Panorama
UCR: "Rendición incondicional"
Mientras que en la mayoría de las provincias, la UCR decidió ir con hombres propios a disputar la gobernación, en Entre Ríos la dirigencia regaló la candidatura a un hombre del PRO. El macrismo, incluso, sentenció que en las boletas no aparezcan otras fotos que no sean las de Macri o De Ángeli.
03.08.2015 | 08:29
Cada una de las palabras por su lado suenan mal. Rendición Incondicional, las dos juntas suenan bastante peor. Está la sensación muchas veces si de una batalla se trata, de que la rendición se puede dar sin mayor pelea sin haber dado una digna batalla. Pero si a la vez la rendición tiene carácter incondicional deja la sensación que ni siquiera se tuvo la valentía de luchar para conseguir que esa rendición tenga algunos gestos o dejos de dignidad.
Rendición incondicional, pareciera ser el título de lo que ha ocurrido en el radicalismo tanto a nivel provincial como nacional. Si uno observa el mapa político del país, no se puede entender el accionar de determinada dirigencia política que conduce el radicalismo, frente al desafío electoral que tenía este año.
En la provincia de Santa Cruz, por ejemplo, el candidato a Gobernador es un radical; el diputado Eduardo Costa que compite de igual a igual con el peronismo. En Tierra del Fuego ocurrió lo mismo entre la candidata del justicalismo Roxana Bertone y el candidato radical, el intendente de Usuhaia, Federico Sciurano. En Mendoza los radicales se alzaron con un triunfo ìntegramente radical Cornejo Montero.
En La Pampa, Francisco Torroba será el radical que le dará batalla al justicialismo. En San Luís, un radicalismo recuperado de la mano del diputado nacional José Riccardo como candidato a gobernador, enfrentará al oficialismo. En Corrientes el radicalismo retuvo la gobernación. En Formosa, el senador nacional Naidenof será el candidato a gobernador que peleará mano a mano con Gildo Insfran. El presidente del Bloque de senadores nacionales Gerardo Morales será el encargado de defender las ideas radicales como candidato a Gobernador de Jujuy, que enfrentará al justicialista Fellner.
En La Rioja, el gobierno fue victorioso recientemente, pero la digna pelea la dio el radical Julio Martínez que obtuvo un 43 por ciento de los votos.
Para no abundar demasiado en ejemplos, en Tucumán, al oficialismo de Alperovich-Manzur, la pelea la está dando el radical José Cano.
A esta altura del análisis uno se preguntará porqué si el radicalismo tenía toda esta potencialidad y a la vez iba a encabezar más del 90 % de las candidaturas de todo el país, finalmente terminó acordando con una fórmula reaccionaria, ajena a los intereses ideológicos de la UCR a manos de Mauricio Macri?
La respuesta no aparece por ningún lado.
Es probable que el próximo domingo 9, como según indican las encuestas de todos los partidos, Ernesto Sanz el hacedor número uno de este acuerdo con Macri, termine haciendo una de las peores elecciones del radicalismo. Inclusive peor que la de Leopoldo Moreau en 2003. Mientras que como lo describimos más arriba, en los territorios provinciales el radicalismo estaba en condiciones de dar otro tipo de pelea.
EN LA PROVINCIA.
En Entre Ríos, la rendición también tuvo carácter de incondicional. En esta provincia, como afirmó un periodista nacional, la rendición no tuvo límites. Negociaron los cargos de la minoría, impidieron por todos los medios que no haya competencia en la vida interna, establecieron el grosero piso del 25% para obtener la minoría. Única en el país. La experiencia cercana que se tenía era la de CABA, donde hace dos años, se colocó el piso del 15% y se arrepintieron todos, puesto que dejaron afuera al presidente del Bloque de Diputados Nacionales, el Dr Ricardo Gil Laveedra, que no logró ese piso.
Los radicales se negaron el pegado de boletas entre sí. Se negaron a pegar la boleta del propio Sanz que no estaba en condiciones electorales de negarle a nadie su boleta. Luego el mismo Macri a través de sus apoderados, se encargó de negarle la boletas a los radicales que ellos no querían que pegaran la boleta con el candidato del PRO.
Las claudicaciones tampoco terminaron allí, sino que además, en el Acta Acuerdo que se presentó ante la Justicia, donde se establecía el reglamento de como iba a actuar esta Alianza, se colocó en el Articulo 20 que cualquier duda jurídica los radicales debían consultar la carta organiza del PRO.
Finalmente vino la impresión de la boleta y por estas horas, cuando todo parecía que la rendición del radicalismo o de los dirigentes radicales que acordaron con el macrismo, muchos intendentes radicales tomaron debida nota que no estaba su foto en la boleta (tal cual lo permite la ley electoral). Algunos lograron como respuesta - extraoficialmente - de que con la foto de Macri y la foto de De Ángeli alcanzaba.
Algunos mas avezados del PRO llegaron a decir en voz baja que “si ellos pagaban la boleta -como efectivamente lo hicieron, las boletas fueron pagadas por el PRO- no iban a hacer propaganda a los radicales encada una de las ciudades”. Lo cierto es que los candidatos a intendente en la mayoría de las ciudades, no llevan su foto en las boletas para estas PASO. Cuando la bronca estalló, prometieron que en una de esas los candidatos a intendente puedan tener su foto.
El del radicalismo es un final no deseado para la política y para la democracia argentina. Mucho más incomprensible es el final no deseado para el radicalismo de Entre Ríos donde después de 124 años y habiendo sido 12 veces gobierno en esta provincia no lleva candidatos a gobernador ni a vice. Seguramente después de octubre, los radicales darán sus debates y sus discusiones. Pero mientras tanto, el electorado de la provincia sentirá una ausencia enorme, la de un partido que algunos de sus dirigentes prefirieron lo que podemos denominar una rendición incondicional a manos del PRO.
Rendición incondicional, pareciera ser el título de lo que ha ocurrido en el radicalismo tanto a nivel provincial como nacional. Si uno observa el mapa político del país, no se puede entender el accionar de determinada dirigencia política que conduce el radicalismo, frente al desafío electoral que tenía este año.
En la provincia de Santa Cruz, por ejemplo, el candidato a Gobernador es un radical; el diputado Eduardo Costa que compite de igual a igual con el peronismo. En Tierra del Fuego ocurrió lo mismo entre la candidata del justicalismo Roxana Bertone y el candidato radical, el intendente de Usuhaia, Federico Sciurano. En Mendoza los radicales se alzaron con un triunfo ìntegramente radical Cornejo Montero.
En La Pampa, Francisco Torroba será el radical que le dará batalla al justicialismo. En San Luís, un radicalismo recuperado de la mano del diputado nacional José Riccardo como candidato a gobernador, enfrentará al oficialismo. En Corrientes el radicalismo retuvo la gobernación. En Formosa, el senador nacional Naidenof será el candidato a gobernador que peleará mano a mano con Gildo Insfran. El presidente del Bloque de senadores nacionales Gerardo Morales será el encargado de defender las ideas radicales como candidato a Gobernador de Jujuy, que enfrentará al justicialista Fellner.
En La Rioja, el gobierno fue victorioso recientemente, pero la digna pelea la dio el radical Julio Martínez que obtuvo un 43 por ciento de los votos.
Para no abundar demasiado en ejemplos, en Tucumán, al oficialismo de Alperovich-Manzur, la pelea la está dando el radical José Cano.
A esta altura del análisis uno se preguntará porqué si el radicalismo tenía toda esta potencialidad y a la vez iba a encabezar más del 90 % de las candidaturas de todo el país, finalmente terminó acordando con una fórmula reaccionaria, ajena a los intereses ideológicos de la UCR a manos de Mauricio Macri?
La respuesta no aparece por ningún lado.
Es probable que el próximo domingo 9, como según indican las encuestas de todos los partidos, Ernesto Sanz el hacedor número uno de este acuerdo con Macri, termine haciendo una de las peores elecciones del radicalismo. Inclusive peor que la de Leopoldo Moreau en 2003. Mientras que como lo describimos más arriba, en los territorios provinciales el radicalismo estaba en condiciones de dar otro tipo de pelea.
EN LA PROVINCIA.
En Entre Ríos, la rendición también tuvo carácter de incondicional. En esta provincia, como afirmó un periodista nacional, la rendición no tuvo límites. Negociaron los cargos de la minoría, impidieron por todos los medios que no haya competencia en la vida interna, establecieron el grosero piso del 25% para obtener la minoría. Única en el país. La experiencia cercana que se tenía era la de CABA, donde hace dos años, se colocó el piso del 15% y se arrepintieron todos, puesto que dejaron afuera al presidente del Bloque de Diputados Nacionales, el Dr Ricardo Gil Laveedra, que no logró ese piso.
Los radicales se negaron el pegado de boletas entre sí. Se negaron a pegar la boleta del propio Sanz que no estaba en condiciones electorales de negarle a nadie su boleta. Luego el mismo Macri a través de sus apoderados, se encargó de negarle la boletas a los radicales que ellos no querían que pegaran la boleta con el candidato del PRO.
Las claudicaciones tampoco terminaron allí, sino que además, en el Acta Acuerdo que se presentó ante la Justicia, donde se establecía el reglamento de como iba a actuar esta Alianza, se colocó en el Articulo 20 que cualquier duda jurídica los radicales debían consultar la carta organiza del PRO.
Finalmente vino la impresión de la boleta y por estas horas, cuando todo parecía que la rendición del radicalismo o de los dirigentes radicales que acordaron con el macrismo, muchos intendentes radicales tomaron debida nota que no estaba su foto en la boleta (tal cual lo permite la ley electoral). Algunos lograron como respuesta - extraoficialmente - de que con la foto de Macri y la foto de De Ángeli alcanzaba.
Algunos mas avezados del PRO llegaron a decir en voz baja que “si ellos pagaban la boleta -como efectivamente lo hicieron, las boletas fueron pagadas por el PRO- no iban a hacer propaganda a los radicales encada una de las ciudades”. Lo cierto es que los candidatos a intendente en la mayoría de las ciudades, no llevan su foto en las boletas para estas PASO. Cuando la bronca estalló, prometieron que en una de esas los candidatos a intendente puedan tener su foto.
El del radicalismo es un final no deseado para la política y para la democracia argentina. Mucho más incomprensible es el final no deseado para el radicalismo de Entre Ríos donde después de 124 años y habiendo sido 12 veces gobierno en esta provincia no lleva candidatos a gobernador ni a vice. Seguramente después de octubre, los radicales darán sus debates y sus discusiones. Pero mientras tanto, el electorado de la provincia sentirá una ausencia enorme, la de un partido que algunos de sus dirigentes prefirieron lo que podemos denominar una rendición incondicional a manos del PRO.
Fuente: El Diario