Por Valodia Nichajew
Política en los colegios: mismo enemigo, ahora y en la dictadura de Videla
La mirada sobre La Cámpora y sus actividades, lejos de ser una crítica es directamente una persecución política. La palabra "adoctrinar" que se escucha por estos días, ya había sido usada en un manual publicado por Videla en 1978. Descargue el manual.
23.08.2012 | 23:06
Primero fue el diario La Nación, el que en una mañana dominguera, publicó la noticia de que la agrupación Kirchnerista La Cámpora concurría a los colegios secundarios para “adoctrinar a los estudiantes”. Horas después, en la misma noche del domingo, el grupo Clarín a través del programa que conduce Jorge Lanata por Canal 13 (Periodismo para todos) dio cuenta de la misma novedad. La operación comunicacional había sido lanzada en un trabajo en conjunto.
A los pocos días, el Gobierno porteño, comandado por Mauricio Macri, puso en vigencia un 0800 para recibir “denuncias”, tal cual señalaron entonces, sobre la llegada de La Cámpora a los establecimientos.
En este sentido, primero es importante destacar que el macrismo, como también algunos de los comunicadores, tanto nacionales como locales, apuntaron solamente a los militantes del kirchnerismo. No así a los del radicalismo, del socialismo, de la Juventud Guevarista o del PRO, entre otros sectores con presencia en el ámbito estudiantil.
De todos modos, la persecución política en los establecimientos educativos no es novedad. Alguien les ganó de mano. Fue en 1978, cuando la dictadura cívica militar publicó, e hizo llegar a los docentes, un manual titulado: “Subversión en el ámbito educativo”. A punto seguido, y para no dejar dudas, agregaba el subtítulo: “Conozcamos a nuestro enemigo”.
Casualmente, o no, la palabra adoctrinamiento que hoy día usan los críticos de La Cámpora también fue usada por el gobierno de Videla. “Transformación y orientación de su personalidad, mediante el adoctrinamiento”, explicaba, textual, el manual en su inciso a, del punto 2, en el que hablaba sobre el modo en que se “subvertía a una persona”.
En este contexto, es lamentable ver como jóvenes, o adultos militantes de otros espacios políticos al oficialismo manifiestan su sonrisa, o indiferencia, a las críticas hacia el Kirchnerismo sin entender que el ataque es hacia la actividad política en sí. O sea, hacia ellos mismos.
“Constituir y desarrollar las agrupaciones de base, en especial en colegios técnicos, con el fin de desarrollar en el estudiantado una toma de conciencia política, orientada hacia los principios del Movimiento Peronista Auténtico”, dice el texto de la Dictadura con respecto a uno de los objetivos que perseguía la UES (Unión de Estudiantes Secundarios).
En este marco, y por estos días, otro de los actores que se mostró ausente fueron los docentes. Parece necesario recordar que los gremios docentes en cada protesta o paro que realizan llevan adelante una posición y actividad política.
No obstante, en 1978, Videla y compañía sí se acordaron de ellos en el punto que indicaban que los maestros y profesores facilitaban “el proceso subversivo”. “La actividad gremial, fuertemente infiltrada que utilizó a los docentes en el desarrollo de la política subversiva para la consecución de sus objetivos, bajo la apariencia del logro de demandas reales y/o supuestas reivindicaciones”, puntualizaba el documento.
“Al sector docente, entonces, le compete acompañarlo (al proceso de reorganización nacional) en esa tarea”, agregaba, pedía y ordenaba Videla.
Por estos días, el disparo de los anti política es a dos bandos. Por un lado, directamente para que los mismos militantes de La Cámpora se sientan con culpa como si hubieran hecho alguna actividad que está mal.
Pero, por otro lado, y tal vez este sea el principal objetivo buscado, es para generar miedo en la comunidad educativa (directivos, docentes, personal), para que sean ellos los que se autocensuren y vean como algo negativo que la política ingrese a sus clases. “Ojo que te estamos mirando. En los colegios solamente tenés que enseñar uno más uno, o mi mamá me ama”, parece decir el mensaje.
“Vale decir que, a los educadores, les cabe el calificativo de ‘custodios de nuestra soberanía ideológica’”. La frase sirve para estos días, como también sirvió en 1978 cuando fue escrita en el manual “Subversión en el ámbito educativo: Conozcamos a nuestro enemigo”. (Redacción de Babel)
--- Descargue el manual "Subversión en el ámbito educativo Conozcamos a nuestro enemigo", publicado para los docentes y directivos en 1978 durante la dictadura cívico militar que comandaba Jorge Rafael Videla.
A los pocos días, el Gobierno porteño, comandado por Mauricio Macri, puso en vigencia un 0800 para recibir “denuncias”, tal cual señalaron entonces, sobre la llegada de La Cámpora a los establecimientos.
En este sentido, primero es importante destacar que el macrismo, como también algunos de los comunicadores, tanto nacionales como locales, apuntaron solamente a los militantes del kirchnerismo. No así a los del radicalismo, del socialismo, de la Juventud Guevarista o del PRO, entre otros sectores con presencia en el ámbito estudiantil.
De todos modos, la persecución política en los establecimientos educativos no es novedad. Alguien les ganó de mano. Fue en 1978, cuando la dictadura cívica militar publicó, e hizo llegar a los docentes, un manual titulado: “Subversión en el ámbito educativo”. A punto seguido, y para no dejar dudas, agregaba el subtítulo: “Conozcamos a nuestro enemigo”.
Casualmente, o no, la palabra adoctrinamiento que hoy día usan los críticos de La Cámpora también fue usada por el gobierno de Videla. “Transformación y orientación de su personalidad, mediante el adoctrinamiento”, explicaba, textual, el manual en su inciso a, del punto 2, en el que hablaba sobre el modo en que se “subvertía a una persona”.
En este contexto, es lamentable ver como jóvenes, o adultos militantes de otros espacios políticos al oficialismo manifiestan su sonrisa, o indiferencia, a las críticas hacia el Kirchnerismo sin entender que el ataque es hacia la actividad política en sí. O sea, hacia ellos mismos.
“Constituir y desarrollar las agrupaciones de base, en especial en colegios técnicos, con el fin de desarrollar en el estudiantado una toma de conciencia política, orientada hacia los principios del Movimiento Peronista Auténtico”, dice el texto de la Dictadura con respecto a uno de los objetivos que perseguía la UES (Unión de Estudiantes Secundarios).
En este marco, y por estos días, otro de los actores que se mostró ausente fueron los docentes. Parece necesario recordar que los gremios docentes en cada protesta o paro que realizan llevan adelante una posición y actividad política.
No obstante, en 1978, Videla y compañía sí se acordaron de ellos en el punto que indicaban que los maestros y profesores facilitaban “el proceso subversivo”. “La actividad gremial, fuertemente infiltrada que utilizó a los docentes en el desarrollo de la política subversiva para la consecución de sus objetivos, bajo la apariencia del logro de demandas reales y/o supuestas reivindicaciones”, puntualizaba el documento.
“Al sector docente, entonces, le compete acompañarlo (al proceso de reorganización nacional) en esa tarea”, agregaba, pedía y ordenaba Videla.
Por estos días, el disparo de los anti política es a dos bandos. Por un lado, directamente para que los mismos militantes de La Cámpora se sientan con culpa como si hubieran hecho alguna actividad que está mal.
Pero, por otro lado, y tal vez este sea el principal objetivo buscado, es para generar miedo en la comunidad educativa (directivos, docentes, personal), para que sean ellos los que se autocensuren y vean como algo negativo que la política ingrese a sus clases. “Ojo que te estamos mirando. En los colegios solamente tenés que enseñar uno más uno, o mi mamá me ama”, parece decir el mensaje.
“Vale decir que, a los educadores, les cabe el calificativo de ‘custodios de nuestra soberanía ideológica’”. La frase sirve para estos días, como también sirvió en 1978 cuando fue escrita en el manual “Subversión en el ámbito educativo: Conozcamos a nuestro enemigo”. (Redacción de Babel)
--- Descargue el manual "Subversión en el ámbito educativo Conozcamos a nuestro enemigo", publicado para los docentes y directivos en 1978 durante la dictadura cívico militar que comandaba Jorge Rafael Videla.