Por Claudio Gastaldi, periodista

Paradojas: Ya van 11 años, pero ¿hay algo peor que la yegua y los kirchneristas?

Estos años serán recordados como años inundados de paradojas. Los medios hegemónicos suelen mostrar al gobierno K y a sus seguidores como grupos de personas con ceguera crónica, violentos, corruptos, mentirosos, interesados… lo peor. La paradoja, es que ese terrorismo mediático lejos de cesar es cada vez más virulento y no necesita de pruebas para instalarse como verdad, más aún, lo hacen mientras le niegan a sus audiencias una información de relevancia como el acto del 25 en Plaza de Mayo que congregó a 300 mil almas. Lo extraño es que sus audiencias venían de leer, escuchar, que este gobierno está muriéndose ¿y entonces?, no cierra, nada cierra, Si se está muriendo ¿puede congregar a tantos?, ¿quién es el mentiroso?. ¿Corruptos?, ayer ofrecimos aquí un dato contundente, desde la vuelta al Estado de las AFJP, el ANSES dejó de pagar comisiones a las AFJP por $ 35.000 millones, o sea el valor de todas las Asignaciones Familiares de todo 2013’. Lo muestran al fiscal Campagnoli como víctima y no cuentan que está siendo juzgado porque iba a presentar como propia, una denuncia armada por un estudio que asesora a Clarín. 
29.05.2014 | 09:00
Violentos los K? haga memoria y dígame en que masiva manifestación K (en algunas hubo casi 3 millones de personas como los del bicentenario, la mayor manifestación de la historia del país), se produjeron incidentes, violencia o algo parecido… el contraste con las opositoras es elocuente, el conflicto agrario del 2008 y de ahí para adelante. ¿Ceguera crónica? refrésqueme Ud. la memoria cuando un gobierno luego de 12 años en el poder, entregará a otro un país con deuda externa casi inexistente con su economía en funcionamiento, con superávit primario y comercial, con 2 millones más de jubilados cobrando con 2 aumentos al año, con millones de niños pobres que reciben la AUH y con paritarias funcionando. ¿Interesados? Adrian Suar, uno de ellos, lo dijo mejor que nadie ‘hay actores que sin necesidad se juegan, ¿para qué arruinan sus carreras de ese modo?’. Este gobierno ha logrado el apoyo de quienes aún a sabiendas de que podrían pasarla mal se animan a defenderlo ¿serán locos?, para quienes creen que todo se compra y se vende, sí, son locos y además peligrosos. Paradojas y violencia contra la yegua y contra todos aquellos que se animan, allá y aquí. Pase, vea e impida que lo arrastren a manifestaciones pidiendo a Monsanto un tipo de glifosato Roundup, que alcance solo a kirchneristas y, por fin, los extermine y recuerde que más saludable que repetir es pensar.


AGUAR LA FIESTA, OCULTAR…
Desde hace ya bastante tiempo, Clarín, La Nación, etc, insisten en informar a sus lectores que en el país existe casi la misma cantidad de pobres que en el 2003.

O sea, nada nuevo pero cada vez peor en cuanto a esconder la realidad y amplificar la mentira y el miedo.

Sobre el vicepresidente Amado Boudou ya han hecho una novela. Desde hace años es, según las decenas y decenas de tapas, un corrupto y sin embargo no han logrado ni siquiera de la justicia que les es adicta, un procesamiento.

El contraste aparece con el caso del fiscal José María Campagnoli que está siendo juzgado por sus colegas y por un delito gravísimo y probado, PROBADO ¿se entiende?.

El fiscal José María Campagnoli, fue descubierto in fraganti porque iba a presentar como propia una denuncia sobre los nexos del kirchnerismo con el empresario Lázaro Báez. El dato es que esa denuncia, se descubrió, no la había preparado él, sino un estudio que asesora al grupo Clarín, nada menos.

En el medio, La Nación difunde que en la legislatura porteña lo proponen como ciudadano ilustre.

Pocos días antes de presentar los flamante vagones del tren Sarmiento (c/u tiene un valor de más de 1,2 millón de dólares), lanzaron un extraño paro de una semana. Todos juntos, izquierdistas y trotkistas, promovidos y apañados por la derecha.

A días del multitudinario acto del día de la patria (25 de mayo) se animaron a asegurar que la yegua había inventado una carta del papa Francisco.

Ante la cada vez mayor cantidad de actores que reivindican a este gobierno, aparece Adrian Suar con llamativas y amenazantes declaraciones en las que aconseja a sus ‘colegas’ no jugarse por nada, que no arruinen sus carreras…

‘Hay actores que se la han jugado por nada y se depreciaron muchísimo’, lanzó el gerente del grupo Clarín. Y agregó: "A mí me cuesta creer eso de 'por mi ideología...' que es una escena que se inventaron; porque que grites y te pongas así no significa que tengas la verdad". Y cerró: “el 80 por ciento de los actores nunca hablaron de política".


MEJOR QUE REPETIR ES PENSAR
La mentira y la difamación tiene más público que la información y los dueños del poder saben que hay vastos sectores sociales que se empeñan en seguir consumiendo mierda.

La difamación y la mentira no es la excepción, lo es la verdad y esa práctica infame abarca a buena parte de la sociedad que, en muchos casos parece regocijarse con la diatriba. No tienen disculpas.

Los opositores han formado mil parejas entre gente que en tiempos del menemismo estaban chochos y felices y ni se enteraban de las obscenidades, muchos se acaban de descubrir ciudadanos y, como el cine continuado creen que, en verdad, la película comenzó cuando ellos llegaron.

También integran esas parejitas los oportunistas que ven la veta y se suben a la ola y los ex progres que se embarcaron en un discurso súper opositor para aprovechar la volada de una prensa dispuesta a reivindicar el trotkismo con tal de dañar. Y a trotkistas y revolú haciendo la clac con tal de un minuto de fama.

Y hay otros que tienen el odio adentro y esto les viene de perillas para cobrar cualquier cuenta.

Es elocuente la intensidad con la que buscan razones que justifiquen ese discurso berretón. Exaspera por lo patético y/o aburrido si se piensa en esa cantinela de que están todos comprados. Son tantos los ejemplos que abruman y deprimen cuando uno lo corporiza en personas conocidas.

Demás está decir que esa diatriba inconsistente nos abarca porque el tema no es pegarle solo a la yegua, sino a todos los que la acompañan, vengan de donde vengan, tengan la calidad humana que tengan, la trayectoria más intachable, todo debe ser dañado, no hay límite.

Es que, para voltear a la yegua hace falta que los que la apoyan sientan vergüenza o miedo y desistan. Adrian Suar lo dijo mejor que nadie.

Al parecer no sería ocioso recomendarle a este empresario noventista y a todos los que abrevan en la idea menemista de que todo se compra y se vende, que las ideas, las ideologías, el amor por la verdad, los sueños de igualdad, siguen más vivos que nunca y si quieren exterminar esa furia de alegría popular que inunda las plazas cada vez que se lo propone, van a tener que pedirle a Monsanto que fumigue, sino no alcanzará. 

Fuente: Diario Junio

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