Opinión
Los espacios en la política entrerriana y las deudas con las mujeres
Aunque en lo nacional, el máximo cargo político lo representa una mujer, en la provincia los lugares para las mujeres son pocos. Así lo demuestran las 8 diputadas, de los 34, la falta de autoridades en los partidos o el hecho de que no haya una ministra.
08.05.2013 | 15:16
Los avances en materia de género han sido algo incuestionable dentro del sistema democrático, y como resultado de muchas generaciones de lucha feminista. Sin embargo, el rol de la mujer no ha alcanzado aún una igualdad factible y necesaria dentro de los ámbitos políticos, en donde todavía predomina la mayoría de hombres. Asimismo, esos espacios que la mujer llega a alcanzar en algunas oportunidades no parecen lugares en donde se aproveche a apuntalar medidas para afrontar problemáticas de género.
Una perspectiva de género dentro de la militancia política y social se convierte en un punto clave, y para esto es necesario, primeramente, definirla. Marta Lamas, directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida de México, define: “La perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual (…) Se ha comprobado que el status femenino es variable de cultura en cultura, pero siempre con una constante: la subordinación política de las mujeres, a los hombres”.
Si vamos al terreno de la política provincial, el gabinete de ministros de Sergio Urribarri está compuesto íntegramente por hombres. En el ámbito legislativo, la cámara de Diputados está conformada por 34 legisladores, de los cuales sólo 8 son mujeres. A su vez, 4 de esas diputadas presiden alguna de las comisiones, una de ellas es la de la Banca de la Mujer. Esta comisión, que recién fue creada a finales de 2012 y cuyo objetivo es crear y promover medidas enfocadas en la igualdad de género, acaba de anunciar su primera reunión.
Por otra parte, los lugares estratégicos dentro de las dirigencias partidarias provinciales también tienen una predominancia masculina y en sectores de variadas líneas ideológicas. Tal es el caso del Partido Justicialista, la Unión Cívica Radical, el Frente Entrerriano Federal, el Partido Socialista, el partido GEN, entre otras fuerzas políticas. Algo similar sucede en el plano sindical con gremios como AGMER, ATE, CTA o UPCN.
El Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (UN-INSTRAW) se enfocó en la temática del bajo número de mujeres que logran alcanzar lugares significativos en la política en América Latina. “En este sentido, reflexionar y analizar si el sistema político tiene la voluntad de hacer cumplir las leyes que favorecen la presencia política de las mujeres en el ámbito local, es fundamental”, manifestó.
“Es preciso reconocer la importancia de los movimientos de las mujeres al promover los derechos, la participación política y el acceso de las mujeres a los servicios, y dotarlos de recursos. Las organizaciones feministas y de mujeres, las organizaciones no gubernamentales y los partidos políticos deben movilizarse a favor de la equidad e igualdad de género a través de la defensa, del trabajo con redes, de la formación de alianzas, capacitación y otras acciones”. (Mujeres: Liderazgo político desde lo local, UN-INSTRAW)
Las áreas para la mujer que se crean dentro de lo institucional y lo partidario, tanto nacional, provincial como local, se convierten en puntos estratégicos para profundizar y afianzar una política por la igualdad. A su vez, estos espacios también requieren del interés y la participación de los hombres para que flagelos como feminicidios, violaciones, abusos, falta de acceso a una salud sexual segura o trata mujeres no se conviertan en problemáticas exclusivas del ámbito femenino sino universal.
Los resultados de un largo proceso histórico a favor de la igualdad han sido positivos y la constancia de esta temática dentro de la agenda diaria y pública es una prueba de ello. La base está afianzada, solo hay que seguir avanzando. (Redacción de Babel)
Una perspectiva de género dentro de la militancia política y social se convierte en un punto clave, y para esto es necesario, primeramente, definirla. Marta Lamas, directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida de México, define: “La perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual (…) Se ha comprobado que el status femenino es variable de cultura en cultura, pero siempre con una constante: la subordinación política de las mujeres, a los hombres”.
Si vamos al terreno de la política provincial, el gabinete de ministros de Sergio Urribarri está compuesto íntegramente por hombres. En el ámbito legislativo, la cámara de Diputados está conformada por 34 legisladores, de los cuales sólo 8 son mujeres. A su vez, 4 de esas diputadas presiden alguna de las comisiones, una de ellas es la de la Banca de la Mujer. Esta comisión, que recién fue creada a finales de 2012 y cuyo objetivo es crear y promover medidas enfocadas en la igualdad de género, acaba de anunciar su primera reunión.
Por otra parte, los lugares estratégicos dentro de las dirigencias partidarias provinciales también tienen una predominancia masculina y en sectores de variadas líneas ideológicas. Tal es el caso del Partido Justicialista, la Unión Cívica Radical, el Frente Entrerriano Federal, el Partido Socialista, el partido GEN, entre otras fuerzas políticas. Algo similar sucede en el plano sindical con gremios como AGMER, ATE, CTA o UPCN.
El Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (UN-INSTRAW) se enfocó en la temática del bajo número de mujeres que logran alcanzar lugares significativos en la política en América Latina. “En este sentido, reflexionar y analizar si el sistema político tiene la voluntad de hacer cumplir las leyes que favorecen la presencia política de las mujeres en el ámbito local, es fundamental”, manifestó.
“Es preciso reconocer la importancia de los movimientos de las mujeres al promover los derechos, la participación política y el acceso de las mujeres a los servicios, y dotarlos de recursos. Las organizaciones feministas y de mujeres, las organizaciones no gubernamentales y los partidos políticos deben movilizarse a favor de la equidad e igualdad de género a través de la defensa, del trabajo con redes, de la formación de alianzas, capacitación y otras acciones”. (Mujeres: Liderazgo político desde lo local, UN-INSTRAW)
Las áreas para la mujer que se crean dentro de lo institucional y lo partidario, tanto nacional, provincial como local, se convierten en puntos estratégicos para profundizar y afianzar una política por la igualdad. A su vez, estos espacios también requieren del interés y la participación de los hombres para que flagelos como feminicidios, violaciones, abusos, falta de acceso a una salud sexual segura o trata mujeres no se conviertan en problemáticas exclusivas del ámbito femenino sino universal.
Los resultados de un largo proceso histórico a favor de la igualdad han sido positivos y la constancia de esta temática dentro de la agenda diaria y pública es una prueba de ello. La base está afianzada, solo hay que seguir avanzando. (Redacción de Babel)