Opinión
El uso político de la muerte de Darío
Por Valodia Nichajew- Por un lado, la concejala del FEF, Miletich, invitando a marchar a la casa de Schepens; por el otro, el dirigente de la UCR, Vázquez afirmando en los medios que el intendente "necesitó una muerte" para re implantar el Consejo de Seguridad Municipal.
20.02.2012 | 18:14
“Quisiéramos haber visto la presencia del intendente, pero por lo visto no está”, arengó la concejala por el Frente Entrerriano Federal, Mónica Miletich, ante el jefe de la departamental Uruguay, de la Policía de Entre Ríos, José María Manucci y frente a la multitud de vecinos que se auto convocó por la muerte de Darío Ferrer. Incluso, propuso a ir hasta la casa del intendente Carlos Schepens cuando éste aún no estaba presente. Por otro lado, el dirigente de la UCR, Guillermo Vázquez, afirmó que Schepens necesitó “el arrebato de vida” para re implantar el Consejo de Seguridad Municipal.
El uso por parte de la oposición política de algunos de los problemas de Concepción del Uruguay, tales como la falta de agua, por ejemplo, para trascender mediáticamente y erigirse como representantes del pueblo era moneda corriente. En este sentido, en las reuniones que organizan los vecinos para plantear la problemática del agua, por ejemplo, suelen verse a dirigentes opositores arengando e incentivando el enojo de los vecinos con dificultades. "Parte del juego político", coinciden de un lado y del otro del mostrador.
Sin embargo, el uso de la muerte de Darío Ferrer para los mismos fines es el corrimiento de los límites en los cuales se manejaba cierta parte de la opo uruguayense.
Según los medios de comunicación fueron aproximadamente unos mil vecinos los que participaron de la marcha auto convocada en reclamo de mayor seguridad, a raíz del trágico asalto que terminó con la vida de Ferrer, un pibe de 22 años. Sin tener la certeza, seguramente fueron más de uno los políticos que participaron. Sin embargo, Miletich, la concejala del FEF, encabezó la columna de vecinos y vecinas y fue la que entró a la policía para solicitarle Manucci que salga a hablar con la multitud.
Cuando salió Manucci la concejala primero criticó que el intendente, del cual ella es oposición, no estuviera presente. A punto seguido, aprovechó para pedir “en nombre de todos” una reunión con el ministro de Gobierno Adán Bahl, para exigirle mayores recursos para la policía.
Por otro lado, Vázquez, el ex candidato a intendente del Frente Progresista, a través de un comunicado de prensa, comentó que participó de la convocatoria, lo que demuestra que conservó el bajo perfil ante la tragedia ya que no se hizo público su presencia a diferencia de la actitud que tomó la concejala.
No obstante, al día siguiente, usó a Ferrer. “El reclamo de la propuesta de convocatoria no fue escuchado y se lo desconsideró, fue necesario el arrebato de una vida joven para que Schepens (…) anuncie la re implementación del Consejo de Seguridad Municipal”, destacó.
Esta nota no plantea que no se pueda discutir políticamente cualquier tema, inclusive reafirma la necesidad de que así se haga. Pero una cosa es el peludo y otra el pelado. Discusión política sí; intentar direccionar el enojo o dolor de la comunidad en beneficios propio o en detrimento del otro, no.
Darío murió. Es un hecho fáctico, ya no está lamentablemente. En este marco, una cosa es un comunicado como el del Socialismo, que por ejemplo discute sobre política y manifiesta su posición sobre de qué manera mejorar la seguridad teniendo en cuenta cuestiones “sociales, económicas y culturales”. Otra, muy distinta, es invitar a ir a manifestar a la casa del intendente, o acusarlo de necesitar una muerte para impulsar tal o cual política. ¿No fue usar la tragedia de Darío, de su familia y de la que lo quisieron?
El uso por parte de la oposición política de algunos de los problemas de Concepción del Uruguay, tales como la falta de agua, por ejemplo, para trascender mediáticamente y erigirse como representantes del pueblo era moneda corriente. En este sentido, en las reuniones que organizan los vecinos para plantear la problemática del agua, por ejemplo, suelen verse a dirigentes opositores arengando e incentivando el enojo de los vecinos con dificultades. "Parte del juego político", coinciden de un lado y del otro del mostrador.
Sin embargo, el uso de la muerte de Darío Ferrer para los mismos fines es el corrimiento de los límites en los cuales se manejaba cierta parte de la opo uruguayense.
Según los medios de comunicación fueron aproximadamente unos mil vecinos los que participaron de la marcha auto convocada en reclamo de mayor seguridad, a raíz del trágico asalto que terminó con la vida de Ferrer, un pibe de 22 años. Sin tener la certeza, seguramente fueron más de uno los políticos que participaron. Sin embargo, Miletich, la concejala del FEF, encabezó la columna de vecinos y vecinas y fue la que entró a la policía para solicitarle Manucci que salga a hablar con la multitud.
Cuando salió Manucci la concejala primero criticó que el intendente, del cual ella es oposición, no estuviera presente. A punto seguido, aprovechó para pedir “en nombre de todos” una reunión con el ministro de Gobierno Adán Bahl, para exigirle mayores recursos para la policía.
Por otro lado, Vázquez, el ex candidato a intendente del Frente Progresista, a través de un comunicado de prensa, comentó que participó de la convocatoria, lo que demuestra que conservó el bajo perfil ante la tragedia ya que no se hizo público su presencia a diferencia de la actitud que tomó la concejala.
No obstante, al día siguiente, usó a Ferrer. “El reclamo de la propuesta de convocatoria no fue escuchado y se lo desconsideró, fue necesario el arrebato de una vida joven para que Schepens (…) anuncie la re implementación del Consejo de Seguridad Municipal”, destacó.
Esta nota no plantea que no se pueda discutir políticamente cualquier tema, inclusive reafirma la necesidad de que así se haga. Pero una cosa es el peludo y otra el pelado. Discusión política sí; intentar direccionar el enojo o dolor de la comunidad en beneficios propio o en detrimento del otro, no.
Darío murió. Es un hecho fáctico, ya no está lamentablemente. En este marco, una cosa es un comunicado como el del Socialismo, que por ejemplo discute sobre política y manifiesta su posición sobre de qué manera mejorar la seguridad teniendo en cuenta cuestiones “sociales, económicas y culturales”. Otra, muy distinta, es invitar a ir a manifestar a la casa del intendente, o acusarlo de necesitar una muerte para impulsar tal o cual política. ¿No fue usar la tragedia de Darío, de su familia y de la que lo quisieron?
