Por el Movimiento de Recuperación y Cambio (UCR)
Críticas hacia el recibimiento de Busti en el radicalismo: "A lo que hemos llegado"
Lamentablemente, y tal como el grupo de intendentes radicales lo venimos diciendo desde hace bastante tiempo, quienes actualmente conducen y toman las principales decisiones por parte de la Unión Cívica Radical a nivel provincial, están poniendo en práctica actos con los que no hacen otra cosa más que faltarle el respeto a las bases del centenario partido.
27.04.2015 | 22:33
Hoy, y como ejemplo de lo dicho, se le ha abierto las puertas del Comité nada más y nada menos que a Jorge Pedro Busti. Parece mentira, y hasta por momentos irrisorio, que la sede del radicalismo reciba a uno de los hombres más nefastos en la historia de la política entrerriana. Sí correligionarios, hoy nos dispusimos a estrechar la misma mano del principal promotor del Juicio Político contra Sergio Montiel para destituirlo en su último período de gobernación. Hoy, en lugar de profundizar el diálogo con los intendentes, preferimos reunirnos con el mandatario que en 1999 entregó una provincia totalmente endeudada, ocasionando años de retroceso económico, social y productivo.
Nuestra querida UCR hoy permitió que a su propia casa ingrese el responsable de que en el 2003 numerosos trabajadores del estado provincial quedasen en la calle, mediante el bochornoso Decreto 218 que cesanteó a cientos de empleados públicos. Y lo que resulta más indignante aún, hoy el radicalismo se ha sentado frente al mismo personaje que siendo gobernador decretó la Ley de Emergencia para quitarle recursos a los municipios con el único propósito de perseguir y atosigar a los jefes comunales radicales y así instalar verdaderos “municipios paralelos” en diversas localidades.
Parece mentira, pero quienes asumieron la responsabilidad de conducir la UCR en Entre Ríos han decidido hacer oído sordo a la propia historia, ignorando un pasado en el que tanto daño se le ha generado al partido y por supuesto a la provincia. Al parecer, y bajo el objetivo de regirse meramente por algún dígito más en las próximas contiendas electorales, se están traicionando las raíces radicales al recibir “como uno más” al hacedor de los peores años para el pueblo entrerriano.
La foto de Busti al frente del edificio de calle San Martín en Paraná es el mero reflejo de que se está priorizando la frialdad de sumar votos porque sí (obviamente en beneficio personal de unos pocos dirigentes) por sobre los principios y las convicciones que nos inculcaron desde que los radicales comenzamos a militar. Hoy dejamos que entre a nuestra casa un enemigo, y el hogar es sagrado, no se le abre sus puertas a cualquiera.
Nuestra querida UCR hoy permitió que a su propia casa ingrese el responsable de que en el 2003 numerosos trabajadores del estado provincial quedasen en la calle, mediante el bochornoso Decreto 218 que cesanteó a cientos de empleados públicos. Y lo que resulta más indignante aún, hoy el radicalismo se ha sentado frente al mismo personaje que siendo gobernador decretó la Ley de Emergencia para quitarle recursos a los municipios con el único propósito de perseguir y atosigar a los jefes comunales radicales y así instalar verdaderos “municipios paralelos” en diversas localidades.
Parece mentira, pero quienes asumieron la responsabilidad de conducir la UCR en Entre Ríos han decidido hacer oído sordo a la propia historia, ignorando un pasado en el que tanto daño se le ha generado al partido y por supuesto a la provincia. Al parecer, y bajo el objetivo de regirse meramente por algún dígito más en las próximas contiendas electorales, se están traicionando las raíces radicales al recibir “como uno más” al hacedor de los peores años para el pueblo entrerriano.
La foto de Busti al frente del edificio de calle San Martín en Paraná es el mero reflejo de que se está priorizando la frialdad de sumar votos porque sí (obviamente en beneficio personal de unos pocos dirigentes) por sobre los principios y las convicciones que nos inculcaron desde que los radicales comenzamos a militar. Hoy dejamos que entre a nuestra casa un enemigo, y el hogar es sagrado, no se le abre sus puertas a cualquiera.