"HUBO UNA GUERRA"
Benedit fue contra los juicios de Lesa Humanidad
El diputado libertario Beltran Benedit volvió a salir en defensa de los represores condenados por su participación en la dictadura cívico militar. A contracorriente de los juicios, afirmó que en Argentina "hubo una guerra", con lo que reiteró la "teoría de los dos demonios".
29.10.2024 | 20:03
En la entrevista realizada esta mañana por Tiago Romero y Dalila Luquesi en el programa “GPS” (FM Litoral), el legislador libertario aseveró que “algunos jueces prevaricadores” usan la Justicia para “hacer prevalecer algún tipo de venganza o de ideología”.
“Eso no está bien. Los derechos humanos son para todos. Tuvimos una guerra. Y no importa si era un terrorista que puso una bomba o un militar que le dieron una orden”, apuntó.
Luego, fue más allá: “Si vamos a empezar a usar (la Justicia) a gusto y piacere de la ideología o de la identificación de cada uno, estamos mal”, agregó.
“Fue triste lo que nos pasó. Tuve conocidos de ambos lados”, consignó. Luego, aseveró: “Tenemos que superarlo, pero conociendo la verdad y no permitiendo que instituciones sigan manteniendo estas heridas abiertas porque, entre otras cosas, es un gran negocio. Los juicios de lesa (humanidad) tienen un presupuesto enorme”.
Sobre este punto, abundó: “Y cuando ya los principales actores, como las (conducciones de las) Fuerzas Armadas que impartieron órdenes que pudieran haberse prestado a que se cometieran excesos ya no están, porque fallecieron por un tema de edad, salen a buscar a alguien porque hay que seguir facturando. Eso es un espanto”, afirmó.
El diputado libertario puso un ejemplo personal Sin dar mayores precisiones, contó que pidió a “uno de mis asesores, abogado, ex juez, que presenciara los juicios (de lesa humanidad) que se estaban llevando adelante en los Tribunales Orales Federales. Primero hubo resistencia a que participara, aunque después lo conseguimos. Ahí quedó claramente demostrado que sea lo que dijera el acusado, la sentencia ya estaba escrita. Duele que eso ocurra”, sentenció.
La afirmación no se condice con la realidad. Según los datos de la Procuración de Crímenes contra la Humanidad, al 6 de diciembre del año, sobre un total de 3.744 personas investigadas por crímenes de lesa hubo: 1.173 condenadas, 184 absueltas, 394 continúan procesadas, a 146 se les dictó la falta de mérito, 94 fueron sobreseídas, 92 sólo han sido indagadas, 510 están imputadas y 1.151 han fallecido.
Benedit, sin embargo, redobló la apuesta y planteó: “Reveamos (si) los fallos están bien hechos o si no hay negocios atrás. Transparencia. Y que la verdad salga a la luz”.
La visita
El diputado de LLA consignó que la llegada de integrantes del bloque de LLA a Ezeiza se concretó debido a varios integrantes de la bancada estuvieron recibiendo “muchas denuncias de familiares y allegados de presos que estaban en ese penal” ya que “no se cumplían las leyes ni los tratados internacionales de derechos humanos”.
“Fueron reiteradas y durante mucho tiempo”, especificó. Mientras “fuimos recabando información, porque uno no sale como el bombero ante un llamado al 911. Uno se instruye, profundiza, busca la fuente y la veracidad de las denuncias”, contrastó.
Luego de ese proceso “vimos que había información suficiente como para recorrer el penal. Lo que nosotros hicimos fue una entrevista y una recorrida en el penal donde había presos que estuvieron en la guerra contra el terrorismo”, describió. Con esta afirmación, el legislador quiso tomar distancia de las evidencias que fueron surgiendo en estos meses de que la visita se centró en los condenados por lesa humanidad.
“Fuimos 6 diputados. Podríamos haber sido más. Algunos no podían. Nos recibió muy bien toda la Jefatura del Servicio Penitenciario (Federal) de ese pabellón (el de los que cumplen sentencia por delitos de lesa humanidad) que nos informó cuál era la situación de esta gente”, narró Benedit.
“Lo particular – señaló – es la edad (de los condenados). Por eso estaba presente todo el cuerpo médico. Expresaron sus limitaciones. En cierta manera, se disculparon porque no estaban en condiciones de asistir ni tampoco (contaban con) los medios (para atender) a personas que excedían largamente los 70 años”, continúo. Luego, recordó que a partir de esa edad “dan prisión domiciliaria cualquiera sea el delito que hayan cometido”.
“Había personas de 80, 85 años. Algunos de 90. Después de eso, nos dijeron que algunos presos querían saludarnos. Era la primera vez, al menos en la historia de su detención, que alguien de la política se acercaba y se interesaba por esa situación humanitaria de salud que tenían”, agregó.
Benedit precisó que accedieron a la petición. “Algunos fueron. Otros entiendo que no”, consignó. A renglón seguido, describió: “Eso parecía un asilo, un geriátrico. La gente iba con bastón, otros con sondas urinarias y otros con sueros”.
“Era gente muy educada. No profundizamos ningún tema en particular”, relató. De esta manera, se despegó de las versiones que indicaban que el objetivo final era promover una ley para amnistiar a estos detenidos o, al menos, forzar su traslado a domicilios particulares.
“No conocíamos a nadie en particular”, afirmó, pese a que antes y después de la aseveración se refirió a ellos como gente “que combatió al terrorismo” o que “participó en la guerra contra la subversión”.
La charla giró primero en torno “a la salud. No entendían porqué no le daban la domiciliaria cuando la ley así lo dice”. Según Benedit, uno de los condenados por crímenes de lesa humanidad les comentó que en la misma cárcel estuvo el ex vice Amado Boudou quien “durante la pandemia se fue por un tema de edad y el mismo juez que se la dio a él me la negó a mí. Esa fue una de las cosas que escuchamos”, consignó.
En rigor, el juez de Ejecución de pena Ricardo Basílico le concedió a Boudou en julio de 2021 el beneficio de la libertad condicional al haber cumplido dos tercios de la condena a 5 años y 10 meses que se le impuso en 2018 en la causa “Ciccone”. El ex vicepresidente nunca fue condenado por crímenes contra la humanidad.
Sin embargo, Benedit comentó que los sentenciados por violación a los derechos humanos durante la dictadura expresaron que existía “un trato desigual”.
El legislador tocó el extremo en su relato cuando hizo propia una versión que recogió en ese pabellón de Ezeiza. “Fulano de Tal, no recuerdo el nombre, ya con cáncer terminal y en un estado de semiinconsciencia fue trasladado en una ambulancia esposado. Sabemos que murió esposado en la cama, cuando hasta los mismos enfermeros pedían que se las sacaran (a las esposas) para poder aplicarle los sueros. Pero el juez lo negó porque consideraba que había peligro de fuga”.
Más adelante, comentó: “Una de las preguntas que yo les hice a esos señores mayores (por los condenados de lesa humanidad) era qué edad tenían al momento en el cual se cometieron los delitos por los cuales se los condenó. Iban de 19 a 25 años. Nadie era jefe, nadie tenía mando”, expresó Benedit.
El diputado libertario agregó que muchas de las respuestas que le dieron fueron: “Yo estaba ahí porque estaba de guardia (o) yo estaba a 10 kilómetros”. “Hay un tema delicado. Yo soy católico y me pongo en el medio. Creo que los excesos existieron de ambos lados. Los argentinos tenemos que conocer toda la verdad y dejar de seguir buscando desencuentros y odios”.
El legislador no supo qué responder cuando los periodistas le indicaron que en la foto de la visita a Ezeiza aparecía Alfredo Astíz, oficial de la Armada y jefe del Escuadrón Albatros. Su única reacción fue decir que la publicación de la foto en el penal “fue contraproducente”.
A párrafo seguido, apuntó contra los K. “Hubo una maniobra del kirchnerismo y otros sectores de pegar a este grupo de diputados, demonizando esta acción que fue una visita humanitaria, para llevar un poco de claridad y conocer si ahí realmente se violaban los derechos humanos. El kirchnerismo se dedica a intentar implosionar y a que este Gobierno fracase”.
Por último, consignó que no existen proyectos especiales para atender la situación de los condenados por lesa humanidad. “Queremos que se cumpla la ley y los convenios internacionales.
“Eso no está bien. Los derechos humanos son para todos. Tuvimos una guerra. Y no importa si era un terrorista que puso una bomba o un militar que le dieron una orden”, apuntó.
Luego, fue más allá: “Si vamos a empezar a usar (la Justicia) a gusto y piacere de la ideología o de la identificación de cada uno, estamos mal”, agregó.
“Fue triste lo que nos pasó. Tuve conocidos de ambos lados”, consignó. Luego, aseveró: “Tenemos que superarlo, pero conociendo la verdad y no permitiendo que instituciones sigan manteniendo estas heridas abiertas porque, entre otras cosas, es un gran negocio. Los juicios de lesa (humanidad) tienen un presupuesto enorme”.
Sobre este punto, abundó: “Y cuando ya los principales actores, como las (conducciones de las) Fuerzas Armadas que impartieron órdenes que pudieran haberse prestado a que se cometieran excesos ya no están, porque fallecieron por un tema de edad, salen a buscar a alguien porque hay que seguir facturando. Eso es un espanto”, afirmó.
El diputado libertario puso un ejemplo personal Sin dar mayores precisiones, contó que pidió a “uno de mis asesores, abogado, ex juez, que presenciara los juicios (de lesa humanidad) que se estaban llevando adelante en los Tribunales Orales Federales. Primero hubo resistencia a que participara, aunque después lo conseguimos. Ahí quedó claramente demostrado que sea lo que dijera el acusado, la sentencia ya estaba escrita. Duele que eso ocurra”, sentenció.
La afirmación no se condice con la realidad. Según los datos de la Procuración de Crímenes contra la Humanidad, al 6 de diciembre del año, sobre un total de 3.744 personas investigadas por crímenes de lesa hubo: 1.173 condenadas, 184 absueltas, 394 continúan procesadas, a 146 se les dictó la falta de mérito, 94 fueron sobreseídas, 92 sólo han sido indagadas, 510 están imputadas y 1.151 han fallecido.
Benedit, sin embargo, redobló la apuesta y planteó: “Reveamos (si) los fallos están bien hechos o si no hay negocios atrás. Transparencia. Y que la verdad salga a la luz”.
La visita
El diputado de LLA consignó que la llegada de integrantes del bloque de LLA a Ezeiza se concretó debido a varios integrantes de la bancada estuvieron recibiendo “muchas denuncias de familiares y allegados de presos que estaban en ese penal” ya que “no se cumplían las leyes ni los tratados internacionales de derechos humanos”.
“Fueron reiteradas y durante mucho tiempo”, especificó. Mientras “fuimos recabando información, porque uno no sale como el bombero ante un llamado al 911. Uno se instruye, profundiza, busca la fuente y la veracidad de las denuncias”, contrastó.
Luego de ese proceso “vimos que había información suficiente como para recorrer el penal. Lo que nosotros hicimos fue una entrevista y una recorrida en el penal donde había presos que estuvieron en la guerra contra el terrorismo”, describió. Con esta afirmación, el legislador quiso tomar distancia de las evidencias que fueron surgiendo en estos meses de que la visita se centró en los condenados por lesa humanidad.
“Fuimos 6 diputados. Podríamos haber sido más. Algunos no podían. Nos recibió muy bien toda la Jefatura del Servicio Penitenciario (Federal) de ese pabellón (el de los que cumplen sentencia por delitos de lesa humanidad) que nos informó cuál era la situación de esta gente”, narró Benedit.
“Lo particular – señaló – es la edad (de los condenados). Por eso estaba presente todo el cuerpo médico. Expresaron sus limitaciones. En cierta manera, se disculparon porque no estaban en condiciones de asistir ni tampoco (contaban con) los medios (para atender) a personas que excedían largamente los 70 años”, continúo. Luego, recordó que a partir de esa edad “dan prisión domiciliaria cualquiera sea el delito que hayan cometido”.
“Había personas de 80, 85 años. Algunos de 90. Después de eso, nos dijeron que algunos presos querían saludarnos. Era la primera vez, al menos en la historia de su detención, que alguien de la política se acercaba y se interesaba por esa situación humanitaria de salud que tenían”, agregó.
Benedit precisó que accedieron a la petición. “Algunos fueron. Otros entiendo que no”, consignó. A renglón seguido, describió: “Eso parecía un asilo, un geriátrico. La gente iba con bastón, otros con sondas urinarias y otros con sueros”.
“Era gente muy educada. No profundizamos ningún tema en particular”, relató. De esta manera, se despegó de las versiones que indicaban que el objetivo final era promover una ley para amnistiar a estos detenidos o, al menos, forzar su traslado a domicilios particulares.
“No conocíamos a nadie en particular”, afirmó, pese a que antes y después de la aseveración se refirió a ellos como gente “que combatió al terrorismo” o que “participó en la guerra contra la subversión”.
La charla giró primero en torno “a la salud. No entendían porqué no le daban la domiciliaria cuando la ley así lo dice”. Según Benedit, uno de los condenados por crímenes de lesa humanidad les comentó que en la misma cárcel estuvo el ex vice Amado Boudou quien “durante la pandemia se fue por un tema de edad y el mismo juez que se la dio a él me la negó a mí. Esa fue una de las cosas que escuchamos”, consignó.
En rigor, el juez de Ejecución de pena Ricardo Basílico le concedió a Boudou en julio de 2021 el beneficio de la libertad condicional al haber cumplido dos tercios de la condena a 5 años y 10 meses que se le impuso en 2018 en la causa “Ciccone”. El ex vicepresidente nunca fue condenado por crímenes contra la humanidad.
Sin embargo, Benedit comentó que los sentenciados por violación a los derechos humanos durante la dictadura expresaron que existía “un trato desigual”.
El legislador tocó el extremo en su relato cuando hizo propia una versión que recogió en ese pabellón de Ezeiza. “Fulano de Tal, no recuerdo el nombre, ya con cáncer terminal y en un estado de semiinconsciencia fue trasladado en una ambulancia esposado. Sabemos que murió esposado en la cama, cuando hasta los mismos enfermeros pedían que se las sacaran (a las esposas) para poder aplicarle los sueros. Pero el juez lo negó porque consideraba que había peligro de fuga”.
Más adelante, comentó: “Una de las preguntas que yo les hice a esos señores mayores (por los condenados de lesa humanidad) era qué edad tenían al momento en el cual se cometieron los delitos por los cuales se los condenó. Iban de 19 a 25 años. Nadie era jefe, nadie tenía mando”, expresó Benedit.
El diputado libertario agregó que muchas de las respuestas que le dieron fueron: “Yo estaba ahí porque estaba de guardia (o) yo estaba a 10 kilómetros”. “Hay un tema delicado. Yo soy católico y me pongo en el medio. Creo que los excesos existieron de ambos lados. Los argentinos tenemos que conocer toda la verdad y dejar de seguir buscando desencuentros y odios”.
El legislador no supo qué responder cuando los periodistas le indicaron que en la foto de la visita a Ezeiza aparecía Alfredo Astíz, oficial de la Armada y jefe del Escuadrón Albatros. Su única reacción fue decir que la publicación de la foto en el penal “fue contraproducente”.
A párrafo seguido, apuntó contra los K. “Hubo una maniobra del kirchnerismo y otros sectores de pegar a este grupo de diputados, demonizando esta acción que fue una visita humanitaria, para llevar un poco de claridad y conocer si ahí realmente se violaban los derechos humanos. El kirchnerismo se dedica a intentar implosionar y a que este Gobierno fracase”.
Por último, consignó que no existen proyectos especiales para atender la situación de los condenados por lesa humanidad. “Queremos que se cumpla la ley y los convenios internacionales.