Repercusiones tras la muerte de Ortíz
Final de un día agitado
El lunes finalizó con una nueva marcha: comenzó en la Policía, continuó por Tribunales, por la casa de la jueza Calveyra, de Lauritto, de Schepens y de Bisogni. Cerca de las 23, unos vecinos hablaron con Calveyra. Massuh anunció 200 nuevos hombres para La Histórica y la cuarta comisaría.
29.05.2012 | 01:50
La movilización estaba convocada para las 20. A esa hora los vecinos se reunieron frente al edificio de la jefatura Departamental. Eran entre dos y tres mil personas, aproximadamente, muchas de las cuales levantaban carteles con inscripciones tales como “Justicia por Jorge”, o “Darío Ferrer ¡que condenen a los culpables”.
Se trató de la tercera marcha en el lapso de un día y medio luego de que el sábado por la noche, Jorge René Ortíz, un comerciante de unos 58 años, muriera violentamente en un hecho de asalto contra su comercio. (Ver aparte)
Ferrer, el otro que mencionaba la cartelería, era un joven que murió en febrero, también, en un asalto que se produjo en el quiosco que se encontraba atendiendo.
En este marco, en las afueras de la policía se podían oír palmas, gritos y hasta abucheos contra la fuerza de seguridad. “Queremos justicia”, exclamaban algunos. Luis Brumatti, el jefe de la departamental Uruguay, se encontraba parado en la puerta de cara a los vecinos.
Luego de que algunos vecinos manifestaran su descontento y reclamo, en los que se incluyeron denuncias sobre algunos hechos, Brumatti pudo tomar el micrófono para informarles a los presentes lo que se había acordado unas ocho horas antes con el ministro de Gobierno, Adán Bahl. Esto era: unos 50 nuevos efectivos para la ciudad, los que llegaron en horas de la tarde, y tres vehículos cero kilómetros para la fuerza.
Desde allí, se comenzó a organizar el recorrido. “Primero vamos a los Juzgados”, gritaban algunos; “Vamos a lo de Lauritto”, arengaban otros. Finalmente, hicieron eso, y mucho más.
Luego de un breve paso por los Tribunales de la Justicia provincial, la multitud se dirigió a la casa de la jueza, Vocal de Cámara, María Cristina Calveyra. Allí, se frenaron para manifestar su reclamo. En el conjunto de vecinos, había unos pocos que comenzaron a golpear la puerta de la casa. Sin embargo, ante esto, los otros los frenaban. La jueza no estaba presente. En el edificio no había nadie. La habrían de encontrar, un grupo menor de manifestantes, pasadas las 23.
Posteriormente, marcharon hasta la casa de José Eduardo Lauritto, el ministro de Educación de la provincia. Aunque Lauritto se encontraba en Paraná, los mismos que golpearon la puerta de la Magistrada, hicieron lo propio en el hogar del funcionario. En este sentido, vale destacar que algunos vecinos advirtieron que el Ministro no se encontraba y que en su casa estaba presente la mamá, una señora mayor, por lo que no debían golpear la puerta, ni las ventanas. “A mí que me importa”, contestó uno de los presentes, para volver sobre los golpes con más violencia sobre la puerta.
Aunque nadie tenía la voz de mando, algunos eran los que proponían los lugares a donde dirigir el reclamo. Así fue que, el camino siguió rumbo a la casa del intendente Carlos Schepens, en donde unos 15 policías esperaban apostados esperando.
Cuando la concentración se detuvo frente a la casa comenzó a pedir a los gritos la presencia del mandatario. Punto seguido, se abrió la puerta y Schepens salió encabezando un conjunto de funcionarios que incluían al jefe de la Policía de Entre Ríos, Héctor Massuh, como también a su secretario de Gobierno, Agustín Bordagaray.
Fueron más de 20 minutos en los cuales, primero Massuh, y luego Scheppens, intentaron comunicarse con los vecinos, hecho que se veía imposibilitado por los gritos, insultos y hasta cánticos. De todas maneras, en una de las pocas oportunidades que lograron comunicarse, Massuh informó que unos 200 estudiantes de la escuela de policías quedarían radicados en La Histórica, una vez recibidos. Por otro lado, aseveró que se encontraban estudiando con Schepens la instalación de una cuarta comisaría en el distrito.
Luego de decidir que no podía continuar el diálogo, tras unos 20 minutos, el intendente dio media vuelta e ingresó a su casa seguido por sus funcionarios. Después de permanecer unos diez minutos, aproximadamente, la multitud decidió, entonces, ir a la casa de Marcelo Bisogni, actual diputado provincial por el FJPV y ex intendente. En este marco, y mientras se alejaban del hogar de Schepens, de entre el conjunto de personas, arrojaron unos huevos que dieron de lleno contra las paredes y algún policía. No pasó a mayores.
La mamá de Darío Ferrer, Claudia Perdomo, era una de las máximas promotoras de ir al hogar de Bisogni. Fueron varias cuadras, las que fueron caminadas en unos 20 minutos aproximadamente, por los cada vez menos vecinos. No obstante, el número no era menor a 500.
Unos policías de civil se encontraban custodiando la casa del ex mandatario. De todas maneras, no había nadie en el lugar, el que tenía todas sus luces apagadas. Lo mismo que en el resto de los lugares: gritos, palmas y pedido de Justicia.
Así, la movilización había llegado a su final. Luego de pautar una nueva movilización para este martes a las 20 en la plaza Ramírez, la multitud se retiró de manera tranquila. Eran cerca de las 23.
Sin embargo, para un conjunto de vecinos, la marcha no había terminado. Sucede, que algunos que se habían desprendido del grupo central regresaron al hogar de la jueza Calveyra, en donde esta vez sí la encontraron.
Calveyra, por su parte, comentó que anteriormente no estuvo presente porque había salido a hacer actividad física, pero que cuando regresó vio a los vecinos con los cuales se quedó a conversar. Los presentes entonces no eran más de 30 personas.
En este marco, mientras algunos insultaron a la magistrada, otros se acercaban a hablar cara a cara con ella. Así fue que, pasadas las 23.30, todo había terminado. Era el fin de un día agitado que incluyó dos marchas y varias cuadras caminadas. (Redacción de Babel)
Se trató de la tercera marcha en el lapso de un día y medio luego de que el sábado por la noche, Jorge René Ortíz, un comerciante de unos 58 años, muriera violentamente en un hecho de asalto contra su comercio. (Ver aparte)
Ferrer, el otro que mencionaba la cartelería, era un joven que murió en febrero, también, en un asalto que se produjo en el quiosco que se encontraba atendiendo.
En este marco, en las afueras de la policía se podían oír palmas, gritos y hasta abucheos contra la fuerza de seguridad. “Queremos justicia”, exclamaban algunos. Luis Brumatti, el jefe de la departamental Uruguay, se encontraba parado en la puerta de cara a los vecinos.
Luego de que algunos vecinos manifestaran su descontento y reclamo, en los que se incluyeron denuncias sobre algunos hechos, Brumatti pudo tomar el micrófono para informarles a los presentes lo que se había acordado unas ocho horas antes con el ministro de Gobierno, Adán Bahl. Esto era: unos 50 nuevos efectivos para la ciudad, los que llegaron en horas de la tarde, y tres vehículos cero kilómetros para la fuerza.
Desde allí, se comenzó a organizar el recorrido. “Primero vamos a los Juzgados”, gritaban algunos; “Vamos a lo de Lauritto”, arengaban otros. Finalmente, hicieron eso, y mucho más.
Luego de un breve paso por los Tribunales de la Justicia provincial, la multitud se dirigió a la casa de la jueza, Vocal de Cámara, María Cristina Calveyra. Allí, se frenaron para manifestar su reclamo. En el conjunto de vecinos, había unos pocos que comenzaron a golpear la puerta de la casa. Sin embargo, ante esto, los otros los frenaban. La jueza no estaba presente. En el edificio no había nadie. La habrían de encontrar, un grupo menor de manifestantes, pasadas las 23.
Posteriormente, marcharon hasta la casa de José Eduardo Lauritto, el ministro de Educación de la provincia. Aunque Lauritto se encontraba en Paraná, los mismos que golpearon la puerta de la Magistrada, hicieron lo propio en el hogar del funcionario. En este sentido, vale destacar que algunos vecinos advirtieron que el Ministro no se encontraba y que en su casa estaba presente la mamá, una señora mayor, por lo que no debían golpear la puerta, ni las ventanas. “A mí que me importa”, contestó uno de los presentes, para volver sobre los golpes con más violencia sobre la puerta.
Aunque nadie tenía la voz de mando, algunos eran los que proponían los lugares a donde dirigir el reclamo. Así fue que, el camino siguió rumbo a la casa del intendente Carlos Schepens, en donde unos 15 policías esperaban apostados esperando.
Cuando la concentración se detuvo frente a la casa comenzó a pedir a los gritos la presencia del mandatario. Punto seguido, se abrió la puerta y Schepens salió encabezando un conjunto de funcionarios que incluían al jefe de la Policía de Entre Ríos, Héctor Massuh, como también a su secretario de Gobierno, Agustín Bordagaray.
Fueron más de 20 minutos en los cuales, primero Massuh, y luego Scheppens, intentaron comunicarse con los vecinos, hecho que se veía imposibilitado por los gritos, insultos y hasta cánticos. De todas maneras, en una de las pocas oportunidades que lograron comunicarse, Massuh informó que unos 200 estudiantes de la escuela de policías quedarían radicados en La Histórica, una vez recibidos. Por otro lado, aseveró que se encontraban estudiando con Schepens la instalación de una cuarta comisaría en el distrito.
Luego de decidir que no podía continuar el diálogo, tras unos 20 minutos, el intendente dio media vuelta e ingresó a su casa seguido por sus funcionarios. Después de permanecer unos diez minutos, aproximadamente, la multitud decidió, entonces, ir a la casa de Marcelo Bisogni, actual diputado provincial por el FJPV y ex intendente. En este marco, y mientras se alejaban del hogar de Schepens, de entre el conjunto de personas, arrojaron unos huevos que dieron de lleno contra las paredes y algún policía. No pasó a mayores.
La mamá de Darío Ferrer, Claudia Perdomo, era una de las máximas promotoras de ir al hogar de Bisogni. Fueron varias cuadras, las que fueron caminadas en unos 20 minutos aproximadamente, por los cada vez menos vecinos. No obstante, el número no era menor a 500.
Unos policías de civil se encontraban custodiando la casa del ex mandatario. De todas maneras, no había nadie en el lugar, el que tenía todas sus luces apagadas. Lo mismo que en el resto de los lugares: gritos, palmas y pedido de Justicia.
Así, la movilización había llegado a su final. Luego de pautar una nueva movilización para este martes a las 20 en la plaza Ramírez, la multitud se retiró de manera tranquila. Eran cerca de las 23.
Sin embargo, para un conjunto de vecinos, la marcha no había terminado. Sucede, que algunos que se habían desprendido del grupo central regresaron al hogar de la jueza Calveyra, en donde esta vez sí la encontraron.
Calveyra, por su parte, comentó que anteriormente no estuvo presente porque había salido a hacer actividad física, pero que cuando regresó vio a los vecinos con los cuales se quedó a conversar. Los presentes entonces no eran más de 30 personas.
En este marco, mientras algunos insultaron a la magistrada, otros se acercaban a hablar cara a cara con ella. Así fue que, pasadas las 23.30, todo había terminado. Era el fin de un día agitado que incluyó dos marchas y varias cuadras caminadas. (Redacción de Babel)