Historia, presente y futuro

Cáceres: "La batalla de Caseros es una operación intelectual que recurrió a la falsedad histórica"

El Vicegobernador, José Cáceres, en el marco de la conmemoración de la batalla de Caseros, afirmó que el hecho tal cual se lo conoce es el resultado de la "tergiversación de la historia oficial". Además, reivindicó a Rosas. Lea lo que dijo. 
04.02.2013 | 12:12
Recordar la Batalla de Caseros más allá del relato de la “Historia Oficial”, por José Cáceres (*) 

Hoy, 3 de febrero, se cumple un nuevo aniversario de la Batalla de Caseros. Allí, el ejército encabezado por Urquiza derrotó y derrocó a Juan Manuel de Rosas. Fue en 1852.

Esta fecha es fundamental en la historia argentina. Pero su interpretación y lectura ha sido presa de una gigantesca deformación por parte de la Historia “Oficial” que nos obliga permanentemente a debatir sobre este punto de nuestra vida nacional. Debemos partir del concepto de que hay visiones del pasado que no pueden convivir, que son totalmente excluyentes. Para la Historia Oficial la Argentina tiene que ver con la “civilización” de la Europa Imperialista, con la cultura francesa y la economía inglesa. La burguesía porteña es su exponente.

Para el revisionismo y la cultura popular, en cambio, lo argentino está en nuestra tierra y nuestros hombres, los intereses colectivos y el sentir de las mayorías nacionales. Así pensamos los peronistas.

La Historia Oficial, la escrita por Mitre y los vencedores de Caseros, es una operación intelectual que, recurriendo a la falsedad histórica, pretende justificar un orden político colonial y económicamente dependiente.

El gran maestro, Don Arturo Jauretche, lo tenía claro y lo denunciaba con todas las letras: Las clases dominantes quieren impedir, a través del relato histórico, que los argentinos podamos realizar una política nacional, “ya que una comunidad no puede edificar eficazmente su futuro sobre la base de un pasado falsificado”.

¿Qué hizo Rosas que puede ser tan nefasto para la Historia Oficial? Rosas durante su gobierno desplegó una política que contención de las clases humildes, negros, peonadas y gauchos fueron parte de la vida social luego de la marginación a la cual los confinaron los iluminados del Puerto. Impulsó la unidad de las provincias y aseguró la integridad territorial. Desplegó una política económica de corte proteccionista, favoreciendo la industria nacional y expandiendo el mercado interno.

Rosas no sólo molestaba a los porteños. Especialmente fue un problema para las potencias extranjeras, al punto de que el Imperialismo europeo apostó al bloqueo como forma de intentar asfixiar a la Confederación Argentina, llegando al extremo de la guerra como atestigua la heroica batalla de la “Vuelta de Obligado”.

La Batalla de Caseros, tal como la conoció gran parte de mi generación en las escuelas públicas y todos los ámbitos institucionales, es un invento de la Historia Oficial. Nos llega casi desde el mismo día de la batalla, de puño de sus vencedores, especialmente de Bartolmé Mitre. Luego se desparramó a todos los ámbitos culturales y así viene desde hace un siglo y medio. Es una versión de los hechos que omite hacer referencia a la participación de potencias extranjeras terciando a favor de Urquiza, que no se expide sobre el rol del Imperio del Brasil en el conflicto, que omite relatar la barbarie y la criminalidad de los actos cometidos por los vencedores y muchos otros puntos oscuros de aquellas jornadas.

Esa misma Historia Oficial que entroniza a Urquiza por Caseros es la misma que dejará en el olvido los casi 10 años en que el entrerriano fue el jefe político de la Confederación Argentina y enfrentó, cómo no otra vez, a los intereses del Puerto de Buenos Aires. La oligarquía lo recuerda con agrado cuando fue funcional a sus intereses luchando contra Rosas, pero lo condenará o ignorará cuando no lo fue. No es casual que apenas un par de meses luego de Caseros, Mitre y sus amigos se desligaron de Urquiza y se adueñaron de una Buenos Aires que ya no tenía el sentido nacional de Rosas.

¿Y qué pasó después de Caseros? Buenos Aires se separó del resto del país. Se reagruparon las fuerzas políticas, ideológicas y económicas desplazadas por Rosas. Con el vencedor de Caseros entraron a nuestro país Mitre, Sarmiento y el capital europeo. La Argentina se incorporó al proceso económico mundial como un mercado dependiente. La industria inglesa aniquiló nuestros talleres y sembró el desempleo. Los ferrocarriles trazaron el nuevo mapa nacional ajustado a los intereses de sus dueños foráneos. La subordinación Argentina a la economía británica construyó una Nación profundamente desigual. Y hay mucha más tela para cortar….

A más de un siglo y medio de Caseros, la polémica sigue presente y es un deber militante comprender la historia. Hoy, una profunda revisión histórica se abre paso lentamente en la academia y la cultura nacional, cuestión que nos llena de satisfacción. El gobierno nacional ha dado pasos muy positivos en este sentido. Lo mismo estamos haciendo en Entre Ríos con la revalorización de Artigas y el federalismo. Pero estamos lejos de ganar esta batalla, ya que se renueva día a día.

Para los militantes, y también en su sentido social y colectivo, la verdad histórica no es sólo un problema historiográfico o académico. Es una cuestión de lucha política. Lo que se nos ha presentado y se nos enseña muchas veces como historia es una política de la historia, en que la historia es una herramienta de la política.

De acuerdo a como miremos el pasado entenderemos y lucharemos por un presente y un futuro. Caseros puede ser motivo de celebración o reflexión, depende de que lado la miremos. Pensemos y saquemos cada uno nuestras propias conclusiones, sin seguir ningún libreto de una Historia “Oficial”. 


* Vicegobernador de Entre Ríos | Vicepresidente del PJ provincial
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