PROCESO CONTRA EL EXGOBERNADOR
Urribarri apuntó contra sectores de la Justicia, la política y la prensa por el armado de las causas
El ex gobernador Sergio Urribarri declaró ante en el juicio en el que se lo juzga por negociación incompatible con la función pública y peculado. Aseguró que la causa fue un armado que respondió a un mecanismo de persecución, desgaste y estigmatización de dirigentes políticos.
07.02.2022 | 17:17
La exposición de Urribarri se extendió durante dos horas que se dividieron en tres tramos bien claros. En el primero dio un fuerte embate sobre lo que entendió las razones políticas de sometimiento a juicio, en el segundo hizo un racconto de la obra que realizó durante sus dos mandatos al frente del Ejecutivo y en el tercer repasó las cinco acusaciones, defendiendo su accionar y el de su gobierno en cada una.
“Ninguno de los actos que desde seis años se vienen ventilando, desmenuzando y ventilando, se realizó violando ninguna ley. Pero sí se hicieron haciendo uso del poder conferido por el voto popular, para tomar decisiones, dar la cara y decir con claridad de qué lado estamos. Esto en Argentina y en cualquier lugar del mundo se llama gobernar. Quizá sea eso lo que tanto molestó”, dijo el ex mandatario al comenzar su exposición ante el Tribunal de Juicio que integran José María Chemez; Elvio Garzón y Mónica Castagno.
Cabe destacar que antes de que Urribarri comenzara a hablar, la fiscal Patricia Yedro se retiró del recinto, reduciendo la representación del Ministerio Público a dos agentes fiscales interinos: Gonzalo Badano y Juan Francisco Ramírez Montrull.
“Siempre estuve y estaré a disposición de la Justicia”, sentenció el ex mandatario. “Siempre estuve a derecho. Confió plenamente en que este Tribunal asegure imparcialidad, objetividad y las garantías que hasta el inicio de este juicio no hemos tenido”, disparó, dando golpes sobre la mesa.
Al respecto, reseñó que las causas se iniciaron a través de presentaciones de denunciantes que son “conocidos dirigentes políticos de espacios opositores que motorizaron presentaciones a partir de presentaciones realizadas por un periodista obsesionado conmigo y devenido también, desde hace algunos años, en jugador político con claros intereses”.
A esto sumó el accionar de fiscales que actuaron “con total discrecionalidad y direccionamiento al calor de una coyuntura política y no respetaron normas y jueces de garantía que no han cumplido su función y se han lavado literalmente las manos”
También detalló que estaba sentado en el banquillo de los acusados por unos carteles en la ruta que “terminaron como casillas, por una solicitada y por un parador playero. Y hablan de megajuicio. Como una forma sutil que busca instalar una condena social”, razonó.
“Todo lo que molestaba a la construcción política en algunos lugares del país era atacado por ese tridente”, expuso.
“Es un secreto a voces en la provincia la vinculación de Frigerio con un sector del Poder Judicial a través de colaboradores e intermediarios. Y su connivencia con algún fuego amigo. Él y sus amigos apuntaron al disciplinamiento de las fuerzas políticas asestando golpes contra determinados dirigentes”, acotó.
Luego dijo haber sido víctima de operaciones de espionaje ejecutadas a través del área de Migraciones que dependía del Ministerio del Interior que conducía Frigerio durante el gobierno de Mauricio Macri. También ligó al actual diputado nacional a la causa de la “Gestapo” armada en el gobierno de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires.
Luego, estimó que esta pata política encontró su pata mediática “en la figura del periodista Daniel Enz. A Frigerio le costó muy poco sumarlo, pues es sabido su antikirchnerismo y su rechazo a la figura de Cristina Fernández de Kirchner. Además tiene un odio particular hacia mi persona. Me ha responsabilizado de todo tipo de cosas. Hasta de la suerte de su hijo futbolista”, acotó.
Cualquier dirigente de la provincia “sabe del vínculo de este periodista con Rogelio Frigerio. De hecho, uno de los ex integrantes de su programa de televisión es hoy el jefe de prensa de Frigerio”, señaló.
“Disimulen un poco, muchachos. Porque se nota demasiado”, aconsejó. “No tengo miedo a su juego de escarnio. No pienso someterme a esa lógica perversa de generar miedo difamando gratuitamente. No le tengo miedo ni a Enz ni al productor de su programa, un ex comisario acusado de delitos aberrantes”, agregó.
Luego, dedicó varios párrafos al magistrado Ricardo Bonazzola, el juez de Garantías que intervino en los expedientes llevados a juicio. “Desoyó, desatendió todos los reclamos de las defensas incumpliendo claramente su función de juez de garantías. Resuelvió que los planteos se traten en el juicio oral. Y en esta instancia se nos dice que los cuestionamientos a las pruebas debían hacerse ante Bonazzola. Parece el juego del huevo y la gallina. Nada es casual. Nadie es ingenuo acá. Son hechos graves que ocurrieron como si nada”, describió.
“Tampoco atendió los cuestionamientos que realizaron mis abogados sobre los informes periciales. Volvió a incumplir su función. En este juicio ha quedado claro que los bioingenieros no tienen competencia para hacer los informes que hicieron. Se llegó a este juicio violando garantías constitucionales. El juez de garantía debía haber descartado todas las pruebas consideradas ilegales no en beneficio de este juicio, sino de todo el sistema procesal”, afirmó.
También dijo que Bonazzola fue sometido a presiones a través de la prensa. Sin entrar en detalles, consignó que un periodista contratado por el Poder Judicial filtró a un medio de prensa que las causas serían elevadas a juicio días antes de que se conociera la determinación del magistrado. Y que ese medio había publicado “ataques” contra Bonazzola, consignó. “Es muy dañino ese accionar”, reflexionó.
“El accionar del tridente cobra vidas”, consideró, tras lo cual recordó que el ex funcionario Hugo Céspedes, también acusado, falleció a poco de comenzar las audiencias.
Tras leer un fragmento del diario La Nación donde la integrante del Ministerio Público afirmó que detrás del jury estaba el “urribarrismo”, el ex mandatario señaló: “Está claro que la Dra. Goyeneche me señala como su adversario y como el culpable de su situación laboral, personal”. Tras lo cual se preguntó: “¿Es realmente objetiva e imparcial la procuradora respecto a este juicio? Para nada”, se respondió.
“Estos dichos – remarcó - habrían ameritado un pedido de suspensión de la causa. Y no lo hicimos. No tengo nada que ver con lo que sostiene Goyeneche desde el momento en que los dos abogados que la denuncian (Guillermo Mulet y Rubén Pagliotto) son los que motorizaron todas las denuncias en mi contra. Y con quienes tengo un enfrentamiento político y personal durante todos estos años. Incluso con uno (Mulet) tengo una querella por calumnias”, alegó.
Asimismo, apuntó: “No tengo injerencia sobre el Jurado de Enjuiciamiento. Lo sabemos todos, porque nos conocemos todos en Entre Ríos. (A) Tres de ellos no los vi jamás. A uno lo conocí en el velatorio de Jorge Busti. Pero le han dicho (a Goyeneche) que señalarme a mi es redituable periodísticamente”.
Por otra parte, subrayó que resulta “muy llamativo” que Goyeneche “vincule el resultado de las elecciones con el resultado del jury. Tengo perfectamente en claro que el objetivo principal de este proceso (por el juicio en su contra) fue borrar de la conciencia colectiva todo lo que hicimos durante estos años”, arguyó Urribarri.
“Yo me quedo con el cariño de las personas que me han hecho llegar sus muestras de afecto – contrastó - Esos mensajes demuestran que con aciertos y errores le mejoramos la vida a los entrerrianos y entrerrianas. En cada lugar de la provincia hay una obra realizada durante mi gestión”.
Luego de dedicar varios minutos al repaso de las acciones encaradas en sus dos mandatos, retomó el hilo de las consideraciones sobre el entramado político de las causas.
“Había que disciplinar. Más de una vez se escuchó «A Urribarri lo paramos con la Justicia». Tuve aspiraciones políticas – reconoció - Pero siempre con sentido federal y colectivo. Nunca personalista”.
“Hay sectores que no toleraron que habiendo nacido en Arroyo Barú, sin linaje, siendo hijo de un ferroviario y de una maestra rural y no siendo abogado, haya sido intendente, presidente de la cámara de diputados y dos veces gobernador”, argumentó.
Pero “jamás van a lograr que me arrepienta de lo que hice. En el camino habré cometido errores, como todos. Pero estamos aquí no por errores, sino por lo que hicimos”, sentenció.
“Ninguno de los actos que desde seis años se vienen ventilando, desmenuzando y ventilando, se realizó violando ninguna ley. Pero sí se hicieron haciendo uso del poder conferido por el voto popular, para tomar decisiones, dar la cara y decir con claridad de qué lado estamos. Esto en Argentina y en cualquier lugar del mundo se llama gobernar. Quizá sea eso lo que tanto molestó”, dijo el ex mandatario al comenzar su exposición ante el Tribunal de Juicio que integran José María Chemez; Elvio Garzón y Mónica Castagno.
Cabe destacar que antes de que Urribarri comenzara a hablar, la fiscal Patricia Yedro se retiró del recinto, reduciendo la representación del Ministerio Público a dos agentes fiscales interinos: Gonzalo Badano y Juan Francisco Ramírez Montrull.
Tridente
En su alegato político, Urribarri apuntó directamente contra “sectores de la política, de la Justicia y de medios de comunicación”. Luego, detalló que Entre Ríos no fue ajena a la mesa judicial del macrismo que se investiga en el ámbito judicial. “Yo fui blanco de esa operatoria”, denunció.“Siempre estuve y estaré a disposición de la Justicia”, sentenció el ex mandatario. “Siempre estuve a derecho. Confió plenamente en que este Tribunal asegure imparcialidad, objetividad y las garantías que hasta el inicio de este juicio no hemos tenido”, disparó, dando golpes sobre la mesa.
Al respecto, reseñó que las causas se iniciaron a través de presentaciones de denunciantes que son “conocidos dirigentes políticos de espacios opositores que motorizaron presentaciones a partir de presentaciones realizadas por un periodista obsesionado conmigo y devenido también, desde hace algunos años, en jugador político con claros intereses”.
A esto sumó el accionar de fiscales que actuaron “con total discrecionalidad y direccionamiento al calor de una coyuntura política y no respetaron normas y jueces de garantía que no han cumplido su función y se han lavado literalmente las manos”
También detalló que estaba sentado en el banquillo de los acusados por unos carteles en la ruta que “terminaron como casillas, por una solicitada y por un parador playero. Y hablan de megajuicio. Como una forma sutil que busca instalar una condena social”, razonó.
“Todo lo que molestaba a la construcción política en algunos lugares del país era atacado por ese tridente”, expuso.
En primera persona
Más adelante, puso nombre propio a estas acusaciones. La pata política de ese armado “es el señor Rogelio Frigerio, el señor del espionaje ilegal y del teléfono encriptado que operó y opera agazapado desde el tiempo en que era ministro. Su plan A es seguir haciendo política en Capital Federal, donde tiene domicilio. Su plan B es la provincia. Para un forastero como él, la única forma de generar condiciones favorables para competir era sacando del juego a referentes políticos de la provincia. Y no solo del peronismo. Yo era, soy y seré uno de los principales obstáculos”, aseguró.“Es un secreto a voces en la provincia la vinculación de Frigerio con un sector del Poder Judicial a través de colaboradores e intermediarios. Y su connivencia con algún fuego amigo. Él y sus amigos apuntaron al disciplinamiento de las fuerzas políticas asestando golpes contra determinados dirigentes”, acotó.
Luego dijo haber sido víctima de operaciones de espionaje ejecutadas a través del área de Migraciones que dependía del Ministerio del Interior que conducía Frigerio durante el gobierno de Mauricio Macri. También ligó al actual diputado nacional a la causa de la “Gestapo” armada en el gobierno de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires.
Luego, estimó que esta pata política encontró su pata mediática “en la figura del periodista Daniel Enz. A Frigerio le costó muy poco sumarlo, pues es sabido su antikirchnerismo y su rechazo a la figura de Cristina Fernández de Kirchner. Además tiene un odio particular hacia mi persona. Me ha responsabilizado de todo tipo de cosas. Hasta de la suerte de su hijo futbolista”, acotó.
Cualquier dirigente de la provincia “sabe del vínculo de este periodista con Rogelio Frigerio. De hecho, uno de los ex integrantes de su programa de televisión es hoy el jefe de prensa de Frigerio”, señaló.
“Disimulen un poco, muchachos. Porque se nota demasiado”, aconsejó. “No tengo miedo a su juego de escarnio. No pienso someterme a esa lógica perversa de generar miedo difamando gratuitamente. No le tengo miedo ni a Enz ni al productor de su programa, un ex comisario acusado de delitos aberrantes”, agregó.
Luego, dedicó varios párrafos al magistrado Ricardo Bonazzola, el juez de Garantías que intervino en los expedientes llevados a juicio. “Desoyó, desatendió todos los reclamos de las defensas incumpliendo claramente su función de juez de garantías. Resuelvió que los planteos se traten en el juicio oral. Y en esta instancia se nos dice que los cuestionamientos a las pruebas debían hacerse ante Bonazzola. Parece el juego del huevo y la gallina. Nada es casual. Nadie es ingenuo acá. Son hechos graves que ocurrieron como si nada”, describió.
“Tampoco atendió los cuestionamientos que realizaron mis abogados sobre los informes periciales. Volvió a incumplir su función. En este juicio ha quedado claro que los bioingenieros no tienen competencia para hacer los informes que hicieron. Se llegó a este juicio violando garantías constitucionales. El juez de garantía debía haber descartado todas las pruebas consideradas ilegales no en beneficio de este juicio, sino de todo el sistema procesal”, afirmó.
También dijo que Bonazzola fue sometido a presiones a través de la prensa. Sin entrar en detalles, consignó que un periodista contratado por el Poder Judicial filtró a un medio de prensa que las causas serían elevadas a juicio días antes de que se conociera la determinación del magistrado. Y que ese medio había publicado “ataques” contra Bonazzola, consignó. “Es muy dañino ese accionar”, reflexionó.
“El accionar del tridente cobra vidas”, consideró, tras lo cual recordó que el ex funcionario Hugo Céspedes, también acusado, falleció a poco de comenzar las audiencias.
Goyeneche
En línea con esto, hizo mención a que durante el desarrollo de las audiencias el Jurado de Enjuiciamiento resolvió abrir un jury a la fiscal Cecilia Goyeneche. Y que la procuradora adjunta lo responsabiliza de esa decisión del órgano constitucional.Tras leer un fragmento del diario La Nación donde la integrante del Ministerio Público afirmó que detrás del jury estaba el “urribarrismo”, el ex mandatario señaló: “Está claro que la Dra. Goyeneche me señala como su adversario y como el culpable de su situación laboral, personal”. Tras lo cual se preguntó: “¿Es realmente objetiva e imparcial la procuradora respecto a este juicio? Para nada”, se respondió.
“Estos dichos – remarcó - habrían ameritado un pedido de suspensión de la causa. Y no lo hicimos. No tengo nada que ver con lo que sostiene Goyeneche desde el momento en que los dos abogados que la denuncian (Guillermo Mulet y Rubén Pagliotto) son los que motorizaron todas las denuncias en mi contra. Y con quienes tengo un enfrentamiento político y personal durante todos estos años. Incluso con uno (Mulet) tengo una querella por calumnias”, alegó.
Asimismo, apuntó: “No tengo injerencia sobre el Jurado de Enjuiciamiento. Lo sabemos todos, porque nos conocemos todos en Entre Ríos. (A) Tres de ellos no los vi jamás. A uno lo conocí en el velatorio de Jorge Busti. Pero le han dicho (a Goyeneche) que señalarme a mi es redituable periodísticamente”.
Por otra parte, subrayó que resulta “muy llamativo” que Goyeneche “vincule el resultado de las elecciones con el resultado del jury. Tengo perfectamente en claro que el objetivo principal de este proceso (por el juicio en su contra) fue borrar de la conciencia colectiva todo lo que hicimos durante estos años”, arguyó Urribarri.
Los últimos años
“Han sido años muy duros, de mentiras sobre mí, mi familia, mi gestión y quienes formaron parte de mi gobierno. Han publicado fotos de mis nietos de un año y medio. No han tenido límites. Han actuado con perversidad, ensañamiento”, describió.“Yo me quedo con el cariño de las personas que me han hecho llegar sus muestras de afecto – contrastó - Esos mensajes demuestran que con aciertos y errores le mejoramos la vida a los entrerrianos y entrerrianas. En cada lugar de la provincia hay una obra realizada durante mi gestión”.
Luego de dedicar varios minutos al repaso de las acciones encaradas en sus dos mandatos, retomó el hilo de las consideraciones sobre el entramado político de las causas.
“Había que disciplinar. Más de una vez se escuchó «A Urribarri lo paramos con la Justicia». Tuve aspiraciones políticas – reconoció - Pero siempre con sentido federal y colectivo. Nunca personalista”.
“Hay sectores que no toleraron que habiendo nacido en Arroyo Barú, sin linaje, siendo hijo de un ferroviario y de una maestra rural y no siendo abogado, haya sido intendente, presidente de la cámara de diputados y dos veces gobernador”, argumentó.
Pero “jamás van a lograr que me arrepienta de lo que hice. En el camino habré cometido errores, como todos. Pero estamos aquí no por errores, sino por lo que hicimos”, sentenció.
Fuente: APF