Legisladores

Benedetti, el entrerriano que más habló en el Congreso

De acuerdo a un informe que anualmente se elabora a través del Índice de Calidad Legislativa,  se determinó la cantidad de palabras que formularon los diputados nacionales en el recinto durante las sesiones de 2013. El primer lugar, en el grupo de entrerrianos, quedó para el radical Atilio Benedetti. 
04.03.2014 | 09:39
 Ni muy muy, ni tan tan. El año pasado en la Cámara de Diputados no hubo tan pocos diputados callados durante las sesiones como sucedió en 2012 (14), ni tantos como en 2011 (80). De acuerdo con el informe que anualmente se elabora a través del Indice de Calidad Legislativa para la revista Semanario Parlamentario, 33 fueron los diputados que no hablaron a lo largo de las sesiones del año anterior. Esto es, el 12,6 por ciento de los diputados nacionales que estuvieron callados durante las sesiones, según puede corroborarse a través de lo registrado en las versiones taquigráficas.

La sumatoria de palabras muestra una cantidad muy cercana a la registrada en 2012, 885.294 palabras el año pasado contra 1.085.975 del año anterior, pero que duplica la de 2011.

Cabe recordar que en 2012 se registró nada menos que el debate por la expropiación de YPF, que contó con el récord de 193 diputados exponiendo, pero 2013 no le fue en zaga, habida cuenta de la cantidad de temas importantes que se debatieron el último año.

Pero vayamos a los protagonistas. Como siempre sucede, es el que dirige los debates el que más palabras pronuncia, de modo tal que como siempre es el presidente del Cuerpo el que queda al tope de la lista, en este caso con 31.547, tal la cantidad de palabras que pronunció Julián Domínguez en 2013 en el recinto. Nobleza obliga, el titular de la Cámara baja no se ocupó de dar la palabra, también pronunció sus discursos; dos oportunidades bajó a su banca para hacerlo. La primera fue en la segunda sesión ordinaria, cuando se trataba el controvertido tema de la reforma judicial, en el que Domínguez quiso dejar asentado su pensamiento, pronunciando 384 palabras. La segunda fue a fin de año, cuando agradeció su confirmación al frente de la Cámara con un discurso que constó de 1.208 palabras.

Amén del titular del Cuerpo, los que suelen figurar al tope de este ranking de palabras son los titulares de los bloques oficialistas. Pero no es algo que tampoco se cumpla a rajatabla. Sucedió en 2012, cuando Agustín Rossi figuró detrás del presidente de la Cámara con 34.991 palabras emitidas, pero no había pasado en 2011, cuando Vilma Ibarra superó al propio Rossi, debido fundamentalmente a su participación en el debate de la Ley de Identidad de Género, uno de los temas más trascendentes del año que la tuvo como voz cantante.

En 2013 se dio el hecho inédito de que el presidente del bloque oficialista no fue segundo ni tercero. Claro que hay razones de peso: Agustín Rossi dejó su banca de diputado a mediados de año y su lugar fue cubierto por Juliana Di Tullio. Con todo, el santafesino hoy ministro de Defensa participó en debates trascendentales que se dieron durante la primera parte del año, como el acuerdo con Irán, la reforma judicial y el blanqueo de capitales, pero tras dejar su banca quedó relegado al puesto 12°, con 12.611 palabras expresadas. Su sucesora, en tanto, aparece bastante más atrás, en el puesto 21°, con 10.360 palabras expresadas. La sumatoria de ambas performances les hubiera alcanzado incluso para superar a Domínguez, pero no es en definitiva lo que sucedió.

¿Quién se quedó con el cetro del segundo lugar entonces? Otro presidente de bloque, pero no de la principal oposición: Alfonso Prat-Gay, segundo con 24.450 palabras expresadas en sus discursos. Cabe considerar que el expresidente del bloque de la Coalición Cívica-ARI ya había tenido una actuación destacada el año anterior, cuarto con 28.400 palabras.

El podio lo completa otro presidente de bloque, en este caso el radical, también diputado saliente: Ricardo Gil Lavedra, con 17.026 palabras.

A continuación, figura una seguidilla de diputados que no presiden bancadas. En cuarto lugar figuró, según el Indice de Calidad Legislativa, la diputada Elisa Carrió, bien cerca de su excorreligionario Gil Lavedra, y por arriba del kirchnerista Roberto Feletti, que como corresponde a todo titular de la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda aparece bien encumbrado, con sus 14.939 palabras expresadas.

A continuación nos encontramos con el primer miembro del Pro, Pablo Tonelli, quien con sus 14.924 palabras no solo quedó sexto, sino superando con holgura al presidente de su bloque, Federico Pinedo, quien figura en el décimoprimer lugar.

El séptimo lugar fue ocupado por el diputado Felipe Solá, quien tampoco preside ningún bloque, seguido por Claudio Lozano, quien sí encabeza una bancada y registró 13.478 palabras, unas quinientas menos que quien lo precede.

Con 13.258 aparece en el noveno lugar otro exdiputado, Eduardo Amadeo, y cierra la lista de los primeros diez el también diputado (MC) Jorge Yoma, con 13.132 palabras.

Veamos cómo figuraron otros presidentes de bloques. Carlos Heller, titular de Nuevo Encuentro y presidente de una comisión importante como la de Finanzas, quedó décimo cuarto, en tanto que Margarita Stolbizer, titular del bloque GEN, figuró vigésima, delante de Di Tullio, y dos puestos por arriba del expresidente del bloque PS, Juan Carlos Zabalza.

Quien conduce las sesiones en ausencia de Domínguez es la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo, quien aparece en el 16° lugar de esta lista, con 11.018 palabras, detrás del radical Manuel Garrido y delante del cordobés Francisco Fortuna.

Los menos locuaces. Como ya dijimos, treinta y dos diputados figuran al fondo de la “tabla de exposiciones”.

Veintiuno son del kirchnerismo, cinco de la UCR, una del Pro, otro del juecismo y los restantes del peronismo no kirchnerista.

Estos son los que no pronunciaron ninguna palabra: Gumersindo Alonso, María Ester Balcedo, Rosana Bertone, Gloria Bidegain, Blanca Blanco de Peralta, Daniel Brue, Hugo Castañón, Julio César Catalán Magni y Oscar Currilén.

Tampoco hablaron Francisco de Narváez, Carlos Eliceche, Gladys Espíndola, Hipólito Faustinelli, Omar Chafi Félix, Juan Carlos Forconi, María Teresa García, Estela Garnero, Daniel Giacomino, Dulce Granados y José Herrera.

Hay que sumar también a Julio Ledesma, Soledad Martínez, Mayra Mendoza, Manuel Molina, Mirta Pastoriza, Oscar Redzuk, Claudia Rucci, Juan Arturo Salim, José Vilariño, José Villa, Linda Yagüe, Cristina Ziebart y Alex Ziegler.

Conste que en esta lista hemos incluido al chubutense Carlos Eliceche, quien en realidad había pedido licencia a fines de 2012 para asumir como funcionario en su provincia, pero debió volver a su banca en febrero, cuando en extraordinarias se debatió el acuerdo con Irán. Entonces, el oficialismo necesitó tanto de él como de la tucumana Beatriz Mirkin, quien había presentado su renuncia también para ser ministra en su provincia, por lo que ambos tuvieron que cambiar sus planes y dar quórum en febrero de 2013. Y tras participar de esa sesión, renunciaron como diputados. La diferencia entre el chubutense y la tucumana es que Eliceche no habló durante esa sesión, cosa que sí hizo Mirkin, presente entonces en la lista definitiva con 942 palabras.

Párrafo aparte también merece la bonaerense María Teresa García, quien en general no hace uso de la palabra pero -como siempre decimos- cumple un rol central en su bloque ya que como secretaria parlamentaria del oficialismo es la encargada de estar atenta a todos los detalles, fundamentalmente los que tienen que ver con la presencia de los diputados en el recinto a la hora del quórum y las votaciones.

Un diputado que se salvó de engordar la lista de los “cero” es el puntano Edgar Raúl Müller, quien apenas dijo tres palabras en una sesión: “Sí, señor presidente”. Un poquito más fue lo de Ana María Perroni, quien pronunció apenas doce, pero resultó más participativa: “Señor presidente: solicito que se incluya el Orden del Día Nº 1.145”.

De todos los diputados que quedaron en cero, cuatro repitieron su performance del año anterior: los kirchneristas Daniel Giacomino, Oscar Redczuk y José Antonio Villa, y la radical Linda Yagüe.


Los nuevos
A diferencia del Senado, los diputados elegidos en octubre pasado no tuvieron oportunidad de participar de sesiones extraordinarias, aunque sí pudieron debutar, en la sesión de diciembre en la que juraron y eligieron autoridades. En esa oportunidad, varios mostraron su apego al micrófono.

No debe llamar la atención la performance de los diputados de izquierda, que en esa sesión se hicieron escuchar, figurando en el segundo, tercero y sexto lugar. Tal vez con más experiencia, el primero de ellos fue el diputado del PO Néstor Pitrola, que pronunció 467 palabras; segundo quedó el mendocino Nicolás del Caño, con 273, y luego el salteño Pablo López.

Primero en esta lista de los nuevos diputados quedó sin embargo un peronista disidente, el exgobernador Mario Das Neves, con 522 palabras.

Muchos de ellos accedieron a esta lista por sus discursos “personalizados”. El más moderado en ese sentido fue Gustavo Valdés, que completó su juramento con un “¡Y por Corrientes!”, en tanto que su comprovinciano Carlos Rubín juró en el mismo sentido, pero aventajándolo en dos palabras: “¡Y por el pueblo correntino!”.

Fueron varios los que juraron entonces por sus provincias, como Susana Canela -“¡Por mi pueblo de Salta!”-, Evita Isa -“¡Por las mujeres, la juventud y el pueblo de Salta!”, Teresita Madera –“por La Rioja y el federalismo, ¡sí, juro!”-, Josué Gagliardi -“¡Por mi lugar en el mundo, Choele Choel, por el pueblo de Río Negro!”-, Fernando Salino -“¡Por el pueblo de San Luis y el pueblo de la Nación!-; otros fueron más amplios, como Sandra Castro -“¡Por nuestra patria libre, justa y soberana!”-, Adolfo Sturzenegger -“¡Y por la libertad y la República!”-, o Sergio Bergman -“Sobre el Tanaj, la Biblia hebrea”-, y otros lo hicieron por familiares, como Elia Lagoria -“¡Y por los ideales de mi esposo muerto!”, Eduardo Cáceres -“¡Por la memoria de mi padre, el futuro de mis hijos y el futuro de la provincia de San Juan!- y Josefina González -“¡Por la memoria de mi padre, Roberto González, un militante peronista, por mi amada familia, por mis alumnos y ex alumnos!”-.

Juan Fernando Marcópulos juró “¡Por la memoria de Alberto Devoto, Enrique Angelelli y los campesinos sin tierra!”, el fallecido Jorge Obeid lo hizo “¡Por la memoria de Juan Perón!”, el radical José Cano lo hizo “¡Por la memoria de Raúl Alfonsín, el federalismo y la independencia del Congreso!”, y por supuesto no faltaron los juramentos por la memoria de Néstor Kirchner, de Martín Pérez, Juan Cabandié, Jorge Barreto y Nanci Parrilli.
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