Soberanía espacial
Argentina fuera del mundo, en el espacio
El país puso en órbita el primer satélite geoestacionario de su historia. Se trata de Arsat 1, el que cumplirá la función de brindar cobertura a todo el país de televisión digital, banda ancha de internet y comunicaciones, en general. Fue hecho con planos, ideas y trabajo argentino.
17.10.2014 | 08:08
El Arsat-1 fue puesto en órbita por el cohete Ariane 5 que fue lanzado este jueves desde el centro espacial de la agencia, donde técnicos y funcionarios celebraron este hito histórico para el país.
El satélite despegó cerca de las 19 y tras media hora de vuelo fue inyectado en una órbita elíptica desde donde los técnicos de la base terrena de Arsat en Benavídez lo maniobran hasta su órbita definitiva de 71, 8º oeste a 36.000 kilómetros de la superficie terrestre.
Este satélite prestará servicios de televisión, internet y telefonía a todo el territorio nacional, incluyendo la Antártida y las islas Malvinas, y también alcanzará a gran parte de los países limítrofes; lo que permitirá brindar esos servicios a comunidades alejadas de los grandes centros urbanos que no reciben cobertura de prestadores privados.
Argentina tiene asignadas dos posiciones orbitales por la Unión Internacional de Telecomunicaciones para colocar satélites geoestacionarios, la 71,8º y la 81º.
La 71,8º era ocupada hasta ahora por un satélite alquilado denominado "AMC-6", operado por la empresa SES. Una vez que Arsat-1 ocupe esa posición todos los datos que opera el satélite alquilado serán migrados al nuevo.
La posición orbital 81º, que actualmente es ocupada por los satélites alquilados "AMC-2" y "IS603", será ocupada por el ARSAT-2, que en estos momentos construye INVAP y se estima que será lanzado desde este mismo puerto espacial a mediados del año próximo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner celebró el lanzamiento al espacio del primer satélite íntegramente nacional, hecho que, dijo, posibilitó la decisión política del ex presidente Néstor Kirchner cuando decidió en el 2006 crear la estatal Arsat y poner en marcha el Programa Espacial Argentino.
Para su elaboración se invirtieron más de 1.121 millones de pesos, a los que se sumaron otros 867 millones que fueron invertidos en ingeniería de desarrollo, estaciones terrenas, software, seguros y la puesta en órbita.
El satélite pesa cerca de tres toneladas y su cuerpo principal es una caja de 2 metros de ancho por 1,80 de alto por 3,95 de largo; y con sus paneles solares extendidos alcanza una envergadura de 16,42 metros.
El combustible del Arsat-1 le permitirá tener una vida útil mayor a 15 años, una disponibilidad para la prestación de servicios del 99,9 por ciento y una precisión de apuntalamiento de 0,15º.
Matías Bianchi, presidente de Arsat, dijo que el exitoso lanzamiento del satélite "nos obliga a no dar un paso atrás" y destacó que "esto es una muestra más de las políticas de inclusión, de disminución de la brecha digital".
El funcionario habló desde el centro espacial de la Guayana francesa y recordó que Argentina "es el nuevo integrante de un selecto grupo de países, no sólo por lo que pasa hoy, sino también porque la industria satelital lo confirmó reconociendo nuestro proyecto".
Los otros siete países con capacidad de producir satélites son Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Israel, India y la Unión Europea.
Bianchi resaltó que "es un legado para nosotros y para las futuras generaciones de argentinos" y definió este día como "especial, porque celebramos el camino hacia una patria grande satelital".
En tanto, el ministro de Planificación, Julio De Vido, también presente en el centro espacial, resaltó la "significación técnica, científica y tecnológica" que tiene para la Argentina la fabricación y lanzamiento del satélite y valoró el esfuerzo de todos los que participaron del proyecto y destacó: "Esto nos da la certeza de que Néstor y Cristina estaban en el camino adecuado cuando marcaron este rumbo".
El secretario de Comunicaciones de la Nación, Norberto Berner, definió todo este proyecto como un "hito" que hay que sostener en el tiempo, destacó que "Arsat es hecho por y para los argentinos" y afirmó que se trata de la cristalización "de este enorme proyecto político que empezó en 2003".
El satélite despegó cerca de las 19 y tras media hora de vuelo fue inyectado en una órbita elíptica desde donde los técnicos de la base terrena de Arsat en Benavídez lo maniobran hasta su órbita definitiva de 71, 8º oeste a 36.000 kilómetros de la superficie terrestre.
Este satélite prestará servicios de televisión, internet y telefonía a todo el territorio nacional, incluyendo la Antártida y las islas Malvinas, y también alcanzará a gran parte de los países limítrofes; lo que permitirá brindar esos servicios a comunidades alejadas de los grandes centros urbanos que no reciben cobertura de prestadores privados.
Argentina tiene asignadas dos posiciones orbitales por la Unión Internacional de Telecomunicaciones para colocar satélites geoestacionarios, la 71,8º y la 81º.
La 71,8º era ocupada hasta ahora por un satélite alquilado denominado "AMC-6", operado por la empresa SES. Una vez que Arsat-1 ocupe esa posición todos los datos que opera el satélite alquilado serán migrados al nuevo.
La posición orbital 81º, que actualmente es ocupada por los satélites alquilados "AMC-2" y "IS603", será ocupada por el ARSAT-2, que en estos momentos construye INVAP y se estima que será lanzado desde este mismo puerto espacial a mediados del año próximo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner celebró el lanzamiento al espacio del primer satélite íntegramente nacional, hecho que, dijo, posibilitó la decisión política del ex presidente Néstor Kirchner cuando decidió en el 2006 crear la estatal Arsat y poner en marcha el Programa Espacial Argentino.
Para su elaboración se invirtieron más de 1.121 millones de pesos, a los que se sumaron otros 867 millones que fueron invertidos en ingeniería de desarrollo, estaciones terrenas, software, seguros y la puesta en órbita.
El satélite pesa cerca de tres toneladas y su cuerpo principal es una caja de 2 metros de ancho por 1,80 de alto por 3,95 de largo; y con sus paneles solares extendidos alcanza una envergadura de 16,42 metros.
El combustible del Arsat-1 le permitirá tener una vida útil mayor a 15 años, una disponibilidad para la prestación de servicios del 99,9 por ciento y una precisión de apuntalamiento de 0,15º.
Matías Bianchi, presidente de Arsat, dijo que el exitoso lanzamiento del satélite "nos obliga a no dar un paso atrás" y destacó que "esto es una muestra más de las políticas de inclusión, de disminución de la brecha digital".
El funcionario habló desde el centro espacial de la Guayana francesa y recordó que Argentina "es el nuevo integrante de un selecto grupo de países, no sólo por lo que pasa hoy, sino también porque la industria satelital lo confirmó reconociendo nuestro proyecto".
Los otros siete países con capacidad de producir satélites son Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Israel, India y la Unión Europea.
Bianchi resaltó que "es un legado para nosotros y para las futuras generaciones de argentinos" y definió este día como "especial, porque celebramos el camino hacia una patria grande satelital".
En tanto, el ministro de Planificación, Julio De Vido, también presente en el centro espacial, resaltó la "significación técnica, científica y tecnológica" que tiene para la Argentina la fabricación y lanzamiento del satélite y valoró el esfuerzo de todos los que participaron del proyecto y destacó: "Esto nos da la certeza de que Néstor y Cristina estaban en el camino adecuado cuando marcaron este rumbo".
El secretario de Comunicaciones de la Nación, Norberto Berner, definió todo este proyecto como un "hito" que hay que sostener en el tiempo, destacó que "Arsat es hecho por y para los argentinos" y afirmó que se trata de la cristalización "de este enorme proyecto político que empezó en 2003".
Fuente: Télam