“Los bebés apropiados por la dictadura fuimos botines de guerra”

 
Las frases más sobresalientes del relato de Victoria Montenegro en Concepción del Uruguay:
 

- Los nietos tenemos una particularidad. No tenemos una sola vida, tenemos dos vidas de mínima. Tenemos una vida, una parte de mi vida siendo una persona, María Sol Tetzlaff de Duartes, más de 25 años que fue la identidad que me impuso mi apropiador, después el resto de mi vida una gran parte de ese limbo entre María Sol y Victoria y finalmente empezar a ser yo misma.
 
- Fuimos 500 los bebés apropiados.
 
- Nosotros nacimos producto del amor de nuestros padres y no es que fuimos adoptados ilegalmente, fuimos parte de una decisión de la dictadura cívico militar de apropiarse de los hijos de los militantes políticos y formatearlos para que ideológicamente nunca fueran ellos mismos. Fuimos un botín de guerra.
 
- Además de la formación ideológica que tenía María Sol hay un vínculo que vos construiste con esas personas y un tiempo en el que necesitás hacerte cargo, asumir que a esas personas a las que vos amabas te mintieron, que no son tus verdaderos padres. En mi caso fue el asesino de mis padres y de tantos otros, y que a pesar de eso vos no podés romper definitivamente ese vínculo, pero algo sí tenés que romper para poder empezar a construir tu verdadera vida y tu vínculo con tu verdadera familia. Es un proceso que en mi caso llevó muchos años.
 
- El silencio del entorno. Todos nosotros fuimos bebés de mujeres que nunca estuvieron embarazadas, entonces hay un entorno alrededor de esos bebés que continúa con ese pacto de silencio. Por eso es tan importante, permanentemente, seguir marcando la necesidad como sociedad de recuperar esa parte de nuestra historia.
 
- Lo que constantemente vemos en los juicios es que no dicen la verdad. Siguen negando que sean responsables directo de esto. Nuestra responsabilidad, el legado de las Madres y las Abuelas es que haya justicia, Memoria, Verdad y Justicia.
 
- Al principio no quise conocer a mi verdadera familia, pero después, si bien me obligó la justicia, una vez que los conocí en BS. AS., —mi familia era de Salta, mis papás eran salteños— una vez que los conocía de a poco ese vínculo se fue haciendo más fuerte. Fueron momentos muy complejos.
 
- Me pasaba, por ejemplo, de ir a Salta a visitar a mis tías y hablar de mi infancia, de mi vida con mi papá y cuando hablaba de mi papá me refería a mi apropiador, a ese hombre que cumplió ese rol. Hoy entiendo que eso les significaba un dolor a mis tías, pero en ese momento yo no podía hacer otra cosa con Victoria. Y a pesar de eso mi familia tuvo mucha paciencia.