Por Adán Bah
"Al futuro, con la mirada en el desarrollo"
La última década ha mostrado un proceso de crecimiento acelerado a lo largo de todo el país y sobre todo en la provincia de Entre Ríos. Este crecimiento permitió revertir tendencias de desigualdad, pobreza y desempleo, al tiempo que recuperó el tejido productivo de nuestro país, regenerando las bases sociales de nuestro pueblo.
31.08.2015 | 09:31
Pero esto no fue magia. Se logró gracias a las acciones de política que tomó el Estado, orientadas a un crecimiento con inclusión social, con un programa político por delante. Hoy estamos frente a una nueva etapa en la que podemos pensar un paso más: estamos ante la posibilidad histórica de avanzar hacia la etapa del gran desarrollo argentino.
Cuando hablamos de desarrollo estamos pensando hacia donde queremos que vaya nuestra provincia y nuestro país. Nuestro compromiso es potenciar los sectores claves y la creación de valor agregado, que no solo genera más empleo sino que además significa mejores productos tanto para nuestra sociedad como para comerciar con el resto del mundo.
En la actualidad, los límites entre el campo y la industria son muy difusos, las agroindustrias son la síntesis de ese proceso de transformación productiva y es a lo que hemos apostado en nuestra provincia porque entendemos que nos pone en una senda de desarrollo de largo plazo y sustentable. La ciencia y la tecnología están presentes desde las semillas y las técnicas de cultivo, hasta los sistemas de comunicaciones y logística. Entre Ríos ya entró en esta experiencia transformadora y viene modernizándose, por eso tenemos que ir por más. La innovación productiva, el conocimiento y la tecnología son claves para esta nueva etapa, ya que nos llevan a una dinámica de crecimiento que mira al futuro, a las nuevas generaciones.
Los candidatos del Frente para la Victoria estamos convencidos de que la manera de lograr competitividad es apostar a la tecnología y a profundizar el vínculo entre el mundo del trabajo y de la educación. La oposición, en cambio, se abraza a pronósticos apocalípticos, plantea devaluaciones y ajustes. Pero ya tuvimos experiencias con eso y sabemos que no solo son falsas soluciones, sino que además terminan perjudicando tanto a trabajadores como a empresarios. Nosotros sabemos que para el camino del desarrollo no hay atajos, sino por el contrario, hay un sendero que recorrer y por eso, como dice Daniel Scioli, tenemos que poner en marcha una segunda etapa de reindustrialización del país.
Por supuesto, estos son desafíos complejos. Pero gracias al trabajo de todos estos años, que se ha ocupado de las urgencias del desempleo y la pobreza, hoy podemos darnos el lujo de pensar el futuro y planificar los pasos.
Desarrollo significa invertir más y de manera inteligente en infraestructura, parques industriales, mejorar la calidad de nuestras instituciones, generar condiciones para la inversión. Desarrollo es apostar a los jóvenes con educación, con escuelas técnicas, dándoles la posibilidad de formarse y nutrir a su sociedad. Desarrollo es recuperar los ferrocarriles, las obras viales, los puertos, porque todo eso fortalece los lazos de nuestra economía y sociedad desde las localidades más pequeñas hasta los países más lejanos como China.
Desarrollo significa empleo, mejor calidad de vida y sobre todo, es la construcción de una sociedad más igualitaria, con trabajo digno, con educación y salud. Este proyecto necesita una nueva relación de lo público y lo privado, que avance de la mano y esté a la altura de los desafíos. Empresarios y productores que tienen que poder acceder a más y mejores créditos para modernizarse, expandir sus mercados, elevar la calidad de sus productos, capacitar a sus trabajadores, etc. Ahí tiene que estar el Estado, contribuyendo con su liderazgo a este proceso, con gestión.
El programa del Desarrollo propuesto por el Frente para la Victoria tiene una raíz estructural. No se trata de atender problemas aislados sin un programa político y económico, es un plan de gobierno de largo plazo. El cómo se oriente la agenda económica es fundamental para el sendero que siga el país. De ahí la importancia de pensar las políticas económicas y sociales de conjunto, proyectándolas a futuro.
No hay que perder el tiempo con pronósticos apocalípticos o promesas irresponsables que hacen los analistas y candidatos de la oposición. Hoy es tiempo de trabajar para consolidar un modelo de país. Esta nueva etapa tampoco va a darse "por magia", va a ser con un Estado activo y que trabaje por más empleo, por mejor calidad de vida, por más justicia social.
* El autor es ministro de Gobierno y Justicia de Entre Ríos y candidato a Vicegobernador del FPV.
Cuando hablamos de desarrollo estamos pensando hacia donde queremos que vaya nuestra provincia y nuestro país. Nuestro compromiso es potenciar los sectores claves y la creación de valor agregado, que no solo genera más empleo sino que además significa mejores productos tanto para nuestra sociedad como para comerciar con el resto del mundo.
En la actualidad, los límites entre el campo y la industria son muy difusos, las agroindustrias son la síntesis de ese proceso de transformación productiva y es a lo que hemos apostado en nuestra provincia porque entendemos que nos pone en una senda de desarrollo de largo plazo y sustentable. La ciencia y la tecnología están presentes desde las semillas y las técnicas de cultivo, hasta los sistemas de comunicaciones y logística. Entre Ríos ya entró en esta experiencia transformadora y viene modernizándose, por eso tenemos que ir por más. La innovación productiva, el conocimiento y la tecnología son claves para esta nueva etapa, ya que nos llevan a una dinámica de crecimiento que mira al futuro, a las nuevas generaciones.
Los candidatos del Frente para la Victoria estamos convencidos de que la manera de lograr competitividad es apostar a la tecnología y a profundizar el vínculo entre el mundo del trabajo y de la educación. La oposición, en cambio, se abraza a pronósticos apocalípticos, plantea devaluaciones y ajustes. Pero ya tuvimos experiencias con eso y sabemos que no solo son falsas soluciones, sino que además terminan perjudicando tanto a trabajadores como a empresarios. Nosotros sabemos que para el camino del desarrollo no hay atajos, sino por el contrario, hay un sendero que recorrer y por eso, como dice Daniel Scioli, tenemos que poner en marcha una segunda etapa de reindustrialización del país.
Por supuesto, estos son desafíos complejos. Pero gracias al trabajo de todos estos años, que se ha ocupado de las urgencias del desempleo y la pobreza, hoy podemos darnos el lujo de pensar el futuro y planificar los pasos.
Desarrollo significa invertir más y de manera inteligente en infraestructura, parques industriales, mejorar la calidad de nuestras instituciones, generar condiciones para la inversión. Desarrollo es apostar a los jóvenes con educación, con escuelas técnicas, dándoles la posibilidad de formarse y nutrir a su sociedad. Desarrollo es recuperar los ferrocarriles, las obras viales, los puertos, porque todo eso fortalece los lazos de nuestra economía y sociedad desde las localidades más pequeñas hasta los países más lejanos como China.
Desarrollo significa empleo, mejor calidad de vida y sobre todo, es la construcción de una sociedad más igualitaria, con trabajo digno, con educación y salud. Este proyecto necesita una nueva relación de lo público y lo privado, que avance de la mano y esté a la altura de los desafíos. Empresarios y productores que tienen que poder acceder a más y mejores créditos para modernizarse, expandir sus mercados, elevar la calidad de sus productos, capacitar a sus trabajadores, etc. Ahí tiene que estar el Estado, contribuyendo con su liderazgo a este proceso, con gestión.
El programa del Desarrollo propuesto por el Frente para la Victoria tiene una raíz estructural. No se trata de atender problemas aislados sin un programa político y económico, es un plan de gobierno de largo plazo. El cómo se oriente la agenda económica es fundamental para el sendero que siga el país. De ahí la importancia de pensar las políticas económicas y sociales de conjunto, proyectándolas a futuro.
No hay que perder el tiempo con pronósticos apocalípticos o promesas irresponsables que hacen los analistas y candidatos de la oposición. Hoy es tiempo de trabajar para consolidar un modelo de país. Esta nueva etapa tampoco va a darse "por magia", va a ser con un Estado activo y que trabaje por más empleo, por mejor calidad de vida, por más justicia social.
* El autor es ministro de Gobierno y Justicia de Entre Ríos y candidato a Vicegobernador del FPV.