Tras 20 días desde los atentados contra Vales y Aranda Fernándes no hay novedades; sí preguntas
En la madrugada del jueves 10, buscaron incendiar la casa de Vales mientras se encontraba adentro durmiendo con su familia. Un día antes, habían escrachado a Aranda Fernándes. Ambos apuntaron a dos cooperativas, aunque sin mencionarlas. ¿Cuáles serían y quién las manejaría?
30.04.2014 | 10:52
Casi un mes pasó desde los atentados que sufrieron Vales, Aranda Fernándes y Marcelo Gay Balmáz. A los pocos días, tanto Vales como Aranda Fernándes, salieron en los medios uruguayenses y, directamente, apuntaron a dos cooperativas sociales que habían comenzado a ser auditadas días anteriores.
Entonces, no dieron nombre alguno. Ahora tampoco. El Intendente, Carlos Schepens, desde el comienzo dijo que irían “hasta las últimas consecuencias” y que aportarían todo el material necesario hacia la Justicia.
En este contexto, desde algunos sectores políticos mediáticos buscaron sostener que lo sucedido había sido producto de una interna en el PJ. Sin embargo, lejos de una interna, en la que no quedaría claro qué sectores políticos estarían disputándose no se sabe qué cosa, todo apuntaría a un apriete cuasi mafioso.
Huelga decir que la Justicia y la Política van por andariveles separados. Si a la primera le faltan materiales para poder probar los autores de los ataques, a la segunda le debería bastar con atar cabos para avanzar en su identificación, al igual que en la de sus instigadores. “Si tiene pico de pato y camina como pato es un pato”, dice el refrán.
La militancia política que acompañó a Schepens en su campaña proselitista y aportó su grano de arena para su triunfo, en el marco del Peronismo Kirchnerista, que incluye a Urribarri y a CFK, necesita claras señales de que no forman parte de lo que sucedió.
El mensaje debería ser claro y conciso: “El Gobierno, en particular, y el Peronismo, en general, no acepta, ni aceptará, estas actitudes”. La política sólo puede ser mejorada desde adentro y son los mismos políticos -dirigentes o militantes- los que tienen la responsabilidad de hacerlo.
Entonces, no dieron nombre alguno. Ahora tampoco. El Intendente, Carlos Schepens, desde el comienzo dijo que irían “hasta las últimas consecuencias” y que aportarían todo el material necesario hacia la Justicia.
En este contexto, desde algunos sectores políticos mediáticos buscaron sostener que lo sucedido había sido producto de una interna en el PJ. Sin embargo, lejos de una interna, en la que no quedaría claro qué sectores políticos estarían disputándose no se sabe qué cosa, todo apuntaría a un apriete cuasi mafioso.
Huelga decir que la Justicia y la Política van por andariveles separados. Si a la primera le faltan materiales para poder probar los autores de los ataques, a la segunda le debería bastar con atar cabos para avanzar en su identificación, al igual que en la de sus instigadores. “Si tiene pico de pato y camina como pato es un pato”, dice el refrán.
La militancia política que acompañó a Schepens en su campaña proselitista y aportó su grano de arena para su triunfo, en el marco del Peronismo Kirchnerista, que incluye a Urribarri y a CFK, necesita claras señales de que no forman parte de lo que sucedió.
El mensaje debería ser claro y conciso: “El Gobierno, en particular, y el Peronismo, en general, no acepta, ni aceptará, estas actitudes”. La política sólo puede ser mejorada desde adentro y son los mismos políticos -dirigentes o militantes- los que tienen la responsabilidad de hacerlo.