La Industria del Software se afianza en La Histórica
El auge de la Industria del Software en Concepción del Uruguay es cada vez más evidente; ya sea por la cantidad de empresas del rubro que se radican en la ciudad, por el buen nivel educativo de sus universidades y por la decisión de muchos talentos locales que prefieren vivir lejos de las grandes urbes.
09.10.2023 | 11:36
En este contexto, Federico Repond, CEO y uno de los cuatro cofundadores de la empresa Artekium Technology, inauguró una oficina en Rocamora 459 y aceptó una entrevista; donde destacó las cualidades de la ciudad que benefician a empresas ligadas a la industria del software.
El empresario rosarino de cincuenta años es casi un “uruguayense” por elección; ya que su empeño por brindarle trabajo a jóvenes talentos del interior del país, lo llevó a montar en “La Histórica” la oficina más importante de esta empresa que tiene presencia en al menos 14 provincias del país: “Estamos reinaugurando las oficinas, para volver a tener un lugar de trabajo post pandemia. Si bien tenemos la política de que las personas pueden trabajar de forma remota, creemos que la oficina está bueno para crear grupos de trabajo”.
-¿Cómo, cuándo y dónde comenzó Artekium?
Empezamos en 2019 divididos entre Rosario y Buenos Aires, porque algunos de los socios eran de allá. Al año y pico sumamos Concepción del Uruguay, que hoy la sede más grande que tenemos.
-¿Por qué decidieron abrir oficinas en Concepción del Uruguay?
-Uno de los socios estaba viviendo acá, ya tenía conformado un equipo muy grande de trabajo y además hay muy buenas universidades. Somos una empresa bastante federal, la forma de crecimiento fue más en el interior.
En las grandes urbes hay mucha competencia por los talentos, donde tenés monstruos como Mercado Libre, Globant y Despegar. Nosotros tuvimos la estrategia de buscar talentos en el interior del país, empezar con algunas personas y a partir de ahí crecer.
Después nos fijamos el tamaño de las ciudades, si hay universidades y qué capacidad hay de escalar. Concepción del Uruguay fue una explosión tremenda, es un polo universitario importante de la región con varias facultades y eso da mucho movimiento.
Lo interesante de instalarnos en el interior del país y hacer un clúster; es que antes para tener la oportunidad de conseguir un trabajo de calidad en la industria del software, había que irse a las grandes ciudad. Yo era de Rosario y me tuve que ir a Buenos Aires.
Con Artekium damos la posibilidad, para aquellos que no quieran irse de acá, de tener un trabajo de igual calidad, con buena remuneración y en su lugar de origen.
-¿Qué pasó con la sociedad, para que hoy una empresa decida invertir en ciudades más pequeñas y no montar tantas oficinas en grandes urbes?
Pasaron muchas cosas. Nosotros empezamos con esta idea antes de la pandemia y hoy estamos distribuidos en catorce provincias. Lamentablemente, por lo que fue la cuarentena para el resto de la economía, a la industria del software la potenció. Saliendo de esta industria, el aislamiento convirtió al trabajo remoto en algo natural.
Esto ocurrió así porque no quedó otra; la pandemia nos demostró que no hay necesidad de estar todos los días en la oficina. Los niveles de productividad no tienen que ver solamente con estar ocho horas sentado en una silla, la gente empezó a valorar otras cosas que tienen que ver más con su vida cotidiana y los trabajadores empezaron a exigir un buen balance entre vida y trabajo.
Nuestra industria, al ser muy demandada, siempre fue pionera en lo que respecta a los entornos laborales y el equilibrio con la vida personal. Muchas veces las condiciones la ponen las personas, lo cual está bueno. La pandemia le mostró a todos, que hay otras formas de hacer las cosas.
-¿Cuáles son sus potenciales clientes? Estimo que no se radicaron en la ciudad, pensando en brindar servicios sólo a empresas locales.
-Río Uruguay Seguros siempre fue un gran apoyo para la economía local y regional, ya que es una gran empresa; por lo tanto es un interés para nosotros. En Argentina tenemos muy buenos clientes, pero estamos apuntando a todo lo que es regional. Trabajamos para México, tratamos de crecer en Estados Unidos y tenemos presencia en España.
-¿Cómo le explico al ciudadano medio cuál es el trabajo que realizan?
-(Risas) Es difícil bajar algo tan abstracto a un lenguaje común, pero el tipo de cosas que nosotros hacemos permiten que puedas utilizar las aplicaciones de tu celular; donde habitualmente miras el home banking, hacer trámites con el seguro de tu auto o hacer alguna reserva para un profesional que está dentro de tu obra social.
Hacemos desarrollo de software en su forma más general, pero hoy estamos enfocados en cuatro verticales de negocios: seguros, banca y finanzas, salud y domótica; algo que aún no está muy desarrollado en el país y tiene que ver con el manejo de tu hogar inteligente e internet de las cosas.
Cada vez más dispositivos son inteligentes, teniendo la capacidad de poder brindarte datos por ejemplo prender el aire acondicionado desde tu celular.
-Muchas veces no nos damos cuenta, pero antes con el celular sólo sacábamos fotos y ahora grabamos notas, editamos videos y lo usamos cada vez más…
-Incluso si empezas a usar Inteligencia Artificial, podes desgravar todo lo que estamos hablando, hacer un resumen de las partes más importantes y después empezar a redactar tu nota. Creo que la Inteligencia Artificial rompe con el síndrome de la hoja en blanco, te hace ganar niveles de productividad y no arrancas de cero.
Arrancar con la hoja en blanco es lo más difícil y esquivar eso te ayuda. Particularmente soy un optimista de la tecnología, pero seguramente habrá quienes piensan que el futuro con Inteligencia Artificial puede llegar a ser malo.
No creo que se destruyan los puestos de trabajo. En el plano laboral, hoy se habla mucho del copiloto, como una ayuda que tenes a tu lado para hacer diferentes cosas. Hoy hay muchas discusiones sobre las jornadas laborales, lo que implica que seguramente habrá cambios que generen cierta preocupación.
Hay gente que es menos propensa al cambio, pero nosotros al estar en software estamos acostumbrados a los continuos movimientos. Tenemos como un entrenamiento especial, al ver las modificaciones de manera continua y convivir con ellas. Por otro lado, es entendible que mucha gente esté asustada por lo que puede venir.
-¿Están incursionando como empresa en el desarrollo de Inteligencia Artificia?
-Sí, despacio estamos haciendo un producto propio, conectado a compañías. Siempre fue un desafío el manejo de conocimiento de las organizaciones, donde hay documentación y diversos procesos de las cosas que se hacen habitualmente.
Siempre fue muy difícil el acceso al conocimiento de las organizaciones, ya que la información está en una carpeta que nadie sabe y hay que buscarla. Creo que con la herramienta que estamos desarrollando, va a permitir que vos puedas tener la información disponible para consultarla esté donde esté. La idea sería que funcione todo en tiempo real.
-¿Sería para sectores administrativos de empresas?
-No, pensamos en algo más cross empresas. Por ejemplo, estás por empezar un proyecto y necesitas saber si ya se hizo algo similar. También puede ser útil para un centro de atención al cliente, a quien le brindas un soporte para consultar problemas por los cuales llaman los clientes y así encontrar una solución más rápida.
-De todas maneras siempre tiene que haber alguien atrás acompañando, hablo de una persona física…
-Sí, la parte humana no la podemos reemplazar. En educación también se podría implementar, ya que cuando uno estudia una carrera, el acceso al material de consulta suele ser complicado. Nos puede ayudar a determinar, de todas las fuentes de información que hay, cuál es la específica.
Esta herramienta que estamos desarrollando apunta a ordenar un poco o mejorar el manejo del conocimiento, que siempre fue un problema para todos. Creo que toda la tecnología que está emergiendo va a ayudar muchísimo.
-Entiendo que no están en la búsqueda de empleados, pero me interesa saber qué tipo de profesionales buscan
-Siempre estamos buscando personal, somos una empresa en crecimiento. La curva de crecimiento de Artekium marca que en 2019 éramos cuatro personas y hoy tenemos más de 120 trabajadores.
En general buscamos muchas posiciones de desarrollo: ingenieros de software, licenciados en informáticas y ese tipo de carreras. Después tenemos otras posiciones que hacen un trabajo más de testing, que puede ser manual o automatizado.
Hoy el software te está pidiendo un dinamismo y estar entregando en forma continua, por lo cual se debe testear automáticamente al terminar, para que el software le dé la capacidad competitiva al negocio que lo implementa.
-¿Cómo sortea una empresa joven, la actual crisis económica y social del país? ¿Apuntan a incrementar los clientes del exterior?
-Este último año fue un poco más difícil, ya que los contextos global y local fueron más complejos por la post-pandemia, la guerra en Ucrania y la alta inflación mundial; aunque cabe remarcar que no es comparable con la de Argentina.
Las Tasas de intereses altas hace que existan menos inversiones en nuevos negocios, fue un año complejo para todos; pero de todas maneras hoy todo funciona con tecnología: es una demanda global, no local.
Nuestro servicio es globalizado, pero al igual que en Concepción del Uruguay, en otras ciudades de Argentina hay talentos y buenas universidades. Aún con la crisis y los problemas del país, siguen saliendo profesionales de primer nivel.
-¿Qué sabes del proyecto municipal denominado “La Nube”, que consta en la creación de un espacio para nuclear a empresas locales de la industria del software?
-La verdad es que no estoy al tanto, seguramente los chicos que viven acá sí. Pero, todas las ciudades que se quieren posicionar en el campo de la tecnología hacen inversiones públicas y privadas. En Rosario se hizo un polo tecnológico, donde se restauraron viejas naves del ejército de un pabellón que estaba sin uso.
El gran problema de Rosario, espero que acá no les suceda, es que se quedaron a mitad de camino. Esto se hizo en una zona de las afueras de la ciudad, donde no estaba mal, pero después no se hicieron las obras de transporte y no se atendieron los temas de seguridad. Empezó bien, pero se quedó a mitad de camino.
No conozco el proyecto de Concepción del Uruguay, pero si tuviese que recomendar algo es: piensen en el proyecto a largo plazo. No digo que se esté trabajando mal acá, ya que todavía no conozco el proyecto La Nube, pero es indispensable pensarlo a largo plazo. Desconozco la propuesta, pero ojalá sea con una visión a largo plazo.
-Bueno, el edificio donde va a funcionar La Nube está en el centro y es de fácil acceso. El tema del transporte va a estar cubierto…
-(Risas) Eso es muy bueno y es un tema a tener en cuenta para su funcionamiento.
-¿Te acordas la primera computadora que programaste? ¿Cuál era?
-La primera computadora que programé era de un vecino que tenía la posibilidad de tener una y era una Cz-1000. Se llamaba Czerweny y tenía 2 k de memoria.
Después pasé a algo un poco mejor, que era una vieja Commodore 64, que tenía 64 k de memoria; pero igualmente este celular que estás usando para grabar la entrevista ya lo supero en muchísimos recursos.
Programar estas computadoras era raro e interesante a la vez, pero los problemas que se resolvían era de otra magnitud. Igualmente creo que las restricciones que se tenían en cuanto al procesamiento y las memorias de ese entonces, te entrenaban de determinada forma para aprovechar los recursos. Hoy, no son ilimitados, pero hay recursos de memorias y procesamientos casi ilimitados.
El empresario rosarino de cincuenta años es casi un “uruguayense” por elección; ya que su empeño por brindarle trabajo a jóvenes talentos del interior del país, lo llevó a montar en “La Histórica” la oficina más importante de esta empresa que tiene presencia en al menos 14 provincias del país: “Estamos reinaugurando las oficinas, para volver a tener un lugar de trabajo post pandemia. Si bien tenemos la política de que las personas pueden trabajar de forma remota, creemos que la oficina está bueno para crear grupos de trabajo”.
-¿Cómo, cuándo y dónde comenzó Artekium?
Empezamos en 2019 divididos entre Rosario y Buenos Aires, porque algunos de los socios eran de allá. Al año y pico sumamos Concepción del Uruguay, que hoy la sede más grande que tenemos.
-¿Por qué decidieron abrir oficinas en Concepción del Uruguay?
-Uno de los socios estaba viviendo acá, ya tenía conformado un equipo muy grande de trabajo y además hay muy buenas universidades. Somos una empresa bastante federal, la forma de crecimiento fue más en el interior.
En las grandes urbes hay mucha competencia por los talentos, donde tenés monstruos como Mercado Libre, Globant y Despegar. Nosotros tuvimos la estrategia de buscar talentos en el interior del país, empezar con algunas personas y a partir de ahí crecer.
Después nos fijamos el tamaño de las ciudades, si hay universidades y qué capacidad hay de escalar. Concepción del Uruguay fue una explosión tremenda, es un polo universitario importante de la región con varias facultades y eso da mucho movimiento.
Lo interesante de instalarnos en el interior del país y hacer un clúster; es que antes para tener la oportunidad de conseguir un trabajo de calidad en la industria del software, había que irse a las grandes ciudad. Yo era de Rosario y me tuve que ir a Buenos Aires.
Con Artekium damos la posibilidad, para aquellos que no quieran irse de acá, de tener un trabajo de igual calidad, con buena remuneración y en su lugar de origen.
-¿Qué pasó con la sociedad, para que hoy una empresa decida invertir en ciudades más pequeñas y no montar tantas oficinas en grandes urbes?
Pasaron muchas cosas. Nosotros empezamos con esta idea antes de la pandemia y hoy estamos distribuidos en catorce provincias. Lamentablemente, por lo que fue la cuarentena para el resto de la economía, a la industria del software la potenció. Saliendo de esta industria, el aislamiento convirtió al trabajo remoto en algo natural.
Esto ocurrió así porque no quedó otra; la pandemia nos demostró que no hay necesidad de estar todos los días en la oficina. Los niveles de productividad no tienen que ver solamente con estar ocho horas sentado en una silla, la gente empezó a valorar otras cosas que tienen que ver más con su vida cotidiana y los trabajadores empezaron a exigir un buen balance entre vida y trabajo.
Nuestra industria, al ser muy demandada, siempre fue pionera en lo que respecta a los entornos laborales y el equilibrio con la vida personal. Muchas veces las condiciones la ponen las personas, lo cual está bueno. La pandemia le mostró a todos, que hay otras formas de hacer las cosas.
-¿Cuáles son sus potenciales clientes? Estimo que no se radicaron en la ciudad, pensando en brindar servicios sólo a empresas locales.
-Río Uruguay Seguros siempre fue un gran apoyo para la economía local y regional, ya que es una gran empresa; por lo tanto es un interés para nosotros. En Argentina tenemos muy buenos clientes, pero estamos apuntando a todo lo que es regional. Trabajamos para México, tratamos de crecer en Estados Unidos y tenemos presencia en España.
-¿Cómo le explico al ciudadano medio cuál es el trabajo que realizan?
-(Risas) Es difícil bajar algo tan abstracto a un lenguaje común, pero el tipo de cosas que nosotros hacemos permiten que puedas utilizar las aplicaciones de tu celular; donde habitualmente miras el home banking, hacer trámites con el seguro de tu auto o hacer alguna reserva para un profesional que está dentro de tu obra social.
Hacemos desarrollo de software en su forma más general, pero hoy estamos enfocados en cuatro verticales de negocios: seguros, banca y finanzas, salud y domótica; algo que aún no está muy desarrollado en el país y tiene que ver con el manejo de tu hogar inteligente e internet de las cosas.
Cada vez más dispositivos son inteligentes, teniendo la capacidad de poder brindarte datos por ejemplo prender el aire acondicionado desde tu celular.
-Muchas veces no nos damos cuenta, pero antes con el celular sólo sacábamos fotos y ahora grabamos notas, editamos videos y lo usamos cada vez más…
-Incluso si empezas a usar Inteligencia Artificial, podes desgravar todo lo que estamos hablando, hacer un resumen de las partes más importantes y después empezar a redactar tu nota. Creo que la Inteligencia Artificial rompe con el síndrome de la hoja en blanco, te hace ganar niveles de productividad y no arrancas de cero.
Arrancar con la hoja en blanco es lo más difícil y esquivar eso te ayuda. Particularmente soy un optimista de la tecnología, pero seguramente habrá quienes piensan que el futuro con Inteligencia Artificial puede llegar a ser malo.
No creo que se destruyan los puestos de trabajo. En el plano laboral, hoy se habla mucho del copiloto, como una ayuda que tenes a tu lado para hacer diferentes cosas. Hoy hay muchas discusiones sobre las jornadas laborales, lo que implica que seguramente habrá cambios que generen cierta preocupación.
Hay gente que es menos propensa al cambio, pero nosotros al estar en software estamos acostumbrados a los continuos movimientos. Tenemos como un entrenamiento especial, al ver las modificaciones de manera continua y convivir con ellas. Por otro lado, es entendible que mucha gente esté asustada por lo que puede venir.
-¿Están incursionando como empresa en el desarrollo de Inteligencia Artificia?
-Sí, despacio estamos haciendo un producto propio, conectado a compañías. Siempre fue un desafío el manejo de conocimiento de las organizaciones, donde hay documentación y diversos procesos de las cosas que se hacen habitualmente.
Siempre fue muy difícil el acceso al conocimiento de las organizaciones, ya que la información está en una carpeta que nadie sabe y hay que buscarla. Creo que con la herramienta que estamos desarrollando, va a permitir que vos puedas tener la información disponible para consultarla esté donde esté. La idea sería que funcione todo en tiempo real.
-¿Sería para sectores administrativos de empresas?
-No, pensamos en algo más cross empresas. Por ejemplo, estás por empezar un proyecto y necesitas saber si ya se hizo algo similar. También puede ser útil para un centro de atención al cliente, a quien le brindas un soporte para consultar problemas por los cuales llaman los clientes y así encontrar una solución más rápida.
-De todas maneras siempre tiene que haber alguien atrás acompañando, hablo de una persona física…
-Sí, la parte humana no la podemos reemplazar. En educación también se podría implementar, ya que cuando uno estudia una carrera, el acceso al material de consulta suele ser complicado. Nos puede ayudar a determinar, de todas las fuentes de información que hay, cuál es la específica.
Esta herramienta que estamos desarrollando apunta a ordenar un poco o mejorar el manejo del conocimiento, que siempre fue un problema para todos. Creo que toda la tecnología que está emergiendo va a ayudar muchísimo.
-Entiendo que no están en la búsqueda de empleados, pero me interesa saber qué tipo de profesionales buscan
-Siempre estamos buscando personal, somos una empresa en crecimiento. La curva de crecimiento de Artekium marca que en 2019 éramos cuatro personas y hoy tenemos más de 120 trabajadores.
En general buscamos muchas posiciones de desarrollo: ingenieros de software, licenciados en informáticas y ese tipo de carreras. Después tenemos otras posiciones que hacen un trabajo más de testing, que puede ser manual o automatizado.
Hoy el software te está pidiendo un dinamismo y estar entregando en forma continua, por lo cual se debe testear automáticamente al terminar, para que el software le dé la capacidad competitiva al negocio que lo implementa.
-¿Cómo sortea una empresa joven, la actual crisis económica y social del país? ¿Apuntan a incrementar los clientes del exterior?
-Este último año fue un poco más difícil, ya que los contextos global y local fueron más complejos por la post-pandemia, la guerra en Ucrania y la alta inflación mundial; aunque cabe remarcar que no es comparable con la de Argentina.
Las Tasas de intereses altas hace que existan menos inversiones en nuevos negocios, fue un año complejo para todos; pero de todas maneras hoy todo funciona con tecnología: es una demanda global, no local.
Nuestro servicio es globalizado, pero al igual que en Concepción del Uruguay, en otras ciudades de Argentina hay talentos y buenas universidades. Aún con la crisis y los problemas del país, siguen saliendo profesionales de primer nivel.
-¿Qué sabes del proyecto municipal denominado “La Nube”, que consta en la creación de un espacio para nuclear a empresas locales de la industria del software?
-La verdad es que no estoy al tanto, seguramente los chicos que viven acá sí. Pero, todas las ciudades que se quieren posicionar en el campo de la tecnología hacen inversiones públicas y privadas. En Rosario se hizo un polo tecnológico, donde se restauraron viejas naves del ejército de un pabellón que estaba sin uso.
El gran problema de Rosario, espero que acá no les suceda, es que se quedaron a mitad de camino. Esto se hizo en una zona de las afueras de la ciudad, donde no estaba mal, pero después no se hicieron las obras de transporte y no se atendieron los temas de seguridad. Empezó bien, pero se quedó a mitad de camino.
No conozco el proyecto de Concepción del Uruguay, pero si tuviese que recomendar algo es: piensen en el proyecto a largo plazo. No digo que se esté trabajando mal acá, ya que todavía no conozco el proyecto La Nube, pero es indispensable pensarlo a largo plazo. Desconozco la propuesta, pero ojalá sea con una visión a largo plazo.
-Bueno, el edificio donde va a funcionar La Nube está en el centro y es de fácil acceso. El tema del transporte va a estar cubierto…
-(Risas) Eso es muy bueno y es un tema a tener en cuenta para su funcionamiento.
-¿Te acordas la primera computadora que programaste? ¿Cuál era?
-La primera computadora que programé era de un vecino que tenía la posibilidad de tener una y era una Cz-1000. Se llamaba Czerweny y tenía 2 k de memoria.
Después pasé a algo un poco mejor, que era una vieja Commodore 64, que tenía 64 k de memoria; pero igualmente este celular que estás usando para grabar la entrevista ya lo supero en muchísimos recursos.
Programar estas computadoras era raro e interesante a la vez, pero los problemas que se resolvían era de otra magnitud. Igualmente creo que las restricciones que se tenían en cuanto al procesamiento y las memorias de ese entonces, te entrenaban de determinada forma para aprovechar los recursos. Hoy, no son ilimitados, pero hay recursos de memorias y procesamientos casi ilimitados.
Fuente: MATÍAS DALMAZZO | LA CALLE