Nota de Opinión
Cada vez que lo nombramos recordamos
Por Gonzalo Gaggino (*). Hoy queremos recordar al padre de la nueva democracia Raúl Ricardo Alfonsín. Queremos agradecerle su compromiso con la Patria. Defendió la democracia, el diálogo, la militancia, la honestidad, la coherencia y, por sobre todo, la buena política. Pese a los errores que hubo en su gobierno y los reclamos que aún perduran, se reivindicó el sistema democrático en su sentido más amplio.
30.03.2011 | 21:00
Cada vez que lo nombramos recordamos lo que nos enseño:
- Que la política puede ser algo positivo y transformador y no sólo un
atajo para conseguir poder y privilegios.
- Que la política puede entusiasmar, cuando los ejemplos entusiasman.
- Que los políticos pueden parecer y ser honestos, pese a lo que
señala el imaginario colectivo de hoy en día.
- Que se puede ser coherente con lo que uno piensa, aún con contradicciones.
- Que se pueden defender las ideas con convicción y firmeza.
- Que se puede llegar a la función pública e irse con los mismos
bienes, o aún menos.
- Que dialogar es el mejor camino para escuchar las diferencias y
mejorar nuestras propias posturas.
- Que el bolsillo no es la víscera más sensible del ser humano y que
otros valores se pueden imponer.
- Que la democracia no es sólo esa fotografía del voto, sino una
película llena de capítulos diarios y desafíos permanentes.
- Que se genera el respeto del otro si uno es el primero en respetar.
- Que cuando lo que se trasmite es sinceridad y honestidad, se puede
convocar multitudes sin la necesidad de arrastrarlos con dádivas de
cualquier tipo.
- Que se puede lograr que los jóvenes se comprometan cuando se les
muestra que el transcurso de una vida puede estar regado de valores
trascendentes y no sólo de miserias personales.
En definitiva:
- Que se puede ser demócrata, aún en la Argentina.
- Que se puede ser honesto, pese al poder.
- Y que se puede ser un buen tipo, aún siendo POLITICO.
(*) Integrante de la Juventud Radical
- Que la política puede ser algo positivo y transformador y no sólo un
atajo para conseguir poder y privilegios.
- Que la política puede entusiasmar, cuando los ejemplos entusiasman.
- Que los políticos pueden parecer y ser honestos, pese a lo que
señala el imaginario colectivo de hoy en día.
- Que se puede ser coherente con lo que uno piensa, aún con contradicciones.
- Que se pueden defender las ideas con convicción y firmeza.
- Que se puede llegar a la función pública e irse con los mismos
bienes, o aún menos.
- Que dialogar es el mejor camino para escuchar las diferencias y
mejorar nuestras propias posturas.
- Que el bolsillo no es la víscera más sensible del ser humano y que
otros valores se pueden imponer.
- Que la democracia no es sólo esa fotografía del voto, sino una
película llena de capítulos diarios y desafíos permanentes.
- Que se genera el respeto del otro si uno es el primero en respetar.
- Que cuando lo que se trasmite es sinceridad y honestidad, se puede
convocar multitudes sin la necesidad de arrastrarlos con dádivas de
cualquier tipo.
- Que se puede lograr que los jóvenes se comprometan cuando se les
muestra que el transcurso de una vida puede estar regado de valores
trascendentes y no sólo de miserias personales.
En definitiva:
- Que se puede ser demócrata, aún en la Argentina.
- Que se puede ser honesto, pese al poder.
- Y que se puede ser un buen tipo, aún siendo POLITICO.
(*) Integrante de la Juventud Radical