OPINIÓN | NADIA BURGOS (NUEVA IZQUIERDA)
9 días de aislamiento ¿Y después?
La dirigente del MST Entre Ríos Nadia Burgos considera que se deben sostener las medidas de confinamiento, pero con derechos garantizados, y exige que se priorice la vida en lugar de las ganancias empresariales
28.05.2021 | 11:02
Estamos terminando los de 9 días de aislamiento casi total decretados por Fernández. Con incertidumbre sobre el impacto de las medidas anunciadas el jueves 20 y sin claridad de cómo seguimos en un contexto de récords de casos y muertes. La saturación del sistema de salud es una de las máximas preocupaciones.
No podemos decir que la segunda ola recién llegó porque sus impactos los sentimos desde principios de abril. Solo por tomar un período concreto: desde el 8 de marzo al 8 de abril los casos en nuestro país se cuadruplicaron. El gobierno nacional era consciente, según su propio discurso, que la apertura de la economía, la escolaridad presencial y el transporte público junto con la circulación de variantes más contagiosas y letales era un cóctel explosivo.
Sin embargo, esperaron hasta finales de mayo para tomar medidas que siguen sin cumplir pautas centrales: que sean integrales, simultáneas y urgentes. Entre Ríos no es ajeno a la realidad nacional. Bordet no escuchó las advertencias y sostuvo clases presenciales, turismo y economía abierta dejando que Juntos por el Cambio le marque agendas y medidas. Desde la izquierda venimos alzando nuestra voz y acompañando las luchas de los y las esenciales exigiendo un cambio de rumbo que priorice nuestras vidas y no las ganancias empresariales.
Desde esta perspectiva creemos urgente tomar medidas concretas. En primer lugar, extender la fase 1 pero con derechos garantizados. Es la situación epidemiológica y no la saturación o los ánimos empresariales los que deben motorizar las medidas de confinamiento. La intervención de trabajadores en el control y mapeo epidemiológico es central. En este sentido se debe impulsar testeos masivos, con aislamientos selectivos y eficaces para detener los contagios.
Para apuntalar los esfuerzos sanitarios de la población el gobierno debe intensificar y multiplicar la campaña de vacunación. Para avanzar en este camino desde el MST en el FIT Unidad proponemos la expropiación de las vacunas que se fabrican en Argentina que son decenas de millones. Si esta medida ya se hubiera tomado una buena parte de los mayores de 40 años hoy estarían inmunizados. Y si avanzamos en la anulación de las patentes y la expropiación de todos los laboratorios, el de Sigman, Richmond y Bagó entre otros, en menos de un año tendríamos toda la población vacunada.
Sin dudas hay una pata económica que también debe ser atendida, la experiencia lo muestra. Para que el aislamiento sea real es necesario garantizar un IFE de $60mil a trabajadores desocupados, precarizados e informales. Pero, ¿de dónde sacamos esa plata? Frente a esta situación excepcional es urgente que la plata la pongan los sectores más concentrados, bancos, empresarios, agronegocio. Esto se puede garantizar con un real impuesto a las fortunas y con un paso soberano. Las negociaciones con el FMI siempre significan más sometimiento. Por eso decimos NO al pago de la deuda, que toda esa plata vaya a garantizar una fase 1 con derechos.
Por último, una advertencia. La primera línea está dejando su vida para sostener un sistema de salud saturado y en muchos lugares a punto del colapso de infraestructura y de personal. Por eso es imprescindible avanzar en un Sistema de Salud único, bajo control estatal, para aprovechar la totalidad de la capacidad instalada al servicio de la salud y para eliminar el poliempleo y los salarios de pobreza.
Reconocer profesional y laboralmente a la enfermería y jerarquizar a todo el equipo de salud. ¡Que ningún trabajador de la salud quede por debajo de la línea de pobreza! Si se siguen obviando la implementación de estas medidas y si no se aplican coordinadas la segunda ola va seguir haciendo estragos. Como trabajadora, como dirigente y como militante tengo claro que lo que falta es decisión política. Por eso vamos a seguir organizándonos y alzando nuestra voz para que se priorice la vida y la economía de las mayorías sociales y no las ganancias capitalistas de unos pocos.
* BURGOS ES DIRIGENTE DE LA NUEVA IZQUIERDA DE ENTRE RÍOS.
No podemos decir que la segunda ola recién llegó porque sus impactos los sentimos desde principios de abril. Solo por tomar un período concreto: desde el 8 de marzo al 8 de abril los casos en nuestro país se cuadruplicaron. El gobierno nacional era consciente, según su propio discurso, que la apertura de la economía, la escolaridad presencial y el transporte público junto con la circulación de variantes más contagiosas y letales era un cóctel explosivo.
Sin embargo, esperaron hasta finales de mayo para tomar medidas que siguen sin cumplir pautas centrales: que sean integrales, simultáneas y urgentes. Entre Ríos no es ajeno a la realidad nacional. Bordet no escuchó las advertencias y sostuvo clases presenciales, turismo y economía abierta dejando que Juntos por el Cambio le marque agendas y medidas. Desde la izquierda venimos alzando nuestra voz y acompañando las luchas de los y las esenciales exigiendo un cambio de rumbo que priorice nuestras vidas y no las ganancias empresariales.
Desde esta perspectiva creemos urgente tomar medidas concretas. En primer lugar, extender la fase 1 pero con derechos garantizados. Es la situación epidemiológica y no la saturación o los ánimos empresariales los que deben motorizar las medidas de confinamiento. La intervención de trabajadores en el control y mapeo epidemiológico es central. En este sentido se debe impulsar testeos masivos, con aislamientos selectivos y eficaces para detener los contagios.
Para apuntalar los esfuerzos sanitarios de la población el gobierno debe intensificar y multiplicar la campaña de vacunación. Para avanzar en este camino desde el MST en el FIT Unidad proponemos la expropiación de las vacunas que se fabrican en Argentina que son decenas de millones. Si esta medida ya se hubiera tomado una buena parte de los mayores de 40 años hoy estarían inmunizados. Y si avanzamos en la anulación de las patentes y la expropiación de todos los laboratorios, el de Sigman, Richmond y Bagó entre otros, en menos de un año tendríamos toda la población vacunada.
Sin dudas hay una pata económica que también debe ser atendida, la experiencia lo muestra. Para que el aislamiento sea real es necesario garantizar un IFE de $60mil a trabajadores desocupados, precarizados e informales. Pero, ¿de dónde sacamos esa plata? Frente a esta situación excepcional es urgente que la plata la pongan los sectores más concentrados, bancos, empresarios, agronegocio. Esto se puede garantizar con un real impuesto a las fortunas y con un paso soberano. Las negociaciones con el FMI siempre significan más sometimiento. Por eso decimos NO al pago de la deuda, que toda esa plata vaya a garantizar una fase 1 con derechos.
Por último, una advertencia. La primera línea está dejando su vida para sostener un sistema de salud saturado y en muchos lugares a punto del colapso de infraestructura y de personal. Por eso es imprescindible avanzar en un Sistema de Salud único, bajo control estatal, para aprovechar la totalidad de la capacidad instalada al servicio de la salud y para eliminar el poliempleo y los salarios de pobreza.
Reconocer profesional y laboralmente a la enfermería y jerarquizar a todo el equipo de salud. ¡Que ningún trabajador de la salud quede por debajo de la línea de pobreza! Si se siguen obviando la implementación de estas medidas y si no se aplican coordinadas la segunda ola va seguir haciendo estragos. Como trabajadora, como dirigente y como militante tengo claro que lo que falta es decisión política. Por eso vamos a seguir organizándonos y alzando nuestra voz para que se priorice la vida y la economía de las mayorías sociales y no las ganancias capitalistas de unos pocos.
* BURGOS ES DIRIGENTE DE LA NUEVA IZQUIERDA DE ENTRE RÍOS.