Opinión, por Clara Chauvin
La violencia incorporada y habituada en la realidad
Organizaciones sociales exigieron al Estado provincial la declaración de emergencia por violencia de género ya que han sumado 12 las mujeres asesinadas en manos de su pareja en Paraná.
30.08.2013 | 13:48
"Este sistema patriarcal y misógino de sordos/as, ciegos/as y mudos/as la condenó a morir por ser pobre, por ser vulnerable y por ser mujer”, expresaron las organizaciones en un comunicado reproducido por Análisis Digital.
“Nos sentimos en la urgencia de hacer visibles a nuestras mujeres asesinadas, reconociendo el carácter social y naturalizado de la violencia basada en la inequidad de género; cuestionar los argumentos que disculpan a los agresores tomándolos por ‘enfermos’; y reconocer las situaciones de dominio de la cultura patriarcal”, agregaron en ese sentido.
Además, exigieron la reglamentación de la Ley Nº 10.058, que consiste en la adhesión de la provincial a la Ley Nacional Nº 26.485 “De protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollan sus relaciones interpersonales”.
Es para destacar la frase particular de “reconocer las situaciones de dominio de la cultura patriarcal”, que estas organizaciones sociales piden al Estado. Esta cultura, fálica y autoritaria, fue marcando el devenir de la historia hasta nuestros días, siempre posicionando a la mujer en el lugar de “lo Otro”, tal como lo sostenía la filósofa francesa Simone de Beauvoir.
Claro, no hay que dejar de lado cierto optimismo y se debe reconocer que en los últimos años la mujer ha ganado terreno que hace 20 o 30 años no se hubiera imaginado, sumado a que la legislación argentina tenga en su haber leyes como la 26.485, como así también la incorporación de la figura de feminicidio dentro del Código Penal. La legalización del aborto sigue estando pendiente, pero el hecho que esté en debate es un avance importante.
Sin embargo de esto, la hegemonía cultural masculina sigue estando muy fuerte en muchos sectores. Los casos de violencia de género y feminicidios se ven y se escuchan día a día, se sabe que esa realidad existe. Pero aún así, no pareciera haber verdaderas medidas que ofrezcan soluciones efectivas.
Pareciera que se piensa, se habla y se opina pero no se hace. Los medios de comunicación representan un espejo de esta realidad, en donde el caso del asesinato de Ángeles Rawson terminó convirtiéndose en un show que es consumido día a día por el público y sacando de eje la verdadera tragedia que significó. Lamentablemente, una adolescente asesinada, luego de una aparente violación, es algo que “vende” pero no conscientiza sobre una realidad lamentable.
Esos mismos medios que insisten en este caso como si fuera una novela de misterio con tintes eróticos, parecieran que olvidaron que entre 2009 y 2012 fueron halladas 9 mujeres sin vida en el Complejo Penitenciario IV de la ciudad de Ezeiza. La periodista Laura Salomé Canteros realizó una extensa nota sobre el tema para la web Comunicar Igualdad y señaló: "Seis de ellas fueron ‘colgadas’, dos asfixiadas y de una no se conocen detalles de su muerte". "Porque de ellas poco se sabe y por ellas pocos/as reclaman. A veces son una nómina; con suerte y en el mejor de los casos, son historias y subjetividades para quienes buscamos verdadera justicia.”
En la misma nota, Canteros remarca: “La violencia es simbólicamente mayor cuando es ejercida por las instituciones. ¿Por qué no pensar entonces que la invisibilización hacia las mujeres es muchísimo más potente cuando hablamos de aquellas que se encuentran privadas de su libertad? El enfoque de género aplicado al sistema carcelario podría ser una herramienta eficaz que amplíe y diversifique la concepción vigente de derechos humanos y proponga un ámbito no tan recorrido por donde transitar hacia un estado cada vez más democrático”.
¿Quién responde por esas mujeres asesinadas? ¿Quién responde por esas mujeres que son violentadas diariamente de muchas formas distintas? El Estado y las instituciones son los responsables directos y su deber es dar respuestas efectivas. Una nueva víctima de violencia de género es un crimen directo a la democracia, tan lastimada en la historia argentina, y que debemos defender más que nunca. (Redacción de Babel)
“Nos sentimos en la urgencia de hacer visibles a nuestras mujeres asesinadas, reconociendo el carácter social y naturalizado de la violencia basada en la inequidad de género; cuestionar los argumentos que disculpan a los agresores tomándolos por ‘enfermos’; y reconocer las situaciones de dominio de la cultura patriarcal”, agregaron en ese sentido.
Además, exigieron la reglamentación de la Ley Nº 10.058, que consiste en la adhesión de la provincial a la Ley Nacional Nº 26.485 “De protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollan sus relaciones interpersonales”.
Es para destacar la frase particular de “reconocer las situaciones de dominio de la cultura patriarcal”, que estas organizaciones sociales piden al Estado. Esta cultura, fálica y autoritaria, fue marcando el devenir de la historia hasta nuestros días, siempre posicionando a la mujer en el lugar de “lo Otro”, tal como lo sostenía la filósofa francesa Simone de Beauvoir.
Claro, no hay que dejar de lado cierto optimismo y se debe reconocer que en los últimos años la mujer ha ganado terreno que hace 20 o 30 años no se hubiera imaginado, sumado a que la legislación argentina tenga en su haber leyes como la 26.485, como así también la incorporación de la figura de feminicidio dentro del Código Penal. La legalización del aborto sigue estando pendiente, pero el hecho que esté en debate es un avance importante.
Sin embargo de esto, la hegemonía cultural masculina sigue estando muy fuerte en muchos sectores. Los casos de violencia de género y feminicidios se ven y se escuchan día a día, se sabe que esa realidad existe. Pero aún así, no pareciera haber verdaderas medidas que ofrezcan soluciones efectivas.
Pareciera que se piensa, se habla y se opina pero no se hace. Los medios de comunicación representan un espejo de esta realidad, en donde el caso del asesinato de Ángeles Rawson terminó convirtiéndose en un show que es consumido día a día por el público y sacando de eje la verdadera tragedia que significó. Lamentablemente, una adolescente asesinada, luego de una aparente violación, es algo que “vende” pero no conscientiza sobre una realidad lamentable.
Esos mismos medios que insisten en este caso como si fuera una novela de misterio con tintes eróticos, parecieran que olvidaron que entre 2009 y 2012 fueron halladas 9 mujeres sin vida en el Complejo Penitenciario IV de la ciudad de Ezeiza. La periodista Laura Salomé Canteros realizó una extensa nota sobre el tema para la web Comunicar Igualdad y señaló: "Seis de ellas fueron ‘colgadas’, dos asfixiadas y de una no se conocen detalles de su muerte". "Porque de ellas poco se sabe y por ellas pocos/as reclaman. A veces son una nómina; con suerte y en el mejor de los casos, son historias y subjetividades para quienes buscamos verdadera justicia.”
En la misma nota, Canteros remarca: “La violencia es simbólicamente mayor cuando es ejercida por las instituciones. ¿Por qué no pensar entonces que la invisibilización hacia las mujeres es muchísimo más potente cuando hablamos de aquellas que se encuentran privadas de su libertad? El enfoque de género aplicado al sistema carcelario podría ser una herramienta eficaz que amplíe y diversifique la concepción vigente de derechos humanos y proponga un ámbito no tan recorrido por donde transitar hacia un estado cada vez más democrático”.
¿Quién responde por esas mujeres asesinadas? ¿Quién responde por esas mujeres que son violentadas diariamente de muchas formas distintas? El Estado y las instituciones son los responsables directos y su deber es dar respuestas efectivas. Una nueva víctima de violencia de género es un crimen directo a la democracia, tan lastimada en la historia argentina, y que debemos defender más que nunca. (Redacción de Babel)
