OPINIÓN POR JUAN ANTONIO IZAGUIRRE
"Olvidos que queman y memorias que engrandecen"
“… recuerden trabajadores, únanse y sean más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse nuestra hermosa Patria, en la unidad de todos los argentinos”. Juan Perón, 17 de Octubre de 1945.
18.10.2016 | 19:47
Cuando Tomás Eloy Martínez dice que “la memoria está hecha de infinitos olvidos”, dice que necesariamente resumimos a conciencia qué parte de nuestro compromiso vamos a expresar en el momento de contar ese tramo de vida que contaremos, en especial, cuando se trata de referencias históricas que deberían proyectarnos. A proponernos un camino para andar en adelante.
Elegir qué contar, exige que dejemos de lado lo que no queremos decir.
En la recordación del 17 de Octubre, hubo muchas referencias a cuestiones históricas que son ciertas y, por lo mismo, se dejaron de lado otras cosas que también lo son.
Sin embargo, tal vez no sean las referencias históricas las que jugaron un papel central en el acto de ayer, sino que; si como se dijo reiteradamente; estamos en un momento crucial de este camino, no quedó expresamente dicho para qué lado de esa encrucijada vamos a tomar en adelante.
Porque el pasado no se puede cambiar. Solo se puede cambiar el futuro. Y para lograrlo, hacen falta decisiones.
Y aquél 17 de Octubre estuvo signado de hechos nuevos, de propuestas informes todavía, pero cargado de esperanzas. Y eso es lo que hace falta para ponernos a andar.
No basta con saber que se rescató a Perón. Porque el hecho a recordar es que el pueblo se puso en marcha para hacerlo. Hubo una esperanza, una lucha y esa lucha tuvo una consecuencia.
La gente con las patas en la fuente no caminó por sus recuerdos, sino por su esperanza.
“Este pueblo no engaña a quien lo ayuda” dijo Perón entonces, pero también se comprometió a seguir “luchando al lado vuestro para ver coronada esa era que es la ambición de mi vida: que todos los trabajadores sean un poquito más felices”.
Había que luchar. Pero había también POR QUÉ luchar.
NO basta con señalar admonitoriamente que los cargos en estas fechas quedan de lado para dar lugar a la horizontalidad del compañero. Hay que asumir la responsabilidad de poner en las manos de los destinatarios del mensaje una razón para formar parte de un colectivo.
Si el pueblo no olvida a quien lo ayuda, no hay por qué hacer exclusiones.
El Intendente Lauritto hizo un racconto que no despertó el entusiasmo. Solo dio una correcta visión histórica sin perspectiva de futuro. Sin una razón para caminar.
Estuvieron llamativamente ausentes, salvo en el discurso de los trabajadores, reclamos concretos a un gobierno nacional insensible y marcar diferencias –si las hubiere, tal vez no las hay- acerca de esa realidad.
Es cierto que las organizaciones de los trabajadores son históricamente la columna vertebral. Pero sin trabajo no hay trabajadores y lo que está cayendo es el trabajo.
¿Cuál será el misterio que transfiere en 10 meses de la entronización al olvido de un gobierno, también peronista, que le permitió al actual intendente ser diputado, vicegobernador, ministro y ahora intendente? Porque que yo recuerde, por aquí caminó Nestor Kirchner de la mano del primer intendente que se animó a invitarlo.
En esta ciudad Cristina Fernández visitó la empresa que hasta hoy marca rumbos en la industria avícola en el país, la que tiene más empleados que la Ford en Argentina.
Puede ser, en todo caso, que la mancha sospechosa que este gobierno mentiroso haya tirado sobre la memoria colectiva, haga mella en la confianza con se puede nombrar cierto pasado… Pero de verdad, cuando decimos que la solidaridad es una de las más altas distinciones del ser peronista, olvidarse de Cristina, de Milagro Sala, y no repudiar la violencia del Estado, el atropello a las convenciones colectivas, las mentiras permanentes, la decadencia económica etc etc es exponer y exponerse a que todo sea igual. A que todo dé lo mismo…
Y la mención al almuerzo (con los trabajadores señaló Lauritto) también tiene algo de “olvido que quema” en el decir de Zitarrosa, ya que en la mesa principal había figuras de un pasado político aún asociado con la peor memoria previa a la debacle de la Alianza que originó la Banelco y la tristemente célebre reforma laboral que hoy, paradójicamente, está al borde de resucitar después de 12 años de reivindicación de los trabajadores.
Todos tenemos derecho a cambiar y a veces, la necesidad de hacerlo.
También tenemos derecho a no volver para atrás.
Por lo tanto, el aprendizaje nos tiene que abrir la cabeza para avanzar. Para no ser iguales después de haber aprendido, tenemos derecho a reconocernos distintos y adaptar nuestro hacer a los tiempos que corren.
Porque no debemos reconocer una derrota circunstancial como un fracaso de las herramientas sino de los procederes, porque eso significaría renegar del peronismo.
En fin… Como dijo Héctor Montenegro en representación de los trabajadores, el pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes…
Lo que está faltando es saber es para dónde, porque anoche, no quedó claro.
Traigo de esos días este ardor
Esta premura, este temblor
Esta alegría, esta pasión
Aunque han cambiado tantas cosas
Tengo para mí que hay muchos más
Que con la misma intensidad
Siguen poniéndose de pie
Sin importarles la derrota
Porque no hay cómo echarse atrás
Porque no hay cómo no seguir
Porque no hay como no esperar
Porque no hay como no intentar
Porque no hay como no seguir
(Teresa Parodi)
* EL AUTOR ES PERIODISTA, ACTUALMENTE CONDUCE CONCEPCIÓN SIGLO XXI (RADIO TOTAL).
Elegir qué contar, exige que dejemos de lado lo que no queremos decir.
En la recordación del 17 de Octubre, hubo muchas referencias a cuestiones históricas que son ciertas y, por lo mismo, se dejaron de lado otras cosas que también lo son.
Sin embargo, tal vez no sean las referencias históricas las que jugaron un papel central en el acto de ayer, sino que; si como se dijo reiteradamente; estamos en un momento crucial de este camino, no quedó expresamente dicho para qué lado de esa encrucijada vamos a tomar en adelante.
Porque el pasado no se puede cambiar. Solo se puede cambiar el futuro. Y para lograrlo, hacen falta decisiones.
Y aquél 17 de Octubre estuvo signado de hechos nuevos, de propuestas informes todavía, pero cargado de esperanzas. Y eso es lo que hace falta para ponernos a andar.
No basta con saber que se rescató a Perón. Porque el hecho a recordar es que el pueblo se puso en marcha para hacerlo. Hubo una esperanza, una lucha y esa lucha tuvo una consecuencia.
La gente con las patas en la fuente no caminó por sus recuerdos, sino por su esperanza.
“Este pueblo no engaña a quien lo ayuda” dijo Perón entonces, pero también se comprometió a seguir “luchando al lado vuestro para ver coronada esa era que es la ambición de mi vida: que todos los trabajadores sean un poquito más felices”.
Había que luchar. Pero había también POR QUÉ luchar.
NO basta con señalar admonitoriamente que los cargos en estas fechas quedan de lado para dar lugar a la horizontalidad del compañero. Hay que asumir la responsabilidad de poner en las manos de los destinatarios del mensaje una razón para formar parte de un colectivo.
Si el pueblo no olvida a quien lo ayuda, no hay por qué hacer exclusiones.
El Intendente Lauritto hizo un racconto que no despertó el entusiasmo. Solo dio una correcta visión histórica sin perspectiva de futuro. Sin una razón para caminar.
Estuvieron llamativamente ausentes, salvo en el discurso de los trabajadores, reclamos concretos a un gobierno nacional insensible y marcar diferencias –si las hubiere, tal vez no las hay- acerca de esa realidad.
Es cierto que las organizaciones de los trabajadores son históricamente la columna vertebral. Pero sin trabajo no hay trabajadores y lo que está cayendo es el trabajo.
¿Cuál será el misterio que transfiere en 10 meses de la entronización al olvido de un gobierno, también peronista, que le permitió al actual intendente ser diputado, vicegobernador, ministro y ahora intendente? Porque que yo recuerde, por aquí caminó Nestor Kirchner de la mano del primer intendente que se animó a invitarlo.
En esta ciudad Cristina Fernández visitó la empresa que hasta hoy marca rumbos en la industria avícola en el país, la que tiene más empleados que la Ford en Argentina.
Puede ser, en todo caso, que la mancha sospechosa que este gobierno mentiroso haya tirado sobre la memoria colectiva, haga mella en la confianza con se puede nombrar cierto pasado… Pero de verdad, cuando decimos que la solidaridad es una de las más altas distinciones del ser peronista, olvidarse de Cristina, de Milagro Sala, y no repudiar la violencia del Estado, el atropello a las convenciones colectivas, las mentiras permanentes, la decadencia económica etc etc es exponer y exponerse a que todo sea igual. A que todo dé lo mismo…
Y la mención al almuerzo (con los trabajadores señaló Lauritto) también tiene algo de “olvido que quema” en el decir de Zitarrosa, ya que en la mesa principal había figuras de un pasado político aún asociado con la peor memoria previa a la debacle de la Alianza que originó la Banelco y la tristemente célebre reforma laboral que hoy, paradójicamente, está al borde de resucitar después de 12 años de reivindicación de los trabajadores.
Todos tenemos derecho a cambiar y a veces, la necesidad de hacerlo.
También tenemos derecho a no volver para atrás.
Por lo tanto, el aprendizaje nos tiene que abrir la cabeza para avanzar. Para no ser iguales después de haber aprendido, tenemos derecho a reconocernos distintos y adaptar nuestro hacer a los tiempos que corren.
Porque no debemos reconocer una derrota circunstancial como un fracaso de las herramientas sino de los procederes, porque eso significaría renegar del peronismo.
En fin… Como dijo Héctor Montenegro en representación de los trabajadores, el pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes…
Lo que está faltando es saber es para dónde, porque anoche, no quedó claro.
Traigo de esos días este ardor
Esta premura, este temblor
Esta alegría, esta pasión
Aunque han cambiado tantas cosas
Tengo para mí que hay muchos más
Que con la misma intensidad
Siguen poniéndose de pie
Sin importarles la derrota
Porque no hay cómo echarse atrás
Porque no hay cómo no seguir
Porque no hay como no esperar
Porque no hay como no intentar
Porque no hay como no seguir
(Teresa Parodi)
* EL AUTOR ES PERIODISTA, ACTUALMENTE CONDUCE CONCEPCIÓN SIGLO XXI (RADIO TOTAL).