CASO POSITIVO DE ALBERTO
La UNER explicó el comportamiento de las vacunas
La docente de la UNER, Mariana Malvicini, doctora en inmunología e investigadora del Conicet, afirmó que lo sucedido con la Sputnik V en el caso del Presidente que se contagió de Covid-10 tras haberse aplicado una dosis no es algo poco común.
06.04.2021 | 08:55
Cuando el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, comunicó públicamente que presentaba los síntomas de la enfermedad por coronavirus, crecieron las preguntas sobre la efectividad de la vacuna, que ya había sido recibida por el mandatario. ¿Qué significa esta noticia, en el marco del plan de vacunación más grande de la historia? Lo explica Mariana Malvicini, doctora en inmunología tumoral, investigadora adjunta de CONICET y docente en las cátedras de Inmunología y Fisiología e Inmunología en la Facultad de Bromatología de la UNER.
"No es una característica específica de las vacunas para el SARS- CoV2, sino que esto que ha sucedido en particular con el Presidente puede ocurrir con cualquiera de nosotros, expuestos a cualquier microorganismo para los que estamos vacunados", indica Malvicini.
La clave para comprenderlo está en la definición de la eficacia. "Cuando escuchábamos los primeros reportes de la eficacia de esta vacuna, algunos hablaban de un 94 o 95%, otros del 98%. Ese porcentaje que falta para llegar al 100% indica que hay un pequeño número de individuos en los cuales la enfermedad se manifestó. No quiere decir que la vacuna no nos proteja, porque lo hace siempre. En el caso de la vacuna SARS- CoV-2, en la mayorìa de los individuos no se desarrolla la enfermedad, y en algunos pocos, sí", describe.
El contagio continúa siendo una posibilidad. "En el caso del Presidente, que ha recibido la vacuna, se encuentra inmunizado y protegido. Pero también está dentro de ese pequeño porcentaje de personas a las que la enfermedad se manifiesta. No conozco los datos específicos, su nivel de anticuerpos o el tenor de células encargadas de eliminar al coronavirus. Pero asumo fehacientemente que luego de haberse vacunado, está protegido", subraya la profesional.
La importancia de la vacuna tiene dos aspectos: "Por un lado, no evita los contagios pero sí nos protege en caso de que nos contagiemos. Por el otro, de haber sintomatología, es leve", señaló.
En este sentido, "lo que evita la vacuna es el desarrollo de la enfermedad en sus manifestaciones clínicas más graves. Es decir, evita que las personas tengan inflamaciòn en los pulmones que puede producir una neumonía; necesitar de un respirador artificial, quedar internados o en el peor de los casos, fallecer. La vacuna protege contra las manifestaciones más graves de la enfermedad", finalizó Malvicini.
"No es una característica específica de las vacunas para el SARS- CoV2, sino que esto que ha sucedido en particular con el Presidente puede ocurrir con cualquiera de nosotros, expuestos a cualquier microorganismo para los que estamos vacunados", indica Malvicini.
La clave para comprenderlo está en la definición de la eficacia. "Cuando escuchábamos los primeros reportes de la eficacia de esta vacuna, algunos hablaban de un 94 o 95%, otros del 98%. Ese porcentaje que falta para llegar al 100% indica que hay un pequeño número de individuos en los cuales la enfermedad se manifestó. No quiere decir que la vacuna no nos proteja, porque lo hace siempre. En el caso de la vacuna SARS- CoV-2, en la mayorìa de los individuos no se desarrolla la enfermedad, y en algunos pocos, sí", describe.
El contagio continúa siendo una posibilidad. "En el caso del Presidente, que ha recibido la vacuna, se encuentra inmunizado y protegido. Pero también está dentro de ese pequeño porcentaje de personas a las que la enfermedad se manifiesta. No conozco los datos específicos, su nivel de anticuerpos o el tenor de células encargadas de eliminar al coronavirus. Pero asumo fehacientemente que luego de haberse vacunado, está protegido", subraya la profesional.
La importancia de la vacuna tiene dos aspectos: "Por un lado, no evita los contagios pero sí nos protege en caso de que nos contagiemos. Por el otro, de haber sintomatología, es leve", señaló.
En este sentido, "lo que evita la vacuna es el desarrollo de la enfermedad en sus manifestaciones clínicas más graves. Es decir, evita que las personas tengan inflamaciòn en los pulmones que puede producir una neumonía; necesitar de un respirador artificial, quedar internados o en el peor de los casos, fallecer. La vacuna protege contra las manifestaciones más graves de la enfermedad", finalizó Malvicini.