Opinión
¿Por qué Lisandro Viale senador y Américo Schvartzman diputado?
El secretario general del PS departamento Uruguay, Jorge Villanova, a través de una nota de opinión, cargó contra los gobiernos nacionales y provinciales y convocó a votar por la lista que promueve las postulaciones de Viale y Schvartzman para el Congreso.
25.07.2013 | 09:45
A continuación Babel publica, textual, la columna de opinión de Villanova (*):
Haber constituido el FAP en la provincia fue el primer logro. Aunar en un espacio común a los sectores progresistas significa ofrecerle a la ciudadanía una herramienta electoral, pero sobre todo programática, progresista y de izquierda democrática, con los valores de siempre, transparencia, honestidad, trabajo y participación.
Quienes encabezan la propuesta 501 “A” del FAP, lo han demostrado y lo demuestran. Han rendido cuentas de su labor en el Congreso Nacional. Lisandro ha presentado numerosos proyectos en defensa del mediano y pequeño productor, en materia educativa, de producción y cultura. Al momento, en la cámara provincial, ha trabajado en función de los derechos de las minorías vulneradas, promueve leyes de igualdad de género, sobre ambiente, etc.
Américo en su rol de constituyente provincial durante 2008 propuso medidas –muchas de ellas rechazadas en ese entonces por el justicialismo-, como la unión civil entre personas del mismo sexo, el voto a los 16 años, presupuesto participativo, descentralización del Estado, renta básica, entre otros.
Pequeño e incompleto resumen de nuestro trabajo. Sólo para mostrar que los socialistas, en el FAP, hacemos lo que decimos. Creemos en un país diferente, y para ello tenemos que empezar por transformar nuestro lugar, nuestra ciudad y nuestra provincia. Hemos acompañado los proyectos del oficialismo que vimos positivos y hemos rechazado los que pensamos lesivos para nuestro pueblo.
No entendemos cómo se puede construir un mega estadio provincial, cuyo costo estimado es de mil millones de pesos, cuando aún faltan cloacas o agua corriente en las ciudades entrerrianas. No entendemos cómo se puede proyectar un emprendimiento agrícola en manos privadas como Arroz Delta, entregando tierras y fondos públicos por cien años a un grupo de inversores amigos, cuando de nuestro campo van desapareciendo los pequeños productores y en las ciudades nuestra gente no tiene donde habitar. O regalar alegremente 6 millones a una empresa fantasma como Grandes Máquinas, la de la cosetrucha. O alentar la instalación de casinos privados, que no generan nada productivo, pero si, crean problemas sociales en la población.
El FAP, en su lista 501 A, se conforma por representantes del PS, del GEN –con la mejor tradición radical, y de la UP –dignos del mejor sindicalismo argentino referenciados en Víctor De Genaro-, pero también por productores, docentes, profesionales y trabajadores. Propone llevar al Congreso de la Nación, no sólo proyectos posibles y realizables, como la eliminación del IVA de la canasta básica, el cumplimiento del 82 % móvil, institucionalizar y ampliar la AUH, promover el desarrollo agropecuario y la industrialización de la provincia.
Pero el FAP es más que eso; es el regreso a creer en la política, a conformar espacios de deliberación y propuestas con cada argentino, es mostrar que se puede hacer política con honestidad, sin robar, como hace 25 años lo hacemos en Rosario y 7 en Santa Fe, sin ningún caso de corrupción; se puede gobernar con transparencia y participación, pero para eso es necesario partir de la verdad, de reconocer la realidad –lo bueno y lo malo-, si partimos de un relato imaginario, esa misma realidad se vuelve en contra de todos y todas.
El 11 de agosto es el primer paso para cambiar, acompañándonos con el voto. Nuestra historia nos respalda, nuestro trabajo es consecuente con ella.
Si pretendemos una provincia y un país donde el que piensa diferente no es un enemigo, en donde es necesario ampliar y hacer efectivos los derechos de nuestra gente, donde la igualdad de género sea cada día más palpable, donde los trabajadores no paguen los desatinos del gobierno con su impuesto a la ganancia; donde se grave la renta financiera, donde la transparencia de los fondos públicos sea una realidad, donde la cultura esté por encima del juego y la corrupción, donde ver un chico desnutrido sea una inmoralidad y no algo natural, donde no haya un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan. Si pretendemos esto, el día 11 de agosto, votar las listas encabezadas por Lisandro Viale y Américo Schvartzman, es el primer paso. FAP 501 “A”, la lista de los pelados, no hay como equivocarse.
(*) Secretario General del Partido Socialista Uruguay - Nota especial para Babel.
Haber constituido el FAP en la provincia fue el primer logro. Aunar en un espacio común a los sectores progresistas significa ofrecerle a la ciudadanía una herramienta electoral, pero sobre todo programática, progresista y de izquierda democrática, con los valores de siempre, transparencia, honestidad, trabajo y participación.
Quienes encabezan la propuesta 501 “A” del FAP, lo han demostrado y lo demuestran. Han rendido cuentas de su labor en el Congreso Nacional. Lisandro ha presentado numerosos proyectos en defensa del mediano y pequeño productor, en materia educativa, de producción y cultura. Al momento, en la cámara provincial, ha trabajado en función de los derechos de las minorías vulneradas, promueve leyes de igualdad de género, sobre ambiente, etc.
Américo en su rol de constituyente provincial durante 2008 propuso medidas –muchas de ellas rechazadas en ese entonces por el justicialismo-, como la unión civil entre personas del mismo sexo, el voto a los 16 años, presupuesto participativo, descentralización del Estado, renta básica, entre otros.
Pequeño e incompleto resumen de nuestro trabajo. Sólo para mostrar que los socialistas, en el FAP, hacemos lo que decimos. Creemos en un país diferente, y para ello tenemos que empezar por transformar nuestro lugar, nuestra ciudad y nuestra provincia. Hemos acompañado los proyectos del oficialismo que vimos positivos y hemos rechazado los que pensamos lesivos para nuestro pueblo.
No entendemos cómo se puede construir un mega estadio provincial, cuyo costo estimado es de mil millones de pesos, cuando aún faltan cloacas o agua corriente en las ciudades entrerrianas. No entendemos cómo se puede proyectar un emprendimiento agrícola en manos privadas como Arroz Delta, entregando tierras y fondos públicos por cien años a un grupo de inversores amigos, cuando de nuestro campo van desapareciendo los pequeños productores y en las ciudades nuestra gente no tiene donde habitar. O regalar alegremente 6 millones a una empresa fantasma como Grandes Máquinas, la de la cosetrucha. O alentar la instalación de casinos privados, que no generan nada productivo, pero si, crean problemas sociales en la población.
El FAP, en su lista 501 A, se conforma por representantes del PS, del GEN –con la mejor tradición radical, y de la UP –dignos del mejor sindicalismo argentino referenciados en Víctor De Genaro-, pero también por productores, docentes, profesionales y trabajadores. Propone llevar al Congreso de la Nación, no sólo proyectos posibles y realizables, como la eliminación del IVA de la canasta básica, el cumplimiento del 82 % móvil, institucionalizar y ampliar la AUH, promover el desarrollo agropecuario y la industrialización de la provincia.
Pero el FAP es más que eso; es el regreso a creer en la política, a conformar espacios de deliberación y propuestas con cada argentino, es mostrar que se puede hacer política con honestidad, sin robar, como hace 25 años lo hacemos en Rosario y 7 en Santa Fe, sin ningún caso de corrupción; se puede gobernar con transparencia y participación, pero para eso es necesario partir de la verdad, de reconocer la realidad –lo bueno y lo malo-, si partimos de un relato imaginario, esa misma realidad se vuelve en contra de todos y todas.
El 11 de agosto es el primer paso para cambiar, acompañándonos con el voto. Nuestra historia nos respalda, nuestro trabajo es consecuente con ella.
Si pretendemos una provincia y un país donde el que piensa diferente no es un enemigo, en donde es necesario ampliar y hacer efectivos los derechos de nuestra gente, donde la igualdad de género sea cada día más palpable, donde los trabajadores no paguen los desatinos del gobierno con su impuesto a la ganancia; donde se grave la renta financiera, donde la transparencia de los fondos públicos sea una realidad, donde la cultura esté por encima del juego y la corrupción, donde ver un chico desnutrido sea una inmoralidad y no algo natural, donde no haya un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan. Si pretendemos esto, el día 11 de agosto, votar las listas encabezadas por Lisandro Viale y Américo Schvartzman, es el primer paso. FAP 501 “A”, la lista de los pelados, no hay como equivocarse.
(*) Secretario General del Partido Socialista Uruguay - Nota especial para Babel.