CANDIDATURAS 2023
Lo que necesitan los y las que quieran disputar la gobernación
Quienes pretendan ir por la sucesión de Gustavo Bordet en 2023 deberán reunir casi cien voluntades dispuestas a competir por cargos en la Legislatura para cumplir con el requisito legal que impone que una candidatura a la gobernación deberá ir acompañada de 15 postulaciones para el Senado y una lista completa para Diputados.
11.09.2022 | 10:19
Para la presentación de postulaciones para la gobernación, la legislación provincial establece el requisito de que deben estar acompañadas de, al menos, 15 candidaturas al Senado y una lista completa de Diputados. De lo contrario, la norma ordena que la lista para el Ejecutivo provincial no se oficialice y, por lo tanto, no compita ni en las primarias ni en las generales.
La exigencia fuerza a quien quiera competir por la sucesión de Bordet a conseguir en 15 departamentos distintos dos nombres (un titular y un suplente) dispuestos a ser candidatos al Senado provincial, por lo que se necesitan treinta personas. A esto hay que sumar una lista completa para Diputados, que implica también titulares y suplentes, lo que suma 68 personas más. El subtotal da 98. Agregada la fórmula del Ejecutivo, se redondea en 100.
El requisito de integrar la lista con titulares y suplentes se sostiene en dos factores. El primero es de orden legal: la normativa electoral establece un sistema de vacancias en caso de que se produzca una renuncia, se dé una incapacidad sobreviniente o se registre un fallecimiento, donde en primer lugar se echa mano a la lista de suplencias para completar el casillero vacío. El segundo es técnico: las listas se cargan en un sistema on line del Tribunal Electoral de la provincia que exige rellenar los campos de titulares y suplentes para poder hacer la presentación.
En el órgano electoral provincial entienden que queda una ventana abierta para superar este escollo: la judicialización de la normativa, apelando a la presentación de titulares solamente (lo que reduciría a la mitad el número de personas requeridas) y al derecho que tienen a ser elegidas.
Este escenario tiene final abierto, ya que en primera instancia deberá definir el Tribunal Electoral cuya composición se renovará en unos meses. Sólo se tiene un dato cierto para el año próximo: la presidenta seguirá siendo Susana Medina por ser la titular del Superior Tribunal de Justicia. Pero el vocal del STJ Germán Carlomagno y la jueza de primera instancia Gladys Pinto concluyen su mandato. Esos sitiales deberán volver a sortearse entre los vocales del Superior, en el primer caso, y entre la magistratura ordinaria el segundo.
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En el Frente de Todos, la posibilidad cierta de que haya dos o más candidaturas a la gobernación ha quedado marcada desde que Enrique Cresto quemó las naves y definió que será candidato en 2023. A él habría que sumarle un o una postulante que encarne la continuidad del bordetismo.
Sin embargo, la masa crítica para ambas candidaturas estará dada por la presencia de Bordet (el principal elector del peronismo) como primer candidato a diputado provincial, lo que garantizaría que su nombre esté en las boletas de todos los departamentos.
El sistema de pegados de candidatos al senado y a diputados con la fórmula de la gobernación que la ley habilita, garantizaría para el oficialismo la competencia en el cuerpo del Ejecutivo y, a la vez, cerrar la interna y confluir en una sola lista para las diputaciones y las senadurías a fin de evitar rompimientos en los departamentos.
No ocurre lo mismo en Juntos por Entre Ríos. El frente opositor tiene dos candidatos en carrera. Uno ya se lanzó: Pedro Galimberti, el ex intendente de Chajarí. El otro quedó cantado desde las legislativas de 2021: Rogelio Frigerio, ex ministro del Interior. Ambos son actualmente diputados nacionales.
Entre Ríos Cambia, la agrupación de Galimberti, está demoronándose tras los comicios del año pasado. Su socio principal, Dario Schneider, le cedió todo el protagonismo e hizo mutis por el foro. A esto se suma que tres de los intendentes principales que sostenían el espacio (el de Viale, Carlos Weiss ; el de Villa Urquiza Manuel Tennen y el de María Grande, Héctor Solari) ya saltaron a los brazos de Frigerio. Hay otros sondeando el mismo sendero.
El perfil confrontativo hacia su rival del ex intendente de Chajarí y la necesidad de ambos de garantizar acuerdos propios en los territorios, hacen parecer imposible un acuerdo de convivencia como el que se preludia en el oficialismo. Es más probable que la situación en Juntos sea de armados separados que se enfrenten. El problema en este caso es que, salvo los que puedan incorporarse en la lista de diputados por la minoría, quienes integren la lista vencida quedarán fuera de cualquier postulación en las generales.
Otro elemento a tener en cuenta es el armado en las 90 municipalidades. En el Frente de Todos la intención es sostener a los intendentes que tienen posibilidad de reelección y chances de lograrla y abrir interna en los lugares donde el actual mandatario no pueda presentarse o el gobierno local sea de la oposición.
En Juntos, hasta ahora, la mayoría de los mandatarios locales estuvo detrás de Galimberti. Pero los que buscarán ser reelectos tendrán que definir si siguen ese camino, si cruzan el alambrado como ya hicieron otros colegas o si, en todo caso, se produce un entendimiento hacia el interior de la coalición que posibilite el doble pegado con las fórmulas a la gobernación.
La exigencia fuerza a quien quiera competir por la sucesión de Bordet a conseguir en 15 departamentos distintos dos nombres (un titular y un suplente) dispuestos a ser candidatos al Senado provincial, por lo que se necesitan treinta personas. A esto hay que sumar una lista completa para Diputados, que implica también titulares y suplentes, lo que suma 68 personas más. El subtotal da 98. Agregada la fórmula del Ejecutivo, se redondea en 100.
El requisito de integrar la lista con titulares y suplentes se sostiene en dos factores. El primero es de orden legal: la normativa electoral establece un sistema de vacancias en caso de que se produzca una renuncia, se dé una incapacidad sobreviniente o se registre un fallecimiento, donde en primer lugar se echa mano a la lista de suplencias para completar el casillero vacío. El segundo es técnico: las listas se cargan en un sistema on line del Tribunal Electoral de la provincia que exige rellenar los campos de titulares y suplentes para poder hacer la presentación.
En el órgano electoral provincial entienden que queda una ventana abierta para superar este escollo: la judicialización de la normativa, apelando a la presentación de titulares solamente (lo que reduciría a la mitad el número de personas requeridas) y al derecho que tienen a ser elegidas.
Este escenario tiene final abierto, ya que en primera instancia deberá definir el Tribunal Electoral cuya composición se renovará en unos meses. Sólo se tiene un dato cierto para el año próximo: la presidenta seguirá siendo Susana Medina por ser la titular del Superior Tribunal de Justicia. Pero el vocal del STJ Germán Carlomagno y la jueza de primera instancia Gladys Pinto concluyen su mandato. Esos sitiales deberán volver a sortearse entre los vocales del Superior, en el primer caso, y entre la magistratura ordinaria el segundo.
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Escenarios
Este requisito legal golpea de dos formas distintas en los principales frentes electorales provinciales.En el Frente de Todos, la posibilidad cierta de que haya dos o más candidaturas a la gobernación ha quedado marcada desde que Enrique Cresto quemó las naves y definió que será candidato en 2023. A él habría que sumarle un o una postulante que encarne la continuidad del bordetismo.
Sin embargo, la masa crítica para ambas candidaturas estará dada por la presencia de Bordet (el principal elector del peronismo) como primer candidato a diputado provincial, lo que garantizaría que su nombre esté en las boletas de todos los departamentos.
El sistema de pegados de candidatos al senado y a diputados con la fórmula de la gobernación que la ley habilita, garantizaría para el oficialismo la competencia en el cuerpo del Ejecutivo y, a la vez, cerrar la interna y confluir en una sola lista para las diputaciones y las senadurías a fin de evitar rompimientos en los departamentos.
No ocurre lo mismo en Juntos por Entre Ríos. El frente opositor tiene dos candidatos en carrera. Uno ya se lanzó: Pedro Galimberti, el ex intendente de Chajarí. El otro quedó cantado desde las legislativas de 2021: Rogelio Frigerio, ex ministro del Interior. Ambos son actualmente diputados nacionales.
Entre Ríos Cambia, la agrupación de Galimberti, está demoronándose tras los comicios del año pasado. Su socio principal, Dario Schneider, le cedió todo el protagonismo e hizo mutis por el foro. A esto se suma que tres de los intendentes principales que sostenían el espacio (el de Viale, Carlos Weiss ; el de Villa Urquiza Manuel Tennen y el de María Grande, Héctor Solari) ya saltaron a los brazos de Frigerio. Hay otros sondeando el mismo sendero.
El perfil confrontativo hacia su rival del ex intendente de Chajarí y la necesidad de ambos de garantizar acuerdos propios en los territorios, hacen parecer imposible un acuerdo de convivencia como el que se preludia en el oficialismo. Es más probable que la situación en Juntos sea de armados separados que se enfrenten. El problema en este caso es que, salvo los que puedan incorporarse en la lista de diputados por la minoría, quienes integren la lista vencida quedarán fuera de cualquier postulación en las generales.
Otro elemento a tener en cuenta es el armado en las 90 municipalidades. En el Frente de Todos la intención es sostener a los intendentes que tienen posibilidad de reelección y chances de lograrla y abrir interna en los lugares donde el actual mandatario no pueda presentarse o el gobierno local sea de la oposición.
En Juntos, hasta ahora, la mayoría de los mandatarios locales estuvo detrás de Galimberti. Pero los que buscarán ser reelectos tendrán que definir si siguen ese camino, si cruzan el alambrado como ya hicieron otros colegas o si, en todo caso, se produce un entendimiento hacia el interior de la coalición que posibilite el doble pegado con las fórmulas a la gobernación.
Fuente: APF