Desde 1983
El año 2011 fue el de menos reuniones legislativas en el Congreso Nacional
Los diputados y senadores nacionales convirtieron al año 2011 en el que menos reuniones legislativas realizaron desde el retorno de la democracia. Es importante destacar que las reuniones no son sesiones, sino que son los momentos en que los legisladores se reunieron en cada una de sus cámaras para tratar distintos temas, entre los que sí figuran las sesiones. Así fue que, los diputados se reunieron en unas 10 oportunidades, mientras que los senadores lo hicieron unas 15. En este marco, una primera mirada podría vincular la baja performance al año electoral, sin embargo, los números del 2007, cuando también ocurrieron elecciones, dan por tierra con esta versión: entonces, en diputados se reunieron unas 26 veces y en senadores lo hicieron unas 22. Vea los números desde 1998.
23.01.2012 | 09:49
Todo hacía prever exactamente un año atrás que 2011 sería un año legislativo de baja intensidad en materia de sesiones, por ser un año electoral, en los que la actividad parlamentaria se resiente por las actividades que deben cumplir los legisladores que a su vez son candidatos.
Consecuencia: el número de sesiones se resintió fuertemente y llegó al extremo de establecer un récord. Según publicóSemanario Parlamentario en su última edición, en Diputados, por ejemplo, con apenas 10 reuniones, la actividad en el recinto fue aun inferior a la de 2009, que ya había impuesto una marca negativa con 13 reuniones.
Siempre más activo, en el Senado la situación fue mejor, mas no en exceso. Apenas cinco reuniones más (15), y siempre menos que en 2009, un año que ya se ha señalado como de “baja intensidad”. Entonces, hubo 19 reuniones.
En 2011, la cantidad de reuniones en la Cámara baja fue exactamente la mitad que el año anterior. En efecto, en 2010 tanto la Cámara baja como la Alta se reunieron en 20 oportunidades.
Cabe aquí hacer una aclaración con respecto al análisis realizado por el Indice de Calidad Legislativa para Semanario Parlamentario. Estamos hablando de “reuniones” y no de sesiones, por cuanto hemos tenido en cuenta cada vez que se reúne cada cámara como unidad. Una sesión puede durar más de una jornada, e incluso continuar a la semana siguiente; en este trabajo se ha tenido en cuenta de manera individual cada reunión legislativa. A los efectos del conteo, se han tomado como una reunión única cuando en una misma jornada se han desarrollado una sesión ordinaria y a continuación una especial, por ejemplo. Pero se han medido por separado cuando excepcionalmente se realizó una sesión ordinaria y antes o después una informativa -visita del jefe de Gabinete-.
Para el Indice de Calidad Legislativa no se sumaron en cambio las sesiones en minoría. Al respecto, 2010 fue el año en el que en la medida que le fue posible la oposición tomó las riendas fundamentalmente de la Cámara baja, aunque no le alcanzó para imponer ni la agenda, ni mucho menos sus proyectos. La cantidad de sesiones en minoría fue importante ese año en Diputados (8), pero menor al año pasado. Esto es, si bien la mayor responsabilidad de que la Cámara baja no se reuniera correspondió al oficialismo, que le dejaba a la oposición la responsabilidad de alcanzar el quórum, el tan mentado Grupo A no hizo demasiado por forzar la situación en el Cuerpo durante el último año en el que contó con una mayoría relativa.
Evidentemente resignados y distanciados entre sí, los diputados de la oposición apenas convocaron a tres sesiones en minoría el año que acaba de concluir.
Con todo, las ocho sesiones en minoría realizadas en 2010 no marcan ningún récord. El mismo corresponde al año 2005, cuando la Cámara baja se reunió 21 veces y las sesiones en minoría sumaron nada menos que 20.
Bien cerca de ese número aparece el tormentoso año 2001, cuando sumaron la friolera de 16. Ese año también fue alta la cantidad de reuniones: 30.
Muy elevada fue además la cantidad de sesiones en minoría durante 2008 -también en tiempos kirchneristas-, cuando se realizaron 14.
En el Senado, las sesiones en minoría no son tan comunes como en la Cámara baja. El año pasado sólo hubo una, aunque sí hubo muchas en 2010, cuatro.
Contrariamente a lo sucedido el último año, en la Cámara baja la cantidad de reuniones suele superar al menos la veintena. Tomando en cuenta desde 1998, el año con más sesiones correspondió a la era K, 2006. Ese año se contabilizaron nada menos que 43 reuniones, más de tres veces las del año pasado.
Ese es un dato para tener bien en cuenta para imaginar lo que puede venir. Cuando el kirchnerismo cuenta con mayoría asegurada, promueve la actividad en el recinto. Analicemos cómo fue la actividad desde que en mayo de 2003 asumió Néstor Kirchner. Con una mayoría que el kirchnerismo consideraba “prestada” del viejo justicialismo, ese año hubo 20 reuniones en la Cámara baja.
Realizadas las legislativas y ya con listas compuestas por muchos kirchneristas “puros”, en 2004 la actividad aumentó sustancialmente a 31.
Al año siguiente, con el oficialismo virtualmente dividido y expectante por el resultado de las legislativas venideras, la cantidad de sesiones fue alta, pero inferior a la del año anterior: 21.
Los dos años siguientes fueron de consolidación K en las cámaras legislativas y las reuniones continuaron en alza, aun en un año electoral como 2007, cuando las reuniones sumaron 26, más que en el siguiente (21). En 2009, ya con el oficialismo dividido por la guerra con el campo que alumbró al peronismo disidente, el número de reuniones bajó a apenas 13.
¿Qué pasaba antes de la era K? El número de reuniones era elevado, superior a la treintena. En 1998, fecha límite tomada para este trabajo, las reuniones fueron 33, la misma cantidad que el año siguiente.
El trabajo contabilizó individualmente cada sesión informativa, correspondiente a las visitas del jefe de Gabinete de Ministros. Según la Constitución, esos funcionarios deberían visitar el Congreso mensualmente, alternando entre una y otra Cámara. Pero los legisladores nunca fueron muy apegados a escucharlos, al punto tal que muchas veces el jefe de Gabinete era sometido a largas “amansadoras”, al cabo de las cuales dejaba el informe por escrito y se retiraba sin presentarse.
En el tiempo analizado por este trabajo, desde 1998 a la fecha, sólo una vez eso sucedió, en 1999, en la Cámara baja. Ese año el entonces jefe de Ministros sólo pudo presentarse en el Senado, una vez. En 1998, en cambio, lo había hecho en dos oportunidades en la Cámara baja, igual que en el año 2000 en el Senado.
Por lo general, es ahora norma y costumbre que a lo sumo el jefe de Gabinete, sea quien sea, vaya sólo una vez al año a cada una de las cámaras. O que no vaya, como sucedió el año pasado en la Cámara baja (sí concurrió entonces Aníbal Fernández al Senado).
También consideramos individualmente las reuniones del Senado cuando se constituyó como tribunal para realizar juicios políticos contra jueces. En 1998 se reunió el 24 de junio para actuar respecto del titular del Juzgado Federal de Dolores, Hernán Gustavo Bernasconi.
Volvió a hacerlo dos veces ya en la era K, en 2004, con el juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez. Pero ya en 2005 actuó hasta el final con otro integrante del Tribunal Supremo, Antonio Boggiano.
Reuniones en la Cámara de Diputados
Reuniones en la Cámara de Senadores
Fuente: El Parlamentario
Consecuencia: el número de sesiones se resintió fuertemente y llegó al extremo de establecer un récord. Según publicóSemanario Parlamentario en su última edición, en Diputados, por ejemplo, con apenas 10 reuniones, la actividad en el recinto fue aun inferior a la de 2009, que ya había impuesto una marca negativa con 13 reuniones.
Siempre más activo, en el Senado la situación fue mejor, mas no en exceso. Apenas cinco reuniones más (15), y siempre menos que en 2009, un año que ya se ha señalado como de “baja intensidad”. Entonces, hubo 19 reuniones.
En 2011, la cantidad de reuniones en la Cámara baja fue exactamente la mitad que el año anterior. En efecto, en 2010 tanto la Cámara baja como la Alta se reunieron en 20 oportunidades.
Cabe aquí hacer una aclaración con respecto al análisis realizado por el Indice de Calidad Legislativa para Semanario Parlamentario. Estamos hablando de “reuniones” y no de sesiones, por cuanto hemos tenido en cuenta cada vez que se reúne cada cámara como unidad. Una sesión puede durar más de una jornada, e incluso continuar a la semana siguiente; en este trabajo se ha tenido en cuenta de manera individual cada reunión legislativa. A los efectos del conteo, se han tomado como una reunión única cuando en una misma jornada se han desarrollado una sesión ordinaria y a continuación una especial, por ejemplo. Pero se han medido por separado cuando excepcionalmente se realizó una sesión ordinaria y antes o después una informativa -visita del jefe de Gabinete-.
Para el Indice de Calidad Legislativa no se sumaron en cambio las sesiones en minoría. Al respecto, 2010 fue el año en el que en la medida que le fue posible la oposición tomó las riendas fundamentalmente de la Cámara baja, aunque no le alcanzó para imponer ni la agenda, ni mucho menos sus proyectos. La cantidad de sesiones en minoría fue importante ese año en Diputados (8), pero menor al año pasado. Esto es, si bien la mayor responsabilidad de que la Cámara baja no se reuniera correspondió al oficialismo, que le dejaba a la oposición la responsabilidad de alcanzar el quórum, el tan mentado Grupo A no hizo demasiado por forzar la situación en el Cuerpo durante el último año en el que contó con una mayoría relativa.
Evidentemente resignados y distanciados entre sí, los diputados de la oposición apenas convocaron a tres sesiones en minoría el año que acaba de concluir.
Con todo, las ocho sesiones en minoría realizadas en 2010 no marcan ningún récord. El mismo corresponde al año 2005, cuando la Cámara baja se reunió 21 veces y las sesiones en minoría sumaron nada menos que 20.
Bien cerca de ese número aparece el tormentoso año 2001, cuando sumaron la friolera de 16. Ese año también fue alta la cantidad de reuniones: 30.
Muy elevada fue además la cantidad de sesiones en minoría durante 2008 -también en tiempos kirchneristas-, cuando se realizaron 14.
En el Senado, las sesiones en minoría no son tan comunes como en la Cámara baja. El año pasado sólo hubo una, aunque sí hubo muchas en 2010, cuatro.
Contrariamente a lo sucedido el último año, en la Cámara baja la cantidad de reuniones suele superar al menos la veintena. Tomando en cuenta desde 1998, el año con más sesiones correspondió a la era K, 2006. Ese año se contabilizaron nada menos que 43 reuniones, más de tres veces las del año pasado.
Ese es un dato para tener bien en cuenta para imaginar lo que puede venir. Cuando el kirchnerismo cuenta con mayoría asegurada, promueve la actividad en el recinto. Analicemos cómo fue la actividad desde que en mayo de 2003 asumió Néstor Kirchner. Con una mayoría que el kirchnerismo consideraba “prestada” del viejo justicialismo, ese año hubo 20 reuniones en la Cámara baja.
Realizadas las legislativas y ya con listas compuestas por muchos kirchneristas “puros”, en 2004 la actividad aumentó sustancialmente a 31.
Al año siguiente, con el oficialismo virtualmente dividido y expectante por el resultado de las legislativas venideras, la cantidad de sesiones fue alta, pero inferior a la del año anterior: 21.
Los dos años siguientes fueron de consolidación K en las cámaras legislativas y las reuniones continuaron en alza, aun en un año electoral como 2007, cuando las reuniones sumaron 26, más que en el siguiente (21). En 2009, ya con el oficialismo dividido por la guerra con el campo que alumbró al peronismo disidente, el número de reuniones bajó a apenas 13.
¿Qué pasaba antes de la era K? El número de reuniones era elevado, superior a la treintena. En 1998, fecha límite tomada para este trabajo, las reuniones fueron 33, la misma cantidad que el año siguiente.
El trabajo contabilizó individualmente cada sesión informativa, correspondiente a las visitas del jefe de Gabinete de Ministros. Según la Constitución, esos funcionarios deberían visitar el Congreso mensualmente, alternando entre una y otra Cámara. Pero los legisladores nunca fueron muy apegados a escucharlos, al punto tal que muchas veces el jefe de Gabinete era sometido a largas “amansadoras”, al cabo de las cuales dejaba el informe por escrito y se retiraba sin presentarse.
En el tiempo analizado por este trabajo, desde 1998 a la fecha, sólo una vez eso sucedió, en 1999, en la Cámara baja. Ese año el entonces jefe de Ministros sólo pudo presentarse en el Senado, una vez. En 1998, en cambio, lo había hecho en dos oportunidades en la Cámara baja, igual que en el año 2000 en el Senado.
Por lo general, es ahora norma y costumbre que a lo sumo el jefe de Gabinete, sea quien sea, vaya sólo una vez al año a cada una de las cámaras. O que no vaya, como sucedió el año pasado en la Cámara baja (sí concurrió entonces Aníbal Fernández al Senado).
También consideramos individualmente las reuniones del Senado cuando se constituyó como tribunal para realizar juicios políticos contra jueces. En 1998 se reunió el 24 de junio para actuar respecto del titular del Juzgado Federal de Dolores, Hernán Gustavo Bernasconi.
Volvió a hacerlo dos veces ya en la era K, en 2004, con el juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez. Pero ya en 2005 actuó hasta el final con otro integrante del Tribunal Supremo, Antonio Boggiano.
Reuniones en la Cámara de Diputados
- 2011: 10
- 2010: 20
- 2009: 13
- 2008: 21
- 2007: 26
- 2006: 43
- 2005: 21
- 2004: 31
- 2003: 20
- 2002: 29
- 2001: 30
- 2000: 40
- 1999: 33
- 1998: 13
Reuniones en la Cámara de Senadores
- 2011: 15
- 2010: 20
- 2009: 19
- 2008: 36
- 2007: 22
- 2006: 33
- 2005: 46
- 2004: 35
- 2003: 28
- 2002: 39
- 2001: 40
- 2000: 42
- 1999: 38
- 1998: 47
Fuente: El Parlamentario