DICTADURA CÍVICO MILITAR
A 48 años de la desaparición de Horacio Norberto Poggio
Horacio Norberto Poggio fue detenido el 23 de julio de 1976 de su lugar de trabajo, el Sindicato de Luz y Fuerza, en Córdoba. Su familia continúa reclamando Memoria, Verdad y Justicia.
24.07.2024 | 09:51
Cursó el secundario en la Escuela Normal y su participación lo llevó a ser presidente del Centro de Estudiantes, atravesó la lucha con medidas de huelgas de hambre por la educación laica, hasta encadenarse en la institución.
Luego se fue a Santa Fe para estudiar Abogacía y allí comenzó a participar del «Malena», Movimiento de Liberación Nacional (M.L.N). En la facultad formó pareja con Raquel y tuvieron a una hija: Viviana. Luego decidieron separarse con Raquel y para finales de los años ´60 Horacio con otra pareja fue padre de tres hijos: Carolina, Sebastián y Eleonora.
Cristina, una compañera de militancia lo recuerda: «Horacio era un morocho de ojos oscuros, lindo, con una nariz bastante fea. Era una persona muy dulce, muy pensante. Era un gran lector, antes que político era un gran intelectual, un tipo valioso, un pensador de verdad, un tipo que leía a Lenin y a Marx antes de los 20 años». En los primeros años el MLN Horacio, junto a otros compañeros, armó la regional Concepción del Uruguay que funcionaba como apéndice de la de Rosario. Al poco tiempo este grupo fue disuelto se integró a la regional de Córdoba donde fue secretario de Organización. Cuando se disuelve el MLN, Horacio se orienta a militar en Espartaco. En esta ciudad comenzó a trabajar en IKA-Renault y en 1975 como empleado administrativo en el Circulo de Sindicato de Prensa de Córdoba (CISPREN) encargado del área de Tesorería.
En la misma revista, Ponsatti, otro compañero cuenta que fue el que propuso a Poggio como administrativo en el Sindicato de Prensa y con él se deleitaba discutiendo sobre los hechos políticos. «Horacio no le temía a la discusión, pero no se enojaba porque otro planteara un modo de ver las cosas distinto al suyo; para él la discusión, el debate, era un ámbito natural y el lugar donde se podían resolver las diferencias», «leía y estudiaba cada aspecto que le interesaba con una profundidad que luego era muy difícil de rebatir».
Fue secuestrado la tarde del 23 de julio de 1976 desde su oficina en el gremio que ya estaba en manos de una intervención militar. Ese día Horacio había ido junto a una compañera al diario La Voz del Interior, cuando volvió al Sindicato a reunirse con el interventor, el teniente coronel Gonzalvez, un grupo de hombres armados vestidos de civil lo esposó y lo llevó secuestrado. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio «La Perla».
Su hija Viviana, cuenta lo que reconstruyó a través de relatos de compañeros y amigos: «Dicen que era un cuadrazo, que tenía claridad de concepto, que era inteligente, un ser inquieto intelectualmente, formado, muy lector. De hecho, tenía una biblioteca enorme. Dos paredes llenas de libros. Ponía ladrillo hueco, madera, ladrillo hueco, madera y armaba bibliotecas hasta casi tocar el techo». En su memoria, la biblioteca de la Asociación de Periodistas del Departamento Uruguay (APDU), que funciona en la Escuela Normal «Mariano Moreno» fue bautizada con su nombre. Tenía 35 años. Aún continúa desaparecido.
Su familia y la comunidad continúan reclamando Memoria, Verdad y Justicia para Horacio y todos los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.
Luego se fue a Santa Fe para estudiar Abogacía y allí comenzó a participar del «Malena», Movimiento de Liberación Nacional (M.L.N). En la facultad formó pareja con Raquel y tuvieron a una hija: Viviana. Luego decidieron separarse con Raquel y para finales de los años ´60 Horacio con otra pareja fue padre de tres hijos: Carolina, Sebastián y Eleonora.
Cristina, una compañera de militancia lo recuerda: «Horacio era un morocho de ojos oscuros, lindo, con una nariz bastante fea. Era una persona muy dulce, muy pensante. Era un gran lector, antes que político era un gran intelectual, un tipo valioso, un pensador de verdad, un tipo que leía a Lenin y a Marx antes de los 20 años». En los primeros años el MLN Horacio, junto a otros compañeros, armó la regional Concepción del Uruguay que funcionaba como apéndice de la de Rosario. Al poco tiempo este grupo fue disuelto se integró a la regional de Córdoba donde fue secretario de Organización. Cuando se disuelve el MLN, Horacio se orienta a militar en Espartaco. En esta ciudad comenzó a trabajar en IKA-Renault y en 1975 como empleado administrativo en el Circulo de Sindicato de Prensa de Córdoba (CISPREN) encargado del área de Tesorería.
En la misma revista, Ponsatti, otro compañero cuenta que fue el que propuso a Poggio como administrativo en el Sindicato de Prensa y con él se deleitaba discutiendo sobre los hechos políticos. «Horacio no le temía a la discusión, pero no se enojaba porque otro planteara un modo de ver las cosas distinto al suyo; para él la discusión, el debate, era un ámbito natural y el lugar donde se podían resolver las diferencias», «leía y estudiaba cada aspecto que le interesaba con una profundidad que luego era muy difícil de rebatir».
Fue secuestrado la tarde del 23 de julio de 1976 desde su oficina en el gremio que ya estaba en manos de una intervención militar. Ese día Horacio había ido junto a una compañera al diario La Voz del Interior, cuando volvió al Sindicato a reunirse con el interventor, el teniente coronel Gonzalvez, un grupo de hombres armados vestidos de civil lo esposó y lo llevó secuestrado. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio «La Perla».
Su hija Viviana, cuenta lo que reconstruyó a través de relatos de compañeros y amigos: «Dicen que era un cuadrazo, que tenía claridad de concepto, que era inteligente, un ser inquieto intelectualmente, formado, muy lector. De hecho, tenía una biblioteca enorme. Dos paredes llenas de libros. Ponía ladrillo hueco, madera, ladrillo hueco, madera y armaba bibliotecas hasta casi tocar el techo». En su memoria, la biblioteca de la Asociación de Periodistas del Departamento Uruguay (APDU), que funciona en la Escuela Normal «Mariano Moreno» fue bautizada con su nombre. Tenía 35 años. Aún continúa desaparecido.
Su familia y la comunidad continúan reclamando Memoria, Verdad y Justicia para Horacio y todos los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.