Interna en el PJ
El Frente Uruguayense para la Victoria en contra de la lista de Unidad
La agrupación Frente Uruguayense para a Victoria, mediante un comunicado enviado a Babel, criticó el posible consenso en el PJ, del que manifestó:”El famoso acuerdo está diseñado para incluir en las listas a dirigentes que no pueden ser reelectos y que no se tomaron el trabajo de preparar un delfín…. Y el que prepararon no mide en las encuestas”. Por otro lado, sobre los medios de comunicación dijo: “La necesidad del acuerdo como supuesta imposición del gobernador ha sido difundido interesadamente por algunos medios de prensa deformando el mensaje y descontextualizándolo, pero recogiendo al pie de la letra la posición de aquellos que, de esa manera, evitarían exponer sus caras”. Desde Babel recordamos a esta agrupación, como a los lectores en general, que este sitio informó el pedido de consenso de Urribarri, como también sus declaraciones sobre las posibles internas en caso de que no se alcance tal. Sería bueno para la discusión pública que diga puntualmente cual es el Medio al que hace referencia. Babel así lo espera. Lea el comunicado completo del FUPV.
31.05.2011 | 12:12
La forma más mezquina de abordar el tema de las internas en nuestra fuerza política es la de mostrarlas como una sorda y áspera disputa entre compañeros de la cual, supuestamente, la gente estaría cansada. Esto no es cierto.
Mas bien al contrario. Si algo se ha puesto de manifiesto en los últimos tiempos es una creciente participación política de la juventud de los más amplios sectores sociales. Se ha renovado la fe en las formas de la democracia y no solo en las formas sino en los instrumentos que ésta ha creado para resolver los conflictos entre las distintas maneras de entender y de practicar la acción política.
El sistema de internas abiertas y simultáneas ha sido sostenido públicamente por las mas altas autoridades del gobierno nacional con el fin de promover la intervención de afiliados y no afiliados en la conformación de las listas y sobre todo, para evitar que un acuerdo de dirigentes en una habitación de tres por tres, frustre la confrontación pública de ideas y proyectos que siempre fortalecen a las instituciones democráticas.
Estas ya no son las internas cerradas, limitadas al padrón de los afiliados y donde con un gran aparato económico; un despliegue de propaganda y de automotores en la calle, se inclina la balanza hacia el más poderoso, lo que no siempre significa el mejor, como lo demuestra la historia local.
El famoso “ acuerdo “ está diseñado para incluir en las listas a compañeros que no pueden ser reelectos y que no se han tomado el trabajo de preparar un delfín que salga a defender la gestión municipal y al que prepararon afanosamente lo castigan las encuestas. En otras palabras, están jugados a lograr por arriba, lo que el calor popular les escatima.
La necesidad del acuerdo como supuesta imposición del gobernador ha sido difundido interesadamente por algunos medios de prensa deformando el mensaje y descontextualizándolo, pero recogiendo al pie de la letra la posición de aquellos que, de esa manera, evitarían exponer sus caras y sus gestiones a la decisión soberana del pueblo.
Mezclar el agua con el aceite no conduce a ninguna parte. Los acuerdos son provechosos para la comunidad cuando se realizan entre aquellos que comparten pensamientos y conductas políticas comunes. Los otros son meros pactos electorales de repartos de cargos y los termina pagando la comunidad, como ha ocurrido en Concepción del Uruguay, en los últimos años.
Mas bien al contrario. Si algo se ha puesto de manifiesto en los últimos tiempos es una creciente participación política de la juventud de los más amplios sectores sociales. Se ha renovado la fe en las formas de la democracia y no solo en las formas sino en los instrumentos que ésta ha creado para resolver los conflictos entre las distintas maneras de entender y de practicar la acción política.
El sistema de internas abiertas y simultáneas ha sido sostenido públicamente por las mas altas autoridades del gobierno nacional con el fin de promover la intervención de afiliados y no afiliados en la conformación de las listas y sobre todo, para evitar que un acuerdo de dirigentes en una habitación de tres por tres, frustre la confrontación pública de ideas y proyectos que siempre fortalecen a las instituciones democráticas.
Estas ya no son las internas cerradas, limitadas al padrón de los afiliados y donde con un gran aparato económico; un despliegue de propaganda y de automotores en la calle, se inclina la balanza hacia el más poderoso, lo que no siempre significa el mejor, como lo demuestra la historia local.
El famoso “ acuerdo “ está diseñado para incluir en las listas a compañeros que no pueden ser reelectos y que no se han tomado el trabajo de preparar un delfín que salga a defender la gestión municipal y al que prepararon afanosamente lo castigan las encuestas. En otras palabras, están jugados a lograr por arriba, lo que el calor popular les escatima.
La necesidad del acuerdo como supuesta imposición del gobernador ha sido difundido interesadamente por algunos medios de prensa deformando el mensaje y descontextualizándolo, pero recogiendo al pie de la letra la posición de aquellos que, de esa manera, evitarían exponer sus caras y sus gestiones a la decisión soberana del pueblo.
Mezclar el agua con el aceite no conduce a ninguna parte. Los acuerdos son provechosos para la comunidad cuando se realizan entre aquellos que comparten pensamientos y conductas políticas comunes. Los otros son meros pactos electorales de repartos de cargos y los termina pagando la comunidad, como ha ocurrido en Concepción del Uruguay, en los últimos años.