Historia Argentina
Cuando quemaban libros en Córdoba
El jueves 29 de abril de 1976 el Ejército quemó miles de libros y publicaciones en la provincia de Córdoba. A poco más de un mes de iniciada la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional, no sería la última. La siguieron: 80 mil ejemplares de la biblioteca Vigil de Rosario el 25 de febrero de 1977; 30 mil de Eudeba el día siguiente en Buenos Aires; y el millón y medio de libros del Centro Editor de América Latina (CEAL) incinerados en Sarandí el 30 de agosto de 1980. Babel publica el texto Queman libros subversivos en Córdoba, nota del diario La Opinión del 30 de abril de 1976.
28.04.2011 | 11:34
“Ayer, a las 17, en el Regimiento Catorce de Infantería Aerotransportada, ante integrantes de la prensa local y metropolitana, se procedió a destruir una importante cantidad de literatura y documentación de carácter subversivo. En la ocasión se entregó el siguiente comunicado de prensa:
'El Comando de Cuerpo de Ejército III informa que en la fecha procede a incinerar esta documentación perniciosa que afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana.
A fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas, se toma esta resolución, para que con este material se evite continuar engañando a nuestra juventud sobre el verdadero bien que representan nuestros símbolos nacionales, nuestra familia, nuestra Iglesia, y en fin, nuestro más tradicional acervo espiritual sintetizado en Dios, Patria y Hogar.
Los elementos que se destruyen surgieron de allanamientos a centros de distribución que se dedicaban específica y especialmente a este tipo de difusión.'
El teniente coronel Jorge Gorleri, jefe de la unidad militar, dijo a los periodistas que entre los textos quemados no había 'obras de nuestros próceres'. Sí había libros de Mao Tsé Tung, Marx, Lenin, Guevara, Trotsky y fascículos del Centro Editor de América Latina.”
'El Comando de Cuerpo de Ejército III informa que en la fecha procede a incinerar esta documentación perniciosa que afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana.
A fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas, se toma esta resolución, para que con este material se evite continuar engañando a nuestra juventud sobre el verdadero bien que representan nuestros símbolos nacionales, nuestra familia, nuestra Iglesia, y en fin, nuestro más tradicional acervo espiritual sintetizado en Dios, Patria y Hogar.
Los elementos que se destruyen surgieron de allanamientos a centros de distribución que se dedicaban específica y especialmente a este tipo de difusión.'
El teniente coronel Jorge Gorleri, jefe de la unidad militar, dijo a los periodistas que entre los textos quemados no había 'obras de nuestros próceres'. Sí había libros de Mao Tsé Tung, Marx, Lenin, Guevara, Trotsky y fascículos del Centro Editor de América Latina.”