DESAPARICIONES EN DICTADURA

Las investigaciones sobre Gualeguaychú

Algunos espacios de Gualeguaychú actuaron como puntos centrales en la ejecución de la última dictadura cívico militar en Entre Ríos. Cementerio, casas de la zona y terrenos del ejército son algunos que ahora se investigan.
 
05.07.2021 | 09:04
Por Fabián Magnotta
El Cementerio Norte de Gualeguaychú tiene administración municipal, y depende del intendente de turno. En los tiempos de la dictadura 1976-1983, Gualeguaychú tuvo un gobierno cívico-militar y en el cementerio fue designado un uniformado. ¿Un militar a cargo del Cementerio? Sí.

En los libros aparecen al menos dos registrados como NN. No significa que no hayan existido otras inhumaciones “disfrazadas”.

Un cuerpo sin identificar fue encontrado por la Policía el 2 de mayo de 1976, y llevado a tierra. Ya no están los restos.

Otro cuerpo fue llevado por el policía Ernesto “Chacha” Moussou el 10 de noviembre de 1981 desde la estancia Las Cruces, en Costa Uruguay Sur. Se registró como NN y “muerte violenta”. Los restos ya no están.

Los libros de la época del cementerio incluyen muchos datos llamativos, además de los mencionados.

Muertes violentas, datos personales poco claros o incompletos, extrañas tachaduras, decenas llevados por la Policía, curioso número de bebés fallecidos.

La denominación “muerte violenta” incluía los homicidios, electrocutados, ahogados y víctimas de accidentes varios, como los de tránsito, que no eran tantos porque había menos viajes, menos rutas, menos autos y menos vehículos con alta velocidad que en la actualidad.

 

En democracia, sobre el río Gualeguay

En 1985, ya en democracia, un hombre que pescaba cerca del río Gualeguay, en Médanos, encontró huesos. Eran restos de dos personas rodeados de argollas, cadenas, bulones con tuercas, un cable de acero…singular y sugestiva compañía para la soledad de los occisos en la inmensidad. Verdades obstinadas a la intemperie.

El informe médico indicó que los restos tenían entre 5-10 años, es decir que esas personas murieron entre 1975 y 1980. Fueron depositados en el cementerio de Gualeguaychú y preservados por decisión de la
Justicia. Serán analizados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

 

Otra vez las cruces 

En cuanto a campos, podemos mencionar algunos lugares, según han llegado datos con mayores o menores precisiones.

El hallazgo del cuerpo ya mencionado, no fue el único en la estancia Las Cruces (ubicada unos 20 kilómetros al Sur de Gualeguaychú, sobre el río Uruguay), de cinco mil hectáreas visitadas por el arroyo Perdices.

Hay un relato de un testigo a este periodista, que es contundente.


-Yo enterré a un tipo joven en esas épocas, yo trabajaba en estancia Las Cruces. El tipo estaba desnudo, tenía una barba larga. Lo enterramos cerca del río Uruguay. Tenía una pierna quebrada, probablemente lo lanzaron desde el aire. Apareció en una zona de pantanos.

 -¿Vos sabés dónde está?

-Cómo no voy a saber…Pero te tienen con la justicia y todo eso.
 
-Pero me decís a mí y yo digo que recibí una denuncia y preservo tu identidad…

-Bueno, no sé… Pero no fue el único muerto que apareció, hubo varios, después encontraban los huesos…
 

El establecimiento Las Cruces fue administrado en los 90 por Albano Harguindeguy, el general que fuera ministro del Interior de Videla. Nada menos. Esas casualidades.

En los años de la dictadura, la estancia era propiedad de Felipe Larrivière, quien fue titular de la Administración de Parques Nacionales en esa época y luego en la presidencia de Carlos Menem.




 



Zona Aeródromo

Se sabe que en cercanías del Aeródromo de Gualeguaychú, en un campo particular, funcionó el centro clandestino de detención “La casita”, según consta en una causa judicial. Allí se llevaban personas para ser torturadas. Hay una versión fuerte que señala que también podría haber cuerpos inhumados, obviamente en forma clandestina.

 

Plaza de Aguas

En Plaza de Aguas, en los años de la dictadura existía una quinta o chalet en la que habitaba un alto jefe militar del Regimiento de Gualeguaychú.

Un relato muy creíble, dice que a ese lugar separado del Mangrullo Policial del Parque Unzué por el río Gualeguaychú, podrían haber llevado a algunos detenidos, y no debe descartarse alguna inhumación. La bella vivienda fue volteada, hoy el predio es de la Municipalidad de Gualeguaychú.

El Mangrullo pudo haber sido un lugar utilizado como centro clandestino de detención. Algunos rumores no descartan que pudiera haber algo más.

Rubén Rodera, novio de la desaparecida “Noni” González, declaró que en 1974 (antes del Golpe), fue trasladado a la Jefatura de Policía de Gualeguaychú, y luego  “me llevaron a un lugar que creo era cerca del río, porque la tierra estaba húmeda. Ahí me dieron una golpiza y me picanearon”.

 

Regimiento

Poco se ha dicho sobre el rol del Regimiento de Gualeguaychú durante la dictadura. No hablamos del Ejército, sino del lugar físico. También persisten rumores sobre lo que pudo haber ocurrido en algunos lugares de esa unidad militar, aunque es compleja la búsqueda no sólo por el paso de los años, sino porque se habrían tomado “recaudos” oportunamente.

 

Tachos en arroyos

Hay al menos dos arroyos cercanos a la ciudad, donde aparecieron varios barriles de gasoil. Era un método utilizado para asegurar la desaparición, aunque también un elemento de uso habitual en la vida agropecuaria. Llama la atención la época de la observación de esos tambores, como también que sean varios juntos. Esto se encuentra en investigación.

 

Noni y Dezorzi

Por lo que sabe hasta ahora, los desaparecidos “en” Gualeguaychú fueron dos: Norma “Noni” González y Oscar “Ruso” De Zorzi.

Quizás no se haya reparado que a De Zorzi lo llevaron el 10 de agosto de 1976 de la vivienda ubicada en calle Mostto y La Rioja, en una detención ilegal de madrugada; y a “Noni” , menos de 48 horas después y a media mañana, desde una oficina del supermercado El Picaflor, en calle Rosario, casi Urquiza.

De Zorzi fue detenido por tres hombres vestidos de civil, uno tenía un arma larga. “Noni” también fue llevada por tres hombres. Uno, de alrededor de 55 años, traje azul y cabello rubio entrecano, estatura media y bastante corpulento. Los otros dos eran más jóvenes, tenían ametralladoras cortas y vestían camperas de cuero. La subieron a un Falcon azul. Se hablaba de la Policía Federal. ¿Fueron los mismos en ambos casos?

El músico Luis Ricardo “Pico” Silva, declaró que el propietario de El Picaflor le había contado que el día que a “Noni” González la detuvieron ilegalmente, él siguió a los tipos en el auto, cruzó el puente sobre el río Gualeguaychú y, en un momento, pararon el auto, se bajaron y lo amenazaron para que no los siguiera.

 

El plan de desaparición

La dictadura 1976-1983 llevó adelante una política de desaparición forzada de personas, en lo que se llamó terrorismo de Estado. El plan incluía inteligencia o seguimiento de la persona, secuestro, torturas. Si no era liberada, casi siempre terminaba en ejecución y desaparición. No sólo que muriera, sino que no la encontraran. Ese propósito se logró en alta medida.

Los centros clandestinos de detención (cárceles, unidades militares, campos, predios varios) obraban según su estructura. Como dice Carlos Somigliana, del Equipo Argentino de Antropología Forense, los que tenían capacidad para hacer vuelos de la muerte, los hacían. Casos de Esma (Armada), Campo de Mayo (Ejército) y en mucha menor medida Rosario (Ejército). El llamado Circuito Camps (por el comisario Ramón Camps, policía que era gobernador de Buenos Aires), actuaba en conurbano y provincia de Buenos Aires. A veces fusilaban en la calle y después el sistema “juntaba” los muertos y los llevaba a cementerios. Policía, Bomberos, médicos y empleados municipales eran parte del esquema. También existió destrucción de cuerpos por el fuego.

 

La naturaleza entrerriana

Cuando hablamos de los desaparecidos en la zona Sur de Entre Ríos, se piensa en el delta, donde llegaron sistemáticamente los vuelos de la muerte y también hubo lanzamiento de tambores de gasoil con cuerpos desde embarcaciones. Hay una importante causa judicial en marcha.

Desde la operación militar y policial, Entre Ríos dependía del Segundo Cuerpo de Ejército de Rosario. Viola, Galtieri, entre otras “joyas”, pasaron por ahí. Y desde lo geográfico, el Sur de Entre Ríos era “el patio” de la zona Norte de Buenos Aires, donde la dictadura se sintió más fuerte. El cordón industrial convivía con las bases navales de Zárate, Policía de Camps y Prefectura en Campana, Tigre, San Fernando. También había alguna presencia del Ejército en las islas.

En ese esquema, lo que es la zona rural de Gualeguaychú pudo haber recibido “desaparecidos” de varios lados. Desde los grandes centros, del circuito Rosario-Santa Fe-Paraná y del resto de la provincia, donde tenían estructura para secuestrar y matar, pero no tanto para desaparecer personas. Y del “caliente” Norte de Buenos Aires. La naturaleza tan abierta era toda una tentación.

Recordemos el caso del exdiputado nacional Diego Muniz Barreto, que fue trasladado desde Campo de Mayo y murió en un “accidente” armado en un arroyo de Villaguay en febrero de 1977 (1).

Es decir, los vuelos en el delta fueron los más visibles, y ya son parte del esquema de desaparición a escala. Partían de los grandes centros clandestinos con capacidad de utilizar aviones o helicópteros, seguían la línea Villa Paranacito-Gualeguay-Victoria. Así, también aparecieron cuerpos al costado, pero no lejos de ese diseño. De hecho, hay testigos que hablan de vuelos sobre Puerto Ruiz, Gualeguay, y también entre las islas de Victoria-Rosario. En Puerto Ruiz, un paisano decía que veía caer cuerpos y le decían que estaba loco. En Victoria, una maestra contó que encerraba a los chicos para que no vieran pasar cadáveres por el río Paraná.

También se produjeron fusilamientos al costado de las rutas, o en campos. Como no debe descartarse que hayan lanzado tachos de gasoil de 200 litros con cuerpos tapados con cemento, desde el aire, desde embarcaciones o desde camiones.

Algunos de los casos mencionados figuran en causa Harguindeguy (2009) y ahora están en manos de la fiscal de Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, Josefina Minatta, con colaboración de Derechos Humanos de la Municipalidad.

Al silencio, tan habitual en los cementerios como en los campos, a veces le quedan cosas por decir.


Fuente: Análisis Digital, Radio Máxima y El Argentino. 

 
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