Camino a la legislatura

Unos 60 días para definir las alianzas electorales

El 12 de junio vencerá el plazo para la inscripción de los acuerdos electorales. En este marco, lo único seguro es la propuesta del oficialismo. La oposición, en cambio muestra, como mínimo, cuatro variantes: Busti, De Ángeli, UCR y FAP.  
01.04.2013 | 08:51
Por Pablo Bizai
A cinco meses de las elecciones primarias de agosto y a siete de las generales de octubre, el escenario político que ofrece la provincia de Entre Ríos se destaca por la dispersión de las propuestas que se presentan como alternativa al oficialista Frente Justicialista para la Victoria.

Los próximos dos meses, hasta el 12 de junio cuando se cumple el plazo para la conformación de alianzas, se terminará de definir cómo llega la oferta electoral opositora a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que tendrán lugar el 11 de agosto en todo el país.

Hoy ese conjunto de fuerzas alternativas (si se cuentan sólo las más importantes) se pueden agrupar en dos grandes polos, que podrían culminar expresándose en dos, tres o cuatro variantes electorales, según cómo se terminen de resolver los acuerdos políticos.

De un lado, están las fuerzas del arco social demócrata, como la UCR, y el Frente Amplio Progresista (FAP), donde se incluyen a su vez el Partido Socialista y Generación para un Encuentro Nacional (GEN) una fuerza política estructurada mayoritariamente en torno de dirigentes que pertenecieron a la UCR.

Por otro lado, está el arco conformado por fuerzas de centro derecha y peronistas opositores al kirchnerismo, como el Frente Entrerriano Federal (FEF) que lidera el ex gobernador Jorge Busti, y el conjunto de partidos y corrientes que promueven la candidatura a senador nacional del dirigente de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Ángeli, donde el partido más fuerte es PRO.

Por afinidad ideológica y por el contexto nacional de diálogos, resultaría lógico que estos dos grandes grupos –los social demócratas y la centro derecha- marchen separados a la elección. Pero, como están hoy las cosas, es probable que ni siquiera puedan encontrar la manera de sostener un acuerdo entre fuerzas más afines, por lo que las propuestas electorales de la oposición no serían dos, sino al menos tres o cuatro. A esto habrá que sumar por afuera a sectores de izquierda y nacionalistas con poco caudal electoral en los últimos años en la provincia.

Hoy por hoy, sólo se ve dispersión de fuerzas frente al oficialismo provincial.

UCR-FAP. Una confluencia entre la UCR y el FAP aparece lejana hoy en Entre Ríos, por las resistencias recíprocas que se han expresado a esa posibilidad.

Las duras críticas que en la UCR recibió el sector que lidera Atilio Benedetti por haber cerrado en 2011 un acuerdo ventajoso para el PS todavía resuenan en el radicalismo y siguen siendo importantes a pesar de que Benedetti ratificó su dominio interno en el partido y su voluntad de asociarse a los socialistas.

Los socialistas también están interesados en mantener esa sociedad con los radicales, pero ahora quieren hacerlo desde el FAP que acaban de fundar en Entre Ríos con el GEN. El problema es que en el GEN y en otros partidos del FAP, como Unión Popular (que lidera nacionalmente Víctor De Gennaro) no quieren saber nada con compartir un frente con una fuerza a la que consideran parte de las viejas prácticas políticas que postulan cambiar.

En abril se esperan novedades al respecto, porque sesionarán los congresos partidarios de la UCR y del PS para definir sus respectivas políticas de alianzas.

PRO-PERONISMO. Aquí todo ha girado, desde principios de año, en torno de la postulación a senador nacional del presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Angeli, hasta ahora la principal novedad que arroja este proceso electoral en la provincia.

Aunque 2013 no es 2009 y De Ángeli está lejos de ser aquel rostro popular del conflicto por la resolución 125 que en 2008 tuvo a Entre Ríos como epicentro, ha sido importante la expectativa que generó su postulación como posible aglutinador de un frente antikirchnerista. No obstante, es poco lo que ha conseguido hasta aquí: suma al PRO, a ex bustistas como Héctor Strassera, Eduardo Jourdán, Osvaldo Chesini, al partido en formación Fe (de Gerónimo Momo Venegas) y Unión por la Libertad (de Patricia Bullrich), todas fuerzas de poco caudal electoral y una escuálida estructura en la provincia.
De Ángeli sigue esperando un acuerdo con el Frente Entrerriano Federal (FEF) que lidera Jorge Busti, pero el ex gobernador cuestiona que el dirigente agrario busque el diálogo a partir de su postulación, y ha dicho que no quiere saber nada con aliarse a PRO. A su vez, los macristas agradecen que así sea, porque esperan ocupar espacios que Busti reclamaría para sí en el caso de un acuerdo y los ex bustistas que están con De Ángeli combaten cualquier variante de construcción que pueda terminar beneficiando a su antiguo líder.

Para complicar un poco más las cosas, De Ángeli sigue dejando abierta la puerta a un acuerdo con la UCR, a pesar de las señales en contrario que dirigentes del oficialismo partidario vienen emitiendo públicamente.

De Ángeli es hoy lo más parecido a la propuesta electoral que en la anterior elección intermedia de 2009 devolvió al triunfo a la UCR y catapultó a Benedetti como candidato a gobernador en 2011. Hace cuatro años, Benedetti fue acompañado por dos candidatos de extracción rural: los actuales diputados Jorge Chemes e Hilma Re. Aunque ahora el contexto es distinto, se supone que De Ángeli viene a restarle votos a Benedetti, que también aspira a una senaduría, aunque aún no lo haya formalizado.


Poco margen para negociar.
Con independencia de las diferencias ideológicas, políticas o programáticas, los acuerdos electorales para las legislativas de octubre tropiezan con una dificultad fáctica: son pocos los cargos realmente expectantes que ofrece para los partidos de la oposición un escenario político como el actual. Como están hoy las cosas, no más de un senador y un par de diputados. Toda elección de medio término es difícil para los oficialismos, porque el elector se permite un voto más políticamente genuino, menos útil, ya que no elige a quien gobernará, sino a quienes legislarán y controlarán. No obstante, sólo una crisis importante y la emergencia de quien sepa capitalizarla electoralmente (eso fue 2009 en la provincia) puede hacer pensar en un traspié del oficialismo, que hoy sigue manteniéndose como una fuerza hegemónica, ante una oposición dispersa y sin liderazgos políticos nuevos.

De Ángeli (lo único nuevo de este proceso) ha exhibido hasta aquí poca profundidad política y una voluntad de alianzas tan amplia que termina diluyendo cualquier identidad ideológica. 

Fuente: El Diario

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