COMUNICADO DEL PARTIDO OBRERO
"Tres Arroyos despide trabajadores y el gobierno lo premia con plata de Anses"
La empresa que concentra el 80% del mercado de procesamiento y comercialización de pollos en el país, Granja Tres Arroyos, de los hermanos De Grazia, fue beneficiada por el gobierno nacional con la denominada Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para que abonen el 50% de los salarios con fondos de Anses, es decir con el dinero de los jubilados.
19.05.2020 | 18:46
Mientras tanto, esta semana la patronal despidió a más 40 trabajadores de la planta frigorífica “La China” de Concepción del Uruguay, la más grande que tiene Granja Tres Arroyos en el país con 1200 trabajadores. Los despedidos son contratados que ya tenían más de un año y medio de antigüedad.
No solo se demuestra que el DNU del gobierno nacional de prohibición de suspensiones y despidos es papel mojado y que a los empresarios no les hace mella, sino que ahora Fernández premia a las grandes empresas que despiden.
La empresa, al estar encuadrada como servicio esencial, no detuvo su producción, no ha dejado de facturar ni de faenar. Y siguió produciendo para la exportación. Tres Arroyos sigue teniendo ganancias enormes. El mismo Joaquín De Grazia ha confesado en declaraciones periodísticas, que “la demanda se mantiene” a pesar de la pandemia, y que la exportación “mantiene sus valores estables” (Clarín, 10/5/20).
Los mismos trabajadores son testigos de las continuas inversiones de la empresa en nueva tecnología y que por sus operaciones y negocios está muy lejana a encontrarse en una situación crítica.
Al mismo tiempo, en medio de la pandemia de coronavirus, no cumple con protocolos de higiene y seguridad, como por ejemplo, resguardando distancia mínima de 1,5 metros en línea de producción, en donde los trabajadores están realizando tareas “codo con codo”.
El gobierno rescata a los capitalistas a costa de los trabajadores. Utiliza los fondos de Anses que son de los jubilados y de los activos, mientras se niega a restituir la movilidad jubilatoria.
Somos los trabajadores los que pagamos la factura, porque al mismo tiempo que se reparten estos fondos a libro cerrado -sin un control efectivo de la facturación y las ganancias- se exime a las patronales de pagar los aportes previsionales de sus empleados, por lo cual el vaciamiento de Anses marcha a ritmo acelerado.
Que se abran los libros de las empresas al control de comisiones obreras elegidas en asamblea. Impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas, a los bancos, a la propiedad terrateniente y a las propiedades ociosas. Utilizar esos recursos para resolver el problema sanitario y social. Impongamos la prohibición efectiva de despidos y suspensiones. Los fondos de Anses deben ir al bolsillo de los jubilados. No al pago de la deuda. Que la crisis la paguen los capitalistas.
No solo se demuestra que el DNU del gobierno nacional de prohibición de suspensiones y despidos es papel mojado y que a los empresarios no les hace mella, sino que ahora Fernández premia a las grandes empresas que despiden.
La empresa, al estar encuadrada como servicio esencial, no detuvo su producción, no ha dejado de facturar ni de faenar. Y siguió produciendo para la exportación. Tres Arroyos sigue teniendo ganancias enormes. El mismo Joaquín De Grazia ha confesado en declaraciones periodísticas, que “la demanda se mantiene” a pesar de la pandemia, y que la exportación “mantiene sus valores estables” (Clarín, 10/5/20).
Los mismos trabajadores son testigos de las continuas inversiones de la empresa en nueva tecnología y que por sus operaciones y negocios está muy lejana a encontrarse en una situación crítica.
Al mismo tiempo, en medio de la pandemia de coronavirus, no cumple con protocolos de higiene y seguridad, como por ejemplo, resguardando distancia mínima de 1,5 metros en línea de producción, en donde los trabajadores están realizando tareas “codo con codo”.
El gobierno rescata a los capitalistas a costa de los trabajadores. Utiliza los fondos de Anses que son de los jubilados y de los activos, mientras se niega a restituir la movilidad jubilatoria.
Somos los trabajadores los que pagamos la factura, porque al mismo tiempo que se reparten estos fondos a libro cerrado -sin un control efectivo de la facturación y las ganancias- se exime a las patronales de pagar los aportes previsionales de sus empleados, por lo cual el vaciamiento de Anses marcha a ritmo acelerado.
Que se abran los libros de las empresas al control de comisiones obreras elegidas en asamblea. Impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas, a los bancos, a la propiedad terrateniente y a las propiedades ociosas. Utilizar esos recursos para resolver el problema sanitario y social. Impongamos la prohibición efectiva de despidos y suspensiones. Los fondos de Anses deben ir al bolsillo de los jubilados. No al pago de la deuda. Que la crisis la paguen los capitalistas.