SÓLO LO USA EL 2,88 POR CIENTO DE LOS PAÍSES
El voto electrónico y la instalación de una mentira: no vigente en 236 países y permitido sólo en 7
La corte Suprema de Alemania lo declaró "inconstitucional" porque no permitía a los ciudadanos controlar el resultado electoral por lo que volvieron a votar con la boleta de papel. En Holanda, especialistas revelaron que el sistema presentaba "fallas de seguridad".
01.09.2015 | 11:40
La discusión sobre el voto electrónico en el mundo se encuentra saldada en cuanto a su amplio rechazo. Al tomar los 243 Estados existentes -entre independientes de hecho, soberanos y especiales- sólo el 2,88 por ciento avaló someter su votación a las máquinas.
Puntualmente son siete los países que votan mediante el método electrónico: dos por Europa -Bélgica y Estonia-, tres por América -Brasil, Estados Unidos y Venezuela- y dos por Asia -India y Filipinas-.
Por otro lado, unos cinco países, que habían optado en su momento por las máquinas, volvieron marcha atrás al voto vía boleta de papel, a saber: Alemania, Finlandia, Holanda, Irlanda y Reino Unido.

En este sentido, Alemania lo había habilitado en el 2005, pero unos cuatro años después, en el 2009, el Tribunal Superior Alemán (el equivalente a la Corte Suprema argentina) declaró “inconstitucional la utilización de urnas electrónicas”.
En el fallo, los supremos apuntaron a la falta de control de la ciudadanía sobre el sistema, hecho que quedaba sólo en manos de una especie de “elite” conformada por técnicos que eran los únicos capaces de auditar la votación.
“En la utilización de aparatos electrónicos, el ciudadano debe poder controlar los pasos esenciales del acto electoral y la determinación del resultado de manera fiable y sin conocimientos especiales”, dijo, textual, el tribunal alemán.
En idioma llano, lo que dijeron los jueces es que cualquier persona -abuelo, hombre o mujer con una capacidad común- debe poder controlar el resultado de la votación o su escrutinio, evaluaciones que no deben quedar en manos de “élites”.

El caso de Holanda es paradigmático, ya que luego de 40 años, y tras una investigación que realizó un equipo de especialistas, se determinó que existían fallas de seguridad por lo que el Gobierno volvió al sistema de voto en papel.
Por otro lado, en Irlanda, tras unos doce años de uso decidieron que “por falta de fiabilidad” se deshacían de las 7500 máquinas de votación. Volvieron al papel.
Reino Unido, por su parte, realizó pruebas de seguridad y garantías sobre el sistema electrónico que había comenzado a funcionar en el 2002; sus resultados fueron declarados “insuficientes”. Entonces, el Gobierno ordenó no continuar con el voto electrónico.

No obstante, no solamente los resultados negativos se han dado en los Estados en los que ya fue rechazado el voto electrónico. En Bélgica, para las elecciones del Parlamento Europeo, Regional y Federal, en donde se había utilizado el voto electrónico, una falla informática obligó a anular 2200 votos. (Redacción de Babel)
Puntualmente son siete los países que votan mediante el método electrónico: dos por Europa -Bélgica y Estonia-, tres por América -Brasil, Estados Unidos y Venezuela- y dos por Asia -India y Filipinas-.
Por otro lado, unos cinco países, que habían optado en su momento por las máquinas, volvieron marcha atrás al voto vía boleta de papel, a saber: Alemania, Finlandia, Holanda, Irlanda y Reino Unido.

En este sentido, Alemania lo había habilitado en el 2005, pero unos cuatro años después, en el 2009, el Tribunal Superior Alemán (el equivalente a la Corte Suprema argentina) declaró “inconstitucional la utilización de urnas electrónicas”.
En el fallo, los supremos apuntaron a la falta de control de la ciudadanía sobre el sistema, hecho que quedaba sólo en manos de una especie de “elite” conformada por técnicos que eran los únicos capaces de auditar la votación.
“En la utilización de aparatos electrónicos, el ciudadano debe poder controlar los pasos esenciales del acto electoral y la determinación del resultado de manera fiable y sin conocimientos especiales”, dijo, textual, el tribunal alemán.
En idioma llano, lo que dijeron los jueces es que cualquier persona -abuelo, hombre o mujer con una capacidad común- debe poder controlar el resultado de la votación o su escrutinio, evaluaciones que no deben quedar en manos de “élites”.

El caso de Holanda es paradigmático, ya que luego de 40 años, y tras una investigación que realizó un equipo de especialistas, se determinó que existían fallas de seguridad por lo que el Gobierno volvió al sistema de voto en papel.
Por otro lado, en Irlanda, tras unos doce años de uso decidieron que “por falta de fiabilidad” se deshacían de las 7500 máquinas de votación. Volvieron al papel.
Reino Unido, por su parte, realizó pruebas de seguridad y garantías sobre el sistema electrónico que había comenzado a funcionar en el 2002; sus resultados fueron declarados “insuficientes”. Entonces, el Gobierno ordenó no continuar con el voto electrónico.

No obstante, no solamente los resultados negativos se han dado en los Estados en los que ya fue rechazado el voto electrónico. En Bélgica, para las elecciones del Parlamento Europeo, Regional y Federal, en donde se había utilizado el voto electrónico, una falla informática obligó a anular 2200 votos. (Redacción de Babel)