y hacer previsible la Caja de Jubilaciones, por otro.
Claro está que la tensión social que en Entre Ríos eso conlleva convierte en inoportunas estas necesarias medidas. El partido que administra esta provincia prácticamente hace 35 años las mira con mucho recelo y pretenden sobrellevarla sin tocar el statu quo actual.
Todos los caminos señalan el necesario sinceramiento y cambio de rumbo.
En el gobierno solo instalaron la expansión del gasto improductivo y por eso, hoy, tenemos un dilema al cuadrado.
La pandemia, con crudeza, sinceró el estado de la salud pública. Las medidas adoptadas como receta para su contención, revela la fragilidad de las finanzas públicas y la endeblez del tejido social.
A Entre Ríos no le cierran los números. Ya el bimestre, sin pandemia, tenía un rojo de más de 3.500 millones de pesos. Otras provincias están iguales, y muchos municipios corren la misma situación.
Lo reconoce el propio ministro de Economía de la provincia, Hugo Ballay, quien propone resolver “por emisión” asegurando a las provincias, por aportes del Tesoro Nacional, los montos que fueran presupuestados, aunque la recaudación nacional, este muy por debajo.
Emisión sin respaldo, retroalimentará la inflación a niveles insospechados. Otros, como algunos intendentes del conurbano proponen volver a los instrumentos de pagos a empleados y proveedores con cuasi – monedas.
Sin embargo, NADIE habla de reducir gastos del Estado. Esto es lo preocupante.
La emisión de instrumentos de pago (Lecop – Patacones o cualquiera de los ingeniosos nombres provinciales de entonces) no es más que emitir deuda de corto plazo, que, en forma compulsiva, el estado coloca entre sus proveedores y empleados.
El valor nominal de este instrumento se deprecia inmediatamente. Al igual que la inflación es y será soportada por los asalariados.
Reducir gastos tiene escollos que reflejan en alto costo político. Considero que es necesario reducir significativamente, por un lado, las estructuras del Estado, comenzando por las “estructuras políticas” y hacer previsible la Caja de Jubilaciones, por otro.
Claro está que la tensión social que en Entre Ríos eso conlleva convierte en inoportunas estas necesarias medidas. El partido que administra esta provincia prácticamente hace 35 años las mira con mucho recelo y pretenden sobrellevarla sin tocar el statu quo actual.
Todos los caminos señalan el necesario sinceramiento y cambio de rumbo.
En el gobierno solo instalaron la expansión del gasto improductivo y por eso, hoy, tenemos un dilema al cuadrado.
- EL AUTOR ES SENADOR PROVINCIAL DE CAMBIEMOS POR FEDERACIÓN.